ACV en Argentina: cómo prevenir la principal causa de discapacidad
En el país cada nueve minutos alguien sufre un evento cerebrovascular. La demora en la atención es crítica, solo el 10% de los pacientes llega a tiempo para recibir tratamiento efectivo. En la última década aumentaron los casos en adultos jóvenes.
En Argentina, cada nueve minutos una persona sufre un accidente cerebrovascular
Los nuevos estudios publicados en The Lancet advierten sobre el aumento global de los factores de riesgo, en especial la hipertensión arterial, y señalan la importancia de la prevención y el diagnóstico temprano. EnArgentina, cada nueve minutos una persona sufre un accidente cerebrovascular y muchas llegan tarde al hospital.
La enfermedad cerebrovascular, que se produce cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe o se reduce, sigue siendo una de las principales causas de muerte y la primera de discapacidad adquirida en adultos.
En la mayoría de los casos se puede prevenir. Sin embargo, los especialistas coinciden en que aún falta conciencia sobre los factores de riesgo y sobre la necesidad de actuar rápido ante los primeros síntomas.
La presión arterial elevada sigue siendo el factor de riesgo más determinante
Hipertensión y control
Uno de los artículos más recientes publicados por The Lancet Neurology, titulado “The global challenge of hypertension”, advierte que la presión arterial elevada sigue siendo el factor de riesgo más determinante para el desarrollo de un ACV.
Según el trabajo, se estima que la hipertensión afecta a más de 1.300 millones de personas en el mundo y que su control sigue siendo bajo, incluso en países con sistemas de salud avanzados.
En la Argentina, la situación no es muy diferente. Datos del Ministerio de Salud de la Nación indican que 4 de cada 10 adultos son hipertensos, y más de la mitad no lo sabe. A eso se suma que solo uno de cada cuatro pacientes tratados logra mantener la presión controlada. Este escenario explica por qué el ACV sigue siendo un problema de salud pública de magnitud.
El ACV puede ser isquémico o hemorrágico
El diagnóstico temprano
Otro de los ejes señalados por The Lancet en su análisis sobre la enfermedad carotídea y el uso de stents en Estados Unidos es la necesidad de evitar el “sobretratamiento” y priorizar la detección temprana con criterios claros. En Argentina, los especialistas coinciden en que el desafío principal no es el exceso de intervenciones, sino la demora en llegar al hospital cuando ocurre un ACV.
Cada minuto que pasa sin tratamiento se pierden millones de neuronas, y el margen de acción para revertir un ACV isquémico (el más frecuente, causado por un coágulo) es de apenas 4 horas y media. A pesar de ello, se estima que solo el 10% de los pacientes argentinos llega a tiempo para recibir tratamiento trombolítico o endovascular.
Para facilitar la detección, los expertos recomiendan recordar la regla “FAST”:
F (Face): rostro caído o asimétrico.
A (Arm): pérdida de fuerza en un brazo.
S (Speech): dificultad para hablar.
T (Time): actuar rápido y llamar a emergencias.
Un problema creciente en adultos jóvenes
Si bien el ACV es más frecuente a partir de los 55 años, los especialistas advierten que en la última década aumentaron los casos en adultos jóvenes, sobre todo por el sedentarismo, el tabaquismo y el estrés crónico.
En línea con lo que describe The Lancet, el fenómeno no es exclusivo de la Argentina: se observa en toda la región de América Latina, donde el acceso irregular a la atención primaria y los altos niveles de obesidad y presión arterial elevada agravan el panorama.
Para reducir el impacto de esta enfermedad, el Ministerio de Salud impulsa desde hace algunos años el Programa Nacional de Control de la Hipertensión Arterial, que promueve controles periódicos gratuitos en centros de salud y farmacias adheridas.
Sin embargo, los especialistas remarcan que la prevención requiere una estrategia más amplia: educación en hábitos saludables, reducción del consumo de sal, promoción del ejercicio físico y control del colesterol y la diabetes.
Los estudios de The Lancet vuelven a poner el foco en algo esencial: la lucha contra el ACV no depende solo de los médicos o de los hospitales, sino también de las decisiones cotidianas. Controlar la presión, dejar de fumar, mantener un peso saludable y consultar ante cualquier síntoma son acciones simples que pueden salvar una vida.
En palabras de la Sociedad Neurológica Argentina, “prevenir un ACV es posible, pero requiere compromiso individual y políticas públicas sostenidas”. En un país donde cada nueve minutos alguien sufre un evento cerebrovascular, actuar a tiempo puede marcar la diferencia.
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