Piden 12 años de prisión para un empleado judicial acusado de haber violado a sus exnovias
Conrado Escudero fue denunciado por dos de sus exparejas, en la etapa final del juicio pidió declarar y sostuvo su inocencia. El próximo lunes se conocerá el veredicto del tribunal.
El juicio se realiza en los tribunales de la ciudad de Santa Fe. Foto: Mauricio Garín
Un empleado judicial santafesino se enfrenta a un pedido de condena a 12 años de prisión por haber abusado sexualmente de dos de sus exparejas. Este jueves se realizaron los alegatos finales en el juicio, y se prevé que el lunes se conozca la sentencia.
Los jueces Luis Octavio Silva, Rosana Carrara y Pablo Ruiz Staiger conforman el tribunal que preside el debate, iniciado la semana pasada en los tribunales de la ciudad de Santa Fe.
El fiscal Matías Broggi acusó a Conrado Escudero (34) de haber cometido dos "abusos sexuales con acceso carnal". Una de las víctimas se constituyó como querellante y cuenta con la asistencia de las abogadas del Centro de Asistencia Judicial (CAJ), quienes esperan lograr una condena a 10 años de prisión, sólo por el abuso a su representada.
El fiscal Broggi llevó la causa a juicio.
Al frente de la defensa de Escudero está la abogada particular Macarena Olivera, quien sostuvo la inocencia de su cliente y apuesta a lograr una absolución de culpa y cargo, o subsidiariamente, la aplicación de la menor pena posible: 6 años de prisión.
Escudero llegó en libertad al juicio. Es chofer del Poder Judicial, trabajó en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y luego para el Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (Sppdp). Actualmente se encuentra suspendido.
Abusos reiterados
El bloque acusador afirmó haber acreditado "con certeza la comisión de abusos sexuales" en un contexto de violencia de género
La fiscalía señaló que Escudero abusó de las víctimas mientras mantenía con ellas relaciones de pareja. En ambos casos, le atribuyeron haber generado discusiones cuando las mujeres no querían tener sexo él, acusándolas de que lo engañaban. Estas situaciones terminaban con ellas accediendo a mantener relaciones sexuales, sintiéndose forzadas cuando ya habían dicho que no querían hacerlo.
Además, el fiscal sostuvo que cuando no logró que ellas cedieran, Escudero las forzó. A esto se suma que, habiendo mantenido relaciones sexuales consentidas con una de las mujeres, el acusado se quitó el preservativo sin avisarle.
El debate se desarrolló en la sala 6 del Palacio de Justicia. Foto: Guillermo Di Salvatore
Esto último se conoce como "stealthing", y es reconocido por la jurisprudencia argentina como una modalidad de abuso sexual con acceso carnal, dado que no existe un consentimiento libre de la víctima sobre las condiciones del acto.
"Ayer decidí yo y no te avisé, estuve mal. La próxima te aviso, ya te dije, así lo hacemos con tu permiso", le contestó Escudero a su pareja cuando ella se enteró y le mandó un mensaje recriminando lo sucedido. Esta fue unas de las pruebas presentadas por la fiscalía, junto a la declaración de decenas de testigos, entre los que estuvieron incluidas las dos víctimas.
Los acusadores describieron un patrón de violencia y control en los vínculos. Se mencionó aislamiento, escenas de celos y control del celular y las redes sociales de las mujeres, además de constantes y fuertes discusiones. Todo ello acreditaría la existencia de un contexto de violencia de género.
Al cierre de los alegatos, tanto el fiscal como las querellantes solicitaron que se condene a Escudero y se disponga que permanezca en prisión preventiva hasta que el fallo adquiera firmeza.
"Soy inocente"
La defensa solicitó la absolución total del imputado, y aseguró que con las denunciantes Escudero mantuvo relaciones "conflictivas y tóxicas", pero que "los celos y la insistencia no constituyen delito".
Olivera intentó desacreditar la acusación, argumentando que se buscó construir una figura social negativa del imputado, y destacó que las relaciones continuaron durante dos y tres años porque las mujeres así lo quisieron.
La defensa cuestionó la credibilidad de las denunciantes, señalando que la mayoría de los testimonios contra Escudero eran "de oídas" y que faltaba prueba objetiva.
En el análisis del caso de stealthing, la defensora argumentó que el acusado podría haber incurrido en un "error de tipo", ya que "no sabía que porque se sacó el preservativo" estaba cometiendo un delito. Además, interpretó que de los mensajes intercambiados entre él y la mujer surge que, en ese momento, la víctima no lo consideró un abuso.
Al finalizar, el propio Escudero hizo uso de su derecho a la última palabra, negando todas las acusaciones: "Yo soy inocente y jamás en mi vida abusé de nadie, ni fui violento con nadie".
El tribunal pasó a deliberar, y el veredicto será comunicado el próximo lunes a las 8 en la sala 6 de los tribunales de Santa Fe.