El mediodía del domingo 7 de diciembre en el barrio porteño de Floresta terminó con incidentes, desmayos y asistencia médica en el Teatro Gran Rivadavia, después de que una posible sobreventa de entradas generara malestar entre los asistentes que quedaron afuera del recinto.
Caos tras la sobreventa
El conflicto se desató cuando muchas personas quedaron fuera del teatro pese a contar con entradas, lo que desató gritos e indignación.
Una gran cantidad de público no pudo ingresar al edificio ubicado en Avenida Rivadavia 8600 por una aparente sobreventa —es decir, se vendieron más entradas de las que el cupo permitía.
La situación derivó en tensión en la puerta del teatro mientras adentro se desarrollaba un evento privado de danza, con la participación de estudiantes de distintas escuelas.
Con el recinto colapsado y las altas temperaturas del día como factor agravante, varias personas comenzaron a descompensarse.
Emergencia sanitaria y clausura del lugar
Poco después de las 14:30, llegaron efectivos policiales y personal del SAME, tras llamados al 911 alertando sobre la sobreocupación del teatro y la presencia de personas descompensadas —entre ellas menores de edad.
En total, se atendieron a 11 personas en el sitio. Fueron asistidas mediante cuatro ambulancias del SAME y una privada; por fortuna, ninguna requirió traslado a un centro de salud.
Ante lo ocurrido, las autoridades de la ciudad intervinieron a través de la Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad de Buenos Aires, que determinó la clausura preventiva del teatro.
El evento fue suspendido. Muchas familias salieron angustiada —con gritos y reproches—, mientras se realizaban los controles correspondientes. La situación expuso la importancia de respetar los límites de capacidad en espacios cerrados, más aún cuando hay menores y condiciones climáticas adversas.
Mirá tambiénAlejandro Balbis: desde las profundidades del océano y del almaReacciones y consecuencias
El episodio generó un fuerte malestar entre los asistentes que quedaron afuera, y entre quienes pudieron entrar, muchos de los cuales vivieron momentos de angustia por la descompensación colectiva.
El reclamo apuntó directamente contra los organizadores del evento, cuestionándolos por la supuesta sobreventa.
Por su parte, las autoridades porteñas actuaron rápidamente: la clausura del lugar se concretó ese mismo día, como medida preventiva mientras se evalúan responsabilidades.
Las autoridades también advirtieron sobre posibles sanciones para quienes incumplen las normas de capacidad —una alerta de cara a futuros eventos en la ciudad—.