El cielo de Santa Fe ya regala un espectáculo natural y fascinante: llegaron las golondrinas
La primavera trajo a estas incansables viajeras, que han recorrido más de 8 mil kilómetros desde Centroamérica en busca de calor y alimento, que son los insectos voladores. Están anidando. Ya se las puede ver en la ciudad.
En la Plaza España, empiezan a mostrarse estas aves en su febril aleteo. Crédito: Manuel Fabatía
Dicen que un gran filósofo del Siglo XIII, Sir Roger Bacon, les pedía a sus discípulos que, como una de las máximas de vida, contemplaran al mundo. La actitud contemplativa hace al sabio, a los poetas, a los trovadores. Pero además, permite despertar la curiosidad a los ojos de la gente silvestre y de a pie.
La contemplación invita a despegarse, al menos por un ratito, de la tiranía del celular y elevar la vista. Y al hacer esto, esos ojos ávidos de curiosidad descubrirán que en el cielo de la ciudad de Santa Fe ya están esas viajeras incansables, en sus vuelos frenéticos y auténticamente libres: las golondrinas.
Vinieron con la primavera, o quizás un poco antes, desde Centroamérica, incluso México. Vale decir que volaron más de 8 mil kilómetros, arreciando contra las corrientes de vientos bravíos, los temporales y las lluvias. Miles quedaron en el camino de tamaña epopeya aérea; y otras miles y miles llegaron a estas pampas, que son como la “tierra prometida”.
Buscan huecos naturales o artificiales para poder criar a sus pichones. Crédito: Fernando Nicola
Claro: en aquella zona continental comenzó el frío, que es el peor enemigo de las golondrinas. Para sobrevivir, necesitan calor. Y la ciudad no sólo les ofrece eso, sino también entornos ribereños y abundante comida. Es que esta especie de aves se alimenta de insectos voladores, y en la “capital de los mosquitos”, es imposible que pasen hambre.
La nidificación: el inicio de la vida
“Ahora están en zonas cercanas a los ríos, pero también ya se van viendo en toda la ciudad: en los parques llenos de arbolados, en las plazas… Siempre es un placer verlas”, le explicó a El Litoral Pablo Capovilla, experto en aves, guía e intérprete de la naturaleza.
Son tres los tipos de golondrinas que llegan a la ciudad. La golondrina doméstica (progne chalybea) es la que más se puede ver (de pecho blancuzco y alas de color negro tenue); pero también llegan las golondrinas negras (progne elegans), y las golondrinas pardas (progne tapera).
“Las tres especies llegan a nuestra ciudad para pasar el verano y reproducirse. A propósito de esto último, estas golondrinas nidifican en huecos naturales o artificiales. Por ejemplo, la parda utiliza mucho los nidos que dejan los horneros”, expresó Capovilla.
En cambio, la golondrina doméstica nidifica principalmente en huecos artificiales; en los que están en las paredes, en las barrancas de los espigones del Puerto, en esos agujeros que quedan en los edificios donde antes había un aire acondicionado, y hasta en los caños de los arcos de fútbol donde los pibes ya no juegan al ese deporte.
Foto “mágica”. Una golondrina en el viejo Puerto de Palos. Crédito: Mauricio Garín
“En el Parque del Sur, hay una suerte de torre de guardavidas, que está hecha con caños. Vemos algunas especies de golondrinas nidificando ahí adentro, en esos caños que forman parte de las estructuras de la torre”, agrega luego. Es algo increíble el ingenio que tienen. El alquiler, gratis; sólo deben procurar cuidar bien a sus pichones.
Ceja blanca, canela, zapadora, tijerita...
Las golondrinas son unas habitantes muy importantes en nuestra zona. Ellas se alimentan de insectos voladores, como mosquitos, algún que otro alguacil o libélulas. Además de la doméstica, la parda y la negra, también hay otras golondrinas, que vemos durante todo el año y que son más chiquitas, que son las golondrinas ‘ceja blanca’”, agregó el experto en aves.
Otro caso: hay una golondrina muy parecida a esa que se llama golondrina patagónica, que viene a esta zona en invierno, a diferencia de las anteriores. La patagónica no viene a reproducirse, sino en busca de un frío atenuado, pues nuestro frío no es de temperaturas tan bajas como ocurre en la Patagonia”, adujo luego.
Como si esto fuera poco, hay otras especies de golondrinas que también vienen en primavera-verano a Santa Fe, no a reproducirse. Son más difíciles de ver por su tamaño tan pequeño. A veces pasan grandes grupos: son las golondrinas “rabadilla canela”, la golondrina “zapadora” y, finalmente, la golondrina “tijerita”.
Migración: vida en segunda oportunidad
La golondrina doméstica, la parda y la negra son las que llegan en esta época, pero llegan como más distribuidas, separadas. “Primero, empiezan a buscar sus sitios de nidificación: ‘compiten’ por los huecos que encuentran, nidifican, crían sus pichones y cuando empieza a terminar el verano (marzo, abril), empieza la migración”, dijo el especialista.
“Es ahí donde vemos los grandes grupos en bandadas; porque antes de irse, con esos pichones juveniles que nacieron acá más los adultos, se reúnen mucho en la ciudad”, agregó Capovilla. Es como un ritual de despedida y agradecimiento a esta ciudad que les da tanto en términos medioambientales.
Se irán hacia el Norte continental, alejándose del invierno que empieza en Argentina. Todas hacen una migración larga que les llevará varios días. “Como recomendación muy importante, sólo puedo decir que hay que saber que existen, observarlas y disfrutarlas”, recalcó.
Cuidarlas y respetarlas
“Por ahí vemos algunos lugares que las golondrinas utilizan para nidificar. Bueno, respetémoslos. Es la naturaleza en su maravilloso proceso: no hay que sacar los nidos de hornero, pues a veces pensamos que está vacío, pero no: pueden estar nidificando golondrinas”, recomendó Capovilla.
Ejemplares de golondrinas domésticas (progne chalybea). Crédito: Gentileza Pablo Capovilla
En internet, hay maneras de ofrecerles a estas aves huecos o lugares de nidificación. Hasta se pueden construir lo que se llaman “cajas o tubos nido”, que se hacen con unos caños. “Y si tenemos un lugarcito en el patio que nos gustaría que lo ocupe algún ave para nidificar, está bueno ofrecerle ese lugar. Hay que entender el rol que cumplen estas aves para el medioambiente”, cerró.
Encuentro de Observadores de Aves
Auspiciado por el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático del gobierno de la provincia, los días 3, 4 y 5 de octubre se realizará el Tercer Encuentro de Observadores de Aves de Santa Fe. El escenario en esta ocasión será la Laguna El Cristal, en Calchaquí. Allí estará Capovilla con sus colegas.
“Vamos a estar reunidos para salir a mirar pájaros en otros ambientes, conocer otros rincones hermosos de esta provincia. Están todos invitados para sumarse al encuentro”, dijo el experto. Contactos en Instagram: @pablo.h.capovilla @coachororo, @coacalandriarafaela; @aves_de_malabrigo.
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