Michael J. Fox lleva luchando contra la enfermedad de Parkinson desde que tenía apenas 29 años.

En su última entrevista, el actor de Volver al Futuro y Lazos de Familia se sinceró sobre los desafíos de su enfermedad y aseguró que nada le gustaría más que tener una muerte tranquila. Mientras, sus proyectos y su familia lo mantienen activo.

Michael J. Fox lleva luchando contra la enfermedad de Parkinson desde que tenía apenas 29 años.
Y ahora que tiene 64 años, de los cuales ha pasado 35 conviviendo con dicha enfermedad neurodegenerativa, empieza a pensar cada vez más en el día en que se vaya.
"No hay una cronología ni una serie de etapas por las que pasar, como ocurriría con un cáncer de próstata, por poner un ejemplo. Todo es mucho más misterioso y enigmático. No hay mucha gente que haya tenido Parkinson durante 35 años", explicaba en una reciente entrevista con The Times.
El actor no sabe cuándo le llegará la hora, pero sí tiene una certeza: quiere una muerte tranquila: "Me gustaría no despertarme un día. Eso estaría muy bueno. No quiero que sea algo dramático, no quiero tropezar con un mueble y destrozarme la cabeza".
A pesar de su enfermedad, la vida del actor dista mucho de ser tranquila. Gracias a la Michael J Fox Foundation, que fundó en 2000, ha recaudado hasta la fecha la impresionante cifra de 2.500 millones de dólares para investigar la enfermedad.

Y a pesar de haberse retirado de los escenarios en 2020, está a punto de aparecer en la tercera temporada de la serie dramática de Apple TV+ Terapia sin filtro, en la que Harrison Ford interpreta a un terapeuta con Parkinson en estado avanzado.
Y luego está su último libro. Hace apenas unos días, Michael fue inmortalizado bajándose de un coche y colocándose en una silla de ruedas en Nueva York, donde fue recibido por una multitud de fans que le saludaron efusivamente.
Su destino no era otro que el centro cultural 92NY, donde presentó Future Boy: Back to the Future and My Journey Through the Space-Time Continuum ("El chico del futuro: mi viaje a través del continuo espacio-tiempo"), coescrito junto a Nelle Fortenberry.
Según explica el actor en The Times, en un principio pensaba que asistía a determinados eventos por los fans, pero se ha dado cuenta de que “en realidad no se trata de ellos, sino de mí”.
“Quiero expresarles mi gratitud. Me han dado muchísimo, mi vida es increíble. La enfermedad es una mierda… pero a la gente no le doy pena. No piensan que soy patético. Me ven… bueno, no podría decirte cómo me ven, pero me da la sensación de que me ven como una influencia positiva", dijo.
La estrella de Regreso al futuro ya profundizó en su experiencia con el Parkinson en el documental Still (2023), de Davis Guggenheim. “Sufro, pero no soy patético”, dejó claro entonces.
Fox estaba en la cima de su carrera cuando se dio cuenta de que le temblaban los dedos sin poder controlarlos: “Cuando los médicos me lo contaron no me lo podía creer. Pensé que esto no me podía pasar a mí”.
Obviamente, con apenas 29 años fue muy difícil digerir un diagnóstico de Parkison. Así que cayó en el alcoholismo: "Al principio sobrellevé mi tristeza y depresión bebiendo demasiado. Pero ese no podía ser el final de la historia. Busqué una nueva manera de superarlo y sobrellevarlo. Lo conseguí gracias a la ayuda de mi mujer, Tracy".

Además de su esposa, lo que le hace “seguir adelante” son los cuatro hijos que comparte con ella.
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