Este viernes 12 de diciembre, la Unión Cívica Radical (UCR) elegirá a su nuevo presidente en un contexto político complejo y lleno de desafíos. La histórica crisis que atraviesa el partido, una de las más profundas en sus más de 100 años de existencia, marca el inicio de una nueva era. En este contexto, la definición interna en el partido de Alem, Yrigoyen y Alfonsín, despierta especial atención atención en la provincia de Santa Fe y, más específicamente, en el sur-sur, ya que, hora tras hora, crecen las chances de que el sucesor de Martín Lousteau sea el intendente de Venado Tuerto y vicepresidente de la UCR santafesina, Leonel Chiarella.
Escenario de fragmentación
El radicalismo, en su versión más pura, cuenta hoy con solo seis diputados nacionales. La mayoría de sus integrantes se fueron a otros bloques, como La Libertad Avanza o incluso formaron nuevos grupos.
Sin embargo, la fragmentación en los bloques de congresales nacionales contrasta con la fortaleza que aún conserva la UCR en el poder provincial. Actualmente, el partido tiene cinco gobernadores alineados -entre ellos el santafesino Maximiliano Pullaro- con su sello y mantiene una amplia presencia de intendentes en todo el país. Esta paradoja de tener influencia territorial y a la vez una crisis interna, generó una búsqueda por parte de los principales actores de la UCR para reorganizarse y encontrar un nuevo liderazgo.
Chiarella, un candidato joven
En este marco, importantes medios nacionales aseguran por estas horas que los gobernadores de Provincias Unidas -Gustavo Valdés, Carlos Sadir y Maximiliano Pullaro— junto al movimiento Evolución y el jujeño Gerardo Morales, ya decidieron respaldar la candidatura de Leonel Chiarella para la presidencia del Comité Nacional de la UCR. A sus 36 años, el venadense, quien también es vicepresidente de la UCR santafesina, se presenta como el candidato más firme para dar el golpe de timón necesario en estos tiempos de transición.
Chiarella, reelecto como intendente de Venado Tuerto con un notable 83 % de los votos en 2023, exhibe una exitosa gestión al frente de una de las principales ciudades de la provincia de Santa Fe, con un claro enfoque en la producción y el desarrollo económico. Su liderazgo se viene consolidando, entre otros logros, por el superávit financiero que su municipio logró durante seis años consecutivos, lo que le otorga una marca de calidad que resuena aún más en tiempos donde la gestión eficiente de recursos es un valor destacado por el electorado. La ciudad también muestra un inusual despliegue de obra pública, a partir de la sintonía con la gestión provincial de Pullaro, sin olvidar el protagonismo del ministro de Obras Públicas, el venadense Lisandro Enrico.
Las disputas y los acuerdos
El acuerdo entre los distintos sectores de la UCR busca renovar el liderazgo del radicalismo sin caer en las luchas internas que históricamente afectaron al partido. Aunque el exgobernador correntino Gustavo Valdés era uno de los candidatos con mayor consenso, optó por declinar su postulación para evitar el desgaste que implicaba enfrentarse a las múltiples facciones radicales. Con su decisión, el mesopotámico despejó el camino para Chiarella, quien representa a una nueva generación que busca romper con los viejos esquemas de poder dentro del partido.
A pesar de este respaldo mayoritario, las negociaciones siguen abiertas, con el objetivo de sumar más apoyos dentro del Comité Nacional, que actualmente se encuentra dividido entre las diversas tribus del radicalismo. Los sectores que apoyan a Chiarella controlarían la mayoría del Comité, lo que les da un margen de maniobra considerable para consolidar el acuerdo.
Consultado por este medio, el intendente Chiarella confirmó este jueves sus expectativas, pero aclaró que la decisión se concretará recién en la jornada del martes y que hasta entonces no opinará sobre el particular.
Un nuevo rumbo para la UCR
Chiarella se presenta como el candidato que puede revitalizar el radicalismo en un momento crítico, donde la unidad del partido se vio comprometida por las disputas internas y la fragmentación legislativa. Con su imagen de líder joven y exitoso, su figura se erige como una alternativa renovadora para aquellos que buscan un posicionamiento claro frente al gobierno de Javier Milei. A diferencia de otros sectores del partido que aún coquetean con el oficialismo, desde el entorno de Chiarella subrayan que no se trata de cogobernar con Milei, sino de presentar una oposición firme y constructiva frente al kirchnerismo y el oficialismo liberal.
En este contexto, la elección de Chiarella no sería solo una cuestión de liderazgo, sino también un intento de redefinir el rol de la UCR en el escenario político nacional. Aunque algunos, como el mendocino Alfredo Cornejo, consideran que el nuevo presidente podría ser una figura débil ante las divisiones internas, muchos en el partido creen que la juventud de Chiarella y su capacidad de gestión pueden devolverle a la UCR la relevancia que ha perdido en los últimos años.