Jorge Prieto: "En la pandemia asumimos la responsabilidad con un peso incalculable"
De "silencios que no se olvidan" al "valor real de un abrazo"; de la necesidad de diálogo, a la forma de afrontar el futuro de la atención sanitaria en un contexto crítico, habla en su libro quien durante años fue uno de los voceros de un episodio bisagra en la historia de la humanidad. Y vive para contarlo.
El último 4 de septiembre, Jorge Prieto presentó su libro en el Auditorio de ATE. Ese mismo día, pero de hace cinco años fue diagnosticado con COVID. La pandemia había empezado y aún no estaban disponibles las vacunas.
Jorge Prieto es médico, fue secretario de Salud de la provincia y después de más de 40 años de servicio decidió "retomar una vida plena" después de un período "muy desgastante". Alude directamente a la pandemia por coronavirus que paralizó prácticamente a todo el mundo desde fines de 2019. Un mundo que no volvió a ser igual.
El 4 de septiembre presentó su libro "La Interpelación. Cuando el mundo se detuvo", ante un nutrido auditorio en el que estuvieron autoridades provinciales de la anterior gestión y el intendente de Santa Fe, por entonces director del Hospital Cullen, Juan Poletti. La fecha de la presentación no fue casual y ya se verá por qué.
Así como el libro está atravesado de experiencias personales y reflexiones que dictaba la propia realidad de aquella temporada, el autor hace algunas advertencias a futuro: los efectos que tuvo la pandemia en la salud mental, el rol central del Estado en la atención sanitaria y la imperiosa necesidad de pensar qué mundo estamos dispuestos a dejarles a quienes nos sucedan.
- Qué lo motivó para escribir un libro sobre la pandemia, un episodio que lo encontró trabajando de lleno como secretario de Salud de la provincia?
- Lo que me motivó fue una experiencia donde hubo muchas pérdidas, una gran incertidumbre, un aislamiento, miedos compartidos y, sobre todo, la reevaluación de lo que realmente es importante: la fragilidad de la vida cuando es vulnerada o interpelada. Mientras transitaba el tiempo de la pandemia, creí que era crucial ir escribiendo reflexiones y aprendizajes y, sobre todo, dejar un legado de una historia que no tuvo precedentes.
Jorge Prieto en la presentación de su libro, a la que asistieron el intendente Juan Pablo Poletti, director del Hospital Cullen durante la pandemia; el ex gobernador Omar Perotti; la ex ministra de Salud Sonia Martorano, e Ignacio Martínez Kerz, ex secretario en Desarrollo Social, junto a más de 200 personas.
- ¿Para quién está destinado ese legado?
- Para las generaciones que vienen y las que no vivieron este tiempo con toda la carga emocional y afectiva que nos tocó a nosotros. Porque acá hubo miedos compartidos, tanto de quienes tuvimos que gestionar la pandemia, como para el resto de la gente.
Porque aprendimos de los errores, asumimos una responsabilidad con un peso incalculable y por eso creí necesario dejarlo plasmado en el libro. Y para invitarlos a compartir este espacio para aferrarnos a algo muy importante para mí: el abrazo como una intención de esperanza.
- La pandemia nos aisló en el sentido de que había que mantener distancia para evitar contagios. ¿Siente que también nos aisló en otros sentidos y nos hizo más individualistas? Esta idea de que "íbamos a salir mejores de la pandemia", ¿se diluyó o confía en que se mantuvo?
- Considero que el daño ocasionado por esta situación tan intensa tuvo un gran denominador común que es la afectación, en distintos grados, de la salud mental. Porque el virus actuaba por siete días y dejaba un nivel de salud estropeado con una convivencia que distorsionaba cualquier razonabilidad. Y por otro lado, somos frágiles de memoria porque hoy escuchamos las críticas con el diario del lunes y yo me pregunto en el libro, y pregunto a quienes van a ser mis futuros lectores, si se habrán puesto en el lugar que tuvimos que ocupar nosotros para tomar decisiones. Por supuesto, nunca lo hicimos solos porque siempre fuimos muy consultivos a través de un comité de expertos, de los distintos colegios de profesionales y de gente con expertisse que nos podía enseñar y guiar. En ese momento nos preguntábamos cuánto podía durar este tiempo de pandemia. Yo lo pensé como una excepción transitoria que duraría algunos meses. Pero observábamos que casi tres cuartas partes del planeta se encontraba en total confinamiento.
Las calles vacías, una de las imágenes de la pandemia por coronavirus. "La Tierra volvió a girar el 5 de mayo de 2023 cuando la OMS estableció el fin de la pandemia", dice Prieto. Foto: Archivo/Guillermo Di Salvatore
- Tres cuartas partes del planeta y, sin embargo, cuando la gente dice con el diario del lunes "nos encerraron", ¿qué responde?
- La verdad es que me siento un poco "agredido" en mi persona (N.de la R. remarca el entrecomillado). Veo que las lecciones aprendidas luego de haber atravesado un confinamiento como sociedad nos hicieron pensar sobre nuevos modos de vida; que la salud integral había sido avasallada. Nosotros aprendimos del error que se cometía en el mundo y por eso la estrategia consultiva que planteamos para la Argentina y para nuestra provincia. Tenemos que pensar en desafíos que se vengan a futuro, recuperando los sistemas de salud, más aún frente a la crisis que estamos viviendo, para que sea más integral y más articulado para poder asistir a todos.
- ¿Qué ocurrió con el tema vacunas después del COVID? En ese momento la mayoría quería llegar rápido a la primera dosis porque había mucho miedo. Y ahora es un tema que se pone en cuestión. ¿Eso también lo "agrede"?
- Uno no puede dudar de lo que ha hecho la ciencia con las vacunas, porque la experiencia indica que han exterminado y erradicado enfermedades. Nosotros tratábamos de ver con lupa algo que no podíamos ver y que, sin embargo, nos amenazaba, caminaba en la oscuridad y avanzaba simplemente con la movilización de la gente. Por eso creo que es tan importante remarcar aquellos 72 días que pasamos sin ningún caso, y la mayoría del periodismo y de los comunicadores sociales nos preguntaban por qué no levantábamos algunas medidas de restricción. Creo que fue el tiempo necesario para que los sistemas de salud puedan estar preparados para asistir una demanda tan alta que no tuvo precedente. Porque al principio hubo casos que, de estar en su casa aislados, pasaban directamente a terapia intensiva.
Una postal habitual durante la pandemia. El entonces secretario de Salud, Jorge Prieto, con estricto barbijo, en conferencia de prensa para informar las novedades sobre el coronavirus y la vacunación. Foto: Archivo/Flavio Raina.
- ¿Qué cambiaría?
- Algo que nos marcó mucho fue la soledad que se padeció en ese momento. Llenaría los silencios con mayores diálogos; abriría más los diálogos con gente que lo necesitaba. Teníamos una línea que era un 0800 y la gente llamaba para escuchar a alguien del otro lado, porque vivía sola. Eso se tendría que haber cambiado porque fue una de las principales causales de depresión y de adherir a otros hábitos: si alguien consumía un poco de sedantes o de alcohol, comenzó a hacerlo en mayor medida. Pero era difícil de evaluar porque recién hoy conocemos el comportamiento del virus.
- Usted también tuvo Covid.
- Decidí presentar el libro el 4 de septiembre porque fui el primer funcionario que tuvo la enfermedad antes de la época de la vacuna, en 2020 (fue diagnosticado en esa fecha). Y las repercusiones que tuvo esto en el contexto de pandemia no solo fueron en las personas, sino también en la cultura, en lo social, en lo comunitario, en las economías mundiales y regionales que fueron desgarradoras. Y hay una lista de secuelas que seguramente mediremos a largo plazo.
- ¿Tuvo miedo en ese momento, mientras atravesaba la enfermedad?
- Tuve mucho miedo, me diagnosticaron a través de un hisopado porque me picaba la garganta y luego comencé a tener fiebre, pero la segunda noche tuve mucha dificultad respiratoria y debilidad muscular. Me comuniqué con el hospital José María Cullen que había sido designado como monovalente para la atención del COVID. Y recuerdo haber pedido: "Si sigo con esta dificultad respiratoria, te voy a pedir que aunque sea 24 horas me dejes ahí porque me voy a sentir más seguro". Por supuesto que tuve miedo y traté de no demostrarlo nunca porque teníamos que tener la mayor entereza para contener y transmitir con la palabra apropiada lo que se vivía en ese momento.
"Los silencios de la pandemia no se olvidan", reflexiona el Dr. Jorge Prieto, mientras insta a "cuidarnos entre nosotros" y "recuperar el diálogo" que en ese tiempo de aislamiento fue casi inexistente.
- La bajada del libro menciona la capacidad de reinvención. ¿Hay un costado positivo u optimista en el texto?
- Hay dos cosas, uno se refiere a la post humanidad, hay reflexiones acerca de nuevas políticas sanitarias a rever a futuro frente a una situación parecida a esta.
Y por otro lado, consejos que doy desde mi experiencia como sanitarista formado desde hace 30 años en la salud pública y después de estar a cargo de otro episodio como fue la inundación del 2003, en el comité de crisis. El libro tiene lo que nos dejó la pandemia como reflexiones profundas, lo que nos afectó en las emociones y lo que uno propone de ahora en más para los sistemas de salud que, sin duda, van a ser un quiebre muy importante porque estamos frente a una situación económica que vivimos en el día a día, con mayor desempleo y menor cobertura de las obras sociales. Y, sin duda, esto tiene que recaer en la rectoría que siempre va a hacer el Estado.
Pero si tengo que decir cómo voy a evaluar aquella experiencia, pudimos entender que la vida no es un momento sino un ir y venir de situaciones que se generan más allá de lo personal. Pero te voy a decir algo importante que tal vez te llame la atención: jamás supe durante la pandemia el valor real de un abrazo. Hubiera querido saber en cuánto hubiera cotizado.
- ¿Está presente la pandemia en la agenda pública y en la vida privada de las personas? ¿Somos conscientes de los efectos que puede haber dejado este virus?
- Uno de los mayores compromisos que tiene que tomar el Estado hoy es retomar la salud mental, el diálogo y la sociabilización cuidada. Porque debemos ser conscientes de que si seguimos contradiciendo a la naturaleza y haciendo oídos sordos a la advertencia del medio ambiente, estaremos viviendo en una realidad diferente a la que se presenta ante nuestros ojos. Si es así, no habrá vacuna que pueda salvar el mundo.
- ¿A quién espera que llegue su libro?
- Es un libro abierto a toda la comunidad porque no es técnico; deja más reflexiones, más emociones y, por supuesto, consejos de lo que podríamos o no haber hecho con los errores, porque también fuimos humanos. Pero en Santa Fe, y menos en Argentina, no vimos la realidad que vivía el mundo, no veíamos fosas comunes ni ataúdes de cartón ni cadáveres cremados en la calle. Hoy podemos contarlo. Por eso decidí presentar el libro este 4 de septiembre, cuando puedo estar contando esta historia.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.