Cuatro hombres fueron condenados por la caza ilegal de un yaguareté en Formosa
La Justicia impuso penas de prisión efectiva por la captura y consumo de una especie protegida, en un hecho que marca un precedente ambiental y judicial en el país.
El yaguareté es una de las especies más amenazadas del Gran Chaco argentino.
La Justicia Federal impuso dos años de prisión a cuatro hombres por matar a un yaguareté en la provincia de Formosa y difundir imágenes del animal en redes sociales. Es la primera vez que un caso de caza furtiva de esta especie llega a un tribunal oral en la Argentina. El hecho ocurrió en julio del año pasado.
Según un comunicado de Greenpeace, los condenados admitieron su responsabilidad en el delito y fueron identificados como Viterman Ponce de León, Walter Hugo Ponce de León, Claudio Hugo Cisneros y Máximo Cisneros. La pena, de cumplimiento efectivo, se dictó en el marco de un proceso que buscó visibilizar el impacto de la caza ilegal sobre una especie en peligro de extinción.
Imágenes difundidas mostraron al felino tras la caza ilegal en Formosa.
El fallo fue emitido por el Tribunal Oral Federal de Formosa tras un acuerdo de juicio abreviado entre el Ministerio Público Fiscal, las defensas y las querellas. Además de la condena, se dispuso el decomiso de las armas utilizadas y de los elementos empleados en la caza. Los jueces remarcaron que la decisión busca sentar un precedente en la lucha contra la caza furtiva en el país.
Una especie en riesgo
El yaguareté, que cuenta con protección legal como Monumento Natural Provincial en Formosa desde 2018 y como Monumento Natural Nacional desde 2001, enfrenta una población reducida a unos 250 ejemplares en todo el territorio argentino. En el Gran Chaco, donde fue abatido este ejemplar, sobreviven apenas unos 20 individuos.
De acuerdo con Greenpeace, la decisión judicial representa un avance frente a uno de los principales factores que ponen en riesgo la supervivencia del yaguareté: la caza furtiva. Sin embargo, la organización advirtió que persisten otras amenazas de igual o mayor gravedad, como la deforestación en el norte argentino.
El caso y la reacción social
El caso actual tuvo su origen cuando, armados y acompañados por perros, el grupo de hombres fue a buscar una vaca que se había extraviado. De acuerdo con el relato de los involucrados, al hallar al animal muerto encontraron también, cerca de sus restos, a un ejemplar de yaguareté.
El caso generó un precedente en la defensa judicial de la fauna silvestre.
Según sus testimonios, el felino intentó atacarlos y mató a dos de los perros, lo que motivó que Claudio Cisneros efectuara el disparo que terminó con su vida. Tras abatir al yaguareté, los cuatro hombres se fotografiaron sonriendo junto al cuerpo antes de que fuera carneado, y luego consumieron su carne.
Greenpeace subrayó que la condena es inédita dado que la caza furtiva de esta especie no había llegado antes a juicio oral en el país. La ONG también recordó que el yaguareté es el tercer felino más grande del mundo, después del león y el tigre.
Un macho adulto puede superar los 100 kilos y medir más de dos metros de largo, con la fuerza suficiente para abatir presas como tapires, carpinchos o yacarés. Su musculatura, sumada a su capacidad para trepar, nadar y desplazarse en silencio, lo convierte en un depredador único del ecosistema selvático.
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