Enviado Especial a Resistencia, Chaco
Se fue Yllana, asumió Minella (dos prácticas y a la cancha), pero el equipo siguió mostrando la misma fragilidad y perdió 2 a 0 contra el durísimo Chaco For Ever de Pancaldo. Se acostumbró a perder. Once derrotas en los últimos catorce partidos. Lamentable. ¿Alcanzará con el Pulga Rodríguez para arreglar este desastre?
Enviado Especial a Resistencia, Chaco
Era “el partido de los jugadores”. Y los jugadores no respondieron. Martín Minella armó una estructura bien tradicional. Línea de cuatro en el fondo, un volante neto de contención (Yunis) y los otros tres más adelantados. Lago empezó por izquierda y terminó por derecha el primer tiempo, en tanto que lo de Bernardi fue a la inversa, con Talpone jugando un poquito más arriba para tratar de generar un circuito futbolístico que tardó bastante en aparecer.
Lo mejor, con la pelota, de Colón, se vio en la parte final de la etapa. Pero sin inquietar a Canuto. Muchos pelotazos desde el fondo, tanto de Bettini como de los centrales, para la infructuosa búsqueda de Castro y Gigliotti, que generalmente perdieron con Valdez y Silvera, los dos centrales de un equipo de Pancaldo bien parado y ordenado del medio hacia atrás, con un esquema similar al de Colón y con Valenzuela siendo el volante más preocupado en tratar de manejar la pelota.
La jugada más clara de gol de Chaco For Ever fue un córner que tiró olímpico Mateo (luego quiso repetirlo en dos o tres oportunidades más en el primer tiempo) que terminó pegando en el travesaño cuando ya había superado la línea de Tomás Giménez. Señal elocuente de que el fútbol y las ocasiones de gol no abundaron.
Esta categoría no permite el buen juego. Lo cercena. Lo obstruye. Lo complica. Colón lo intentó en algún momento del primer tiempo, pero se quedó en las intenciones. Aparte, uno suponía la dupla Castro-Gigliotti podía ser más incisiva, sin embargo perdieron casi siempre y ni siquiera pudieron trabajar como pivote para la llegada de los volantes.
Colón tuvo una situación que fue anulada en el inicio del partido. Tocaron Castro y Gigliotti adentro del área, cuando el Puma se la devolvió y Castro le pegó de “tijera”, metiendo la pelota en el arco de Canuto, pero anulado por el juez a instancias del línea. La otra situación que tuvo Colón en ese primer tiempo, fue una buena jugada hilvanada por izquierda, con Bernardi como eje y metiendo luego un centro de zurda, abajo, para la entrada de un Gigliotti que se encontró con el bloqueo de un defensor para evitar que la pelota llegara a un Canuto que pasó una tarde tranquila en el primer tiempo.
Nada cambió en ese panorama de mucha paridad, de partido cerrado y con pocas jugadas de peligro. Colón no tenía problemas en defensa, hasta que llegó una jugada de pelota quieta. Era la única manera que tenían, ambos, de aprovechar alguna situación. Llegó el centro frontal, la aguantó Romero y capitalizó Valenzuela (de lo mejorcito del partido) para rematar en forma incómoda pero metiendo la pelota junto al palo derecho de Tomás Giménez.
Poco hacía prever este desenlace cuando se jugaban 17 minutos del segundo tiempo, porque en el arranque de la parte complementaria había inclinado Colón mucho más el trámite hacia el arco de Canuto, sin peligrosidad, que Chaco For Ever hacia el de Giménez. Sin embargo, encontró espacios Enríquez para avanzar sin marcas (ya había salido Talpone para que entre Agustín Giménez) y el pase a Valenzuela –la figura-, terminó con un remate cruzado que dejó sin chances al “1” rojinegro.
Dos a cero cuando promediaba el segundo tiempo, lo que obligó a Minella a meter dos cambios más. Sacó a Bernardi (el que más había intentado a la hora de jugar, aunque sin tanta claridad) y a Lago, para que ingresen Colli y Jourdan. No se tocó la defensa, tampoco los dos puntas, pero se buscó claridad y fútbol con Jourdan, Giménez y Colli para encontrar esas soluciones que no llegaban.
Este Colón de mandíbula floja y que se ha acostumbrado a perder, veía de qué manera se le iban los minutos y la reacción no llegaba. El último manotazo de Minella fue el ingreso de Taborda y de Córdoba, por Bettini y Gigliotti (de flojísimo partido). Quedó con tres en el fondo y, en consecuencia, se abrieron espacios para capitalizar el contragolpe.
¿Colón?, apenas ganas y nada más. Basta que a Colón lo golpeen para que se caiga y no se levante. Viene pasando en los últimos partidos, con otro técnico, con otros jugadores y con otro esquema. También pasó en Chaco y con Minella, ya sin Yllana y en el partido en el que debían aparecer los jugadores.
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