"Fue como volver a nacer": la historia de una médica que luego de un mes internada, fue diagnosticada de lupus
Florencia (26) contó a El Litoral cómo fue el difícil diagnóstico de esta enfermedad crónica. Hoy la joven continúa trabajando como doctora y consciente de su patología, sigue los cuidados necesarios e remarca la importancia de esta enfermedad.
Florencia pasó de ser médica a paciente en su mismo lugar de trabajo y fue atendida por sus compañeros.
Florencia Franco tiene 26 años, es oriunda de San Cristóbal y hace 4 años trabaja como médica en la ciudad de Santa Fe. En este lapso de tiempo, la joven vivió un hecho que cambió su vida: en agosto de 2023, luego de estar 1 mes internada en una clínica local, semanas en terapia intensiva y intubada, fue diagnosticada de lupus.
En el Día Mundial del Lupus Florencia cuenta su historia de resiliencia: “Fue como volver a nacer, tuve que aprender a respirar y caminar desde cero. Fue casi un año entero de recuperación", contó en diálogo con El Litoral.
Luego de su diagnóstico, la joven continúa trabajando como médica; ahora, consciente de su patología, siguiendo los cuidados necesarios y día a día, remarcando la importancia de esta enfermedad que a veces poco se tiene en cuenta.
"Mi caso era una bomba de tiempo. Tuve que aprender a hacer todo desde cero”, contó la joven.
De médica a paciente
La sancristobalense pasó de ser médica a paciente en su mismo lugar de trabajo y siendo atendida por sus compañeros: “Mientras hacía guardias empecé un día con fiebre. Pensé que era algo viral porque me hice tests de covid y dengue y daban negativo. Como no mejoraba, les dije a mis colegas 'me interno y estúdienme'”.
El lupus es una enfermedad autoinmune crónica que puede afectar múltiples órganos y tejidos del cuerpo, causando inflamación y daño. Generalmente, “aparece en pacientes mujeres en edad fértil, pacientes jovencitas. Se puede manifestar como una afección en la piel, como también, al ser una patología multisistémica, afecta a muchos órganos, como por ejemplo a los riñones”.
Esta patología crónica no se puede prevenir y es conocida como “la gran simuladora” por su capacidad de parecerse a muchas otras enfermedades, dificultando el diagnóstico. ¿Desencadenantes del lupus? Son multifactoriales: “Puede haber algún factor genético que se active o factores estresantes, hormonales o alimenticios”, explicó la joven médica.
En el caso de la entrevistada, la aparición fue un caso muy particular: “La forma en la que se despertó en mi organismo es el 1% del lupus. No tengo antecedentes en mi familia ni nada. Además de la fiebre y que no podían detectar el origen, empecé con síntomas neurológicos: hormigueo y se me dormían las piernas. Fue tan extraño todo que colegas presentaron mi caso en un congreso”, contó la joven.
“El cuadro fue avanzando y yo todavía consciente, pedí estar en terapia intensiva. El lupus me inflamó la médula espinal y al llegar a los pulmones, no podía respirar. En la UTI estuve 15 días, 10 intubada”, relató Florencia, resaltando que su caso “era una bomba de tiempo”.
Diagnóstico y milagrosa mejoría
Luego de semanas de incertidumbre y preocupación llegó el esperado diagnóstico: “Con una punción en el riñón detectaron que era lupus y comenzaron a darme corticoides entre otras cosas. A partir de eso, mejoré de un día para el otro”, contaba la médica.
“Apenas desperté estaba consciente, podía mover las manos, pero no podía hablar porque estaba intubada, así que escribía en una pizarra. Tampoco podía mover las piernas, aunque sí sentía estímulos. Fue todo un shock”, recordó la joven.
La aparición del lupus en Florencia, se da en el 1% de pacientes. La presentación de su caso en un congreso.
Apoyarse en la fe y otros pacientes
Entre tantos momentos duros, Florencia tiene presente aquellos instantes de alegría: “Cuando estaba muy complicada, otro paciente que estaba en terapia intensiva también, con sus últimas fuerzas, me hizo llegar el rosario al que él se había aferrado todo ese tiempo”.
“Cuando mejoré y estaba en una de las clases de terapia ocupacional, conté al pasar esta historia del rosario y me encontré con su dueño: Gabi, que estaba en la UTI por una neumonía bilateral, estaba recuperándose al igual que yo. Se me puso la piel de gallina, el rosario nos hermanó y me sentí muy conectada con él en ese momento”, contó la entrevistada.
“Toda esta situación me hizo tener fe, ya que los médicos solemos ser bastantes escépticos. Hoy con Gabi seguimos teniendo relación y la vamos a tener por muchos años más”, remarcó la joven.
Florencia contó que el diagnóstico de lupus la sorprendió y la llevó a preguntarse “¿por qué esto me tocó a mí?". Hoy, manteniendo su tratamiento, cuidados y ejerciendo la medicina desde anatomía patológica -que la mantiene al margen de virus- cuenta que su visión de la vida es completamente distinta.
“Como médica, haber estado del lado del paciente, ahora me hace más empática y mejor doctora”, dijo la joven y agregó que “tener que aprender desde cero a caminar, respirar y tener fuerza, hoy me llevan a vivir cada momento a pleno y tomarme las cosas con más calma”, concluyó Florencia.
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