Durante su participación en el programa Otro día perdido, Soledad Pastorutti compartió una historia desconocida sobre los comienzos de su carrera que dejó atónito a Mario Pergolini. La cantante recordó cómo nació el emblemático movimiento del poncho, gesto que la acompañó durante más de tres décadas y que se convirtió en una marca inconfundible de su identidad artística.
“Revoleo del poncho”
El gesto que cambió su carrera: Soledad Pastorutti contó cómo nació su marca personal
La cantante recordó una historia poco conocida de su adolescencia que sorprendió a Mario Pergolini y reveló cómo un momento espontáneo terminó definiendo su estilo sobre el escenario.
El origen del gesto que la marcó
En este marco, Pastorutti reveló que el primer “revoleo de poncho” ocurrió en la ciudad de Gálvez. Según contó, tenía apenas 15 años cuando imitó espontáneamente a un espectador que agitaba su abrigo al fondo del salón.
“Fue antes de Cosquín. Pucho Tollini fue quien lo inició”, explicó, y añadió que la escena provocó una revolución entre los asistentes, especialmente porque en aquella época en Santa Fe resultaba inusual interpretar una chacarera.
La reacción de Pergolini no tardó en llegar: sorprendido, bromeó con que el gesto no le pertenecía a ella, sino al misterioso hombre del público. “Es de Pucho Tollini”, reafirmó la artista, quien contó que tiempo después él le regaló una campera y ella, en señal de afecto, le obsequió su poncho.
Los desafíos de una joven artista
En otro tramo de la charla, Pastorutti recordó las dificultades que atravesó en sus inicios para imponer un estilo propio en un mundo musical tan conservador.
“El folclore era muy rígido. Me descalificaban porque me movía demasiado en el escenario”, relató entre risas, aunque destacó que con el tiempo esos cambios lograron abrir nuevas posibilidades para las generaciones posteriores.
También reflexionó sobre cómo evolucionó la industria: “Hoy los chicos tienen un talento increíble y oportunidades que nosotros no teníamos. En nuestra época había que ser insolentes para que te escucharan”.
Un ida y vuelta cargado de humor
El intercambio entre ambos sumó un tono distendido cuando Pergolini mencionó su supuesta actitud “sumisa” en aquellos años. Pastorutti respondió con humor: “Con ese pelo largo, rockero… yo te sufrí alguna vez”.
Sin embargo, enseguida buscó suavizar el clima y expresó su afecto hacia el conductor: “Siempre te admiré un montón”.
Pergolini quiso devolver el elogio, pero ella lo interrumpió divertida: “No hace falta que digas lo mismo”. Finalmente, el conductor cerró con un gesto de cariño: “Si estás acá, es porque te admiramos”.
La cantante evitó dar detalles sobre viejas tensiones y concluyó con un mensaje conciliador: “Te quiero y te respeto. Me encanta lo que estás haciendo”.
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