Un operativo policial y judicial encabezado por la DDI La Matanza culminó con el rescate de 220 aves silvestres, algunas en peligro de extinción, que eran comercializadas de manera ilegal a través de redes sociales.

La DDI de La Matanza descubrió una red ilegal que ofrecía aves autóctonas y especies en peligro a través de Marketplace y estados de WhatsApp. Se secuestraron 220 ejemplares, se detuvo a un hombre y los animales fueron trasladados a un bioparque con apoyo de la Fundación Temaikén.

Un operativo policial y judicial encabezado por la DDI La Matanza culminó con el rescate de 220 aves silvestres, algunas en peligro de extinción, que eran comercializadas de manera ilegal a través de redes sociales.
La investigación se extendió varios meses y permitió desarticular un circuito clandestino de venta de fauna protegido por la Ley 22.421, tras allanamientos en la localidad bonaerense de González Catán.
La causa se inició a comienzos del año tras la detección de publicaciones en Marketplace de Facebook donde se ofrecían aves silvestres y especies protegidas para la venta.
La DDI La Matanza llevó adelante un minucioso seguimiento digital de la actividad en redes, lo que permitió vincular estas ofertas a un usuario identificado como Gabriel Hernán Cano, de 48 años.
Según fuentes judiciales, Cano utilizaba tanto el marketplace como estados de WhatsApp para comunicarse con compradores habituales y captar nuevos clientes.

Incluso funcionaba como intermediario entre quienes captaban y quienes compraban estos animales, generando así una red de comercialización ilegal que vulneraba la normativa nacional de protección de fauna silvestre y la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas.
Con la investigación en marcha, los efectivos determinaron que parte de la operatoria se realizaba en un local de artículos de pesca en la calle Simón Pérez, donde se dejaban algunos ejemplares para su venta clandestina.
Ante las pruebas recabadas, el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N.º 3 de Morón, a cargo del juez Jorge Rodríguez, autorizó el uso de la figura del “agente revelador”, un detective encubierto que se contactó con Cano y fue guiado hasta el lugar donde se ocultaban las aves.

Con el aval judicial para realizar allanamientos, se llevaron a cabo dos procedimientos: uno en el local de artículos de pesca y otro en un domicilio de Perseverancia al 4100, en González Catán.
En este último, los investigadores encontraron numerosas aves hacinadas en jaulas pequeñas e inadecuadas, en condiciones de estrés, con plumaje deteriorado, signos visibles de golpes y casos de pododermatitis, una enfermedad típica de aves mantenidas en espacios insalubres.
En total se incautaron 220 aves de distintas especies, entre ellas pepiteros de collar, reyes del bosque, reinamoras grandes, jilgueros dorados, brasitas de fuego, corbatitas, cardenales copete rojo, cabecitas negras y capuchinos garganta café, además de más de 120 aves exóticas sujetas a protección especial por su condición biológica.
Entre los hallazgos más preocupantes figuraron cuatro ejemplares de cardenal amarillo, una especie considerada una de las más amenazadas en la región.

Según informes recientes del Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires, se estima que quedan apenas unos 2.000 adultos de esta especie en Argentina, Brasil y Paraguay, debido a la pérdida de hábitat y a la presión del tráfico ilegal de fauna.
El detenido fue apresado en el allanamiento y se le secuestró un teléfono celular que será clave para avanzar en la investigación. El juez dispuso las diligencias de rigor y ordenó que, una vez verificado el Registro Nacional de Reincidencia, se evalúe su situación procesal.
Las aves rescatadas fueron trasladadas bajo custodia a la Fundación Temaikén, una organización con amplia experiencia en la protección y manejo de especies silvestres. Allí quedaron en cuarentena y cuidado para evaluar su estado de salud y planificar su recuperación.
En todos los casos en que sea posible —y de acuerdo con los protocolos veterinarios— los animales serán reinsertados en sus hábitats naturales o en áreas protegidas.

El operativo contó con la colaboración de la Fundación Temaikén, que aportó expertos en fauna silvestre para asegurar que las aves tuvieran atención especializada desde el momento de su rescate.
Organizaciones ambientales resaltaron la importancia de estas acciones para frenar las redes de tráfico de fauna, un delito que no solo pone en riesgo a las especies, sino que también afecta la biodiversidad regional.
La comercialización de fauna silvestre, especialmente de especies protegidas, no solo está prohibida por la Ley 22.421 sino que también forma parte de una problemática mayor que afecta a todo el país.