La fiscalía dispuso la realización de nuevas medidas en el marco de la investigación del crimen de Carlos Alberto “Pelusa” Farías, el arbolito asesinado en el interior de un local comercial de la peatonal de la ciudad de Santa Fe.
La fiscalía dispuso nuevas medidas en pos de terminar de reunir las evidencias necesarias para acusar formalmente al único imputado por el homicidio, un prestamista de 23 años.
La fiscalía dispuso la realización de nuevas medidas en el marco de la investigación del crimen de Carlos Alberto “Pelusa” Farías, el arbolito asesinado en el interior de un local comercial de la peatonal de la ciudad de Santa Fe.
La causa está en manos del fiscal Estanislao Giavedoni, de la Unidad Especial de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación (MPA). El martes 1 de julio se exhumó el cuerpo de Farías, que se encuentra en un cementerio del norte de la ciudad, para extraer una muestra que será utilizada para un cotejo de ADN.
Agentes de la Policía de Investigaciones (PDI), acompañados por familiares de la víctima y su representante legal, se encargaron de extraer una pieza dentaria cuyo ADN será cotejado con el de una mancha de sangre hallada en un calzado del único imputado por el crimen: Augusto Joaquín Monzón.
Dicho análisis había sido solicitado meses atrás por la fiscalía, a la que informaron recientemente desde el Laboratorio que los tejidos preservados luego de la autopsia no fueron útiles para el cotejo. Fue por esto que se realizó la exhumación, a fines de avanzar con la obtención de todas las evidencias posibles para cerrar la investigación.
El crimen del “Pelusa” Farías, ocurrido el 21 de febrero del año pasado, fue calificado como un "homicidio agravado criminis causa", y así fue atribuido a Monzón. El prestamista permanece en prisión preventiva desde finales de ese mes, por orden del juez Lisandro Aguirre.
Farías llevaba 20 años dedicándose a cambiar dinero en moneda local y extranjera. Solía operar en la esquina de la peatonal San Martín y calle Tucumán, pleno centro santafesino.
El miércoles que desapareció se comunicó con su esposa y su hija por la siesta. Les aseguró que existía la posibilidad de hacer un “negocio importante” y que se reuniría con alguien, tras lo cual no volvió a comunicarse.
Cuando no regresó a su hogar, ni lograron contactarlo, decidieron realizar la denuncia de paradero, y allí comenzó la investigación que dos días más tarde llevó al hallazgo del cuerpo del arbolito en el depósito de un local comercial, entre bolsas de ropa.
El análisis de cámaras de seguridad de la zona permitió a los investigadores reconstruir el recorrido de Frías, desde la esquina en la que solía operar hasta el local de venta de indumentaria “California Bay”, ubicado sobre la peatonal, a metros de calle Eva Perón.
Frente al comercio lo esperaba Monzón, quien momentos antes había ido a buscar a su novia, que trabajaba allí, para luego dirigirse al departamento céntrico que compartían. Se cambió de ropa, y fue a encontrarse con el "arbolito".
El último registro de Farías con vida es el de una de las cámaras de la zona, que lo captó ingresando al local junto a Monzón a las 13.30. No se registraron movimientos hasta pasadas las 15.15, cuando sólo un hombre salió de allí.
La camisa celeste de Monzón estaba azul, se cree que debido a la transpiración por haber limpiado el lugar y movido el cuerpo. Se fue del lugar y ya no regresó. Pasó alrededor de una hora hasta que su novia volvió al local, para abrirlo al público.
El cuerpo sin vida de Farías fue hallado dos días después, en el depósito, oculto entre bolsas de ropa. Su rostro estaba casi desfigurado. La autopsia confirmó que falleció a causa de graves traumatismos de cráneo, producidos por un elemento contundente.
La teoría fiscal es que Monzón lo atacó en el salón de ventas del local, lo asesinó a golpes y luego ocultó su cuerpo. Limpió los rastros de sangre, y se fue. El morral de Farías apareció descartado en un pasillo, con apenas unos pocos dólares. Su familia asegura que llevaba más dinero consigo.
Tanto la novia de Monzón como otro empleado se vieron involucrados en la causa, aunque con el correr de la investigación su participación en el hecho habría sido descartada. La detención del prestamista se efectuó cuando se presentó en la comisaría a buscar a su novia. Desde entonces, permanece tras las rejas.
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