Vecinos de barrio Mayoraz alertan sobre un "asentamiento" en la ciclovía de Pasaje Ingenieros y Ricardo Aldao
Quienes habitan en la zona lindera, advierten que un grupo de extraños generan malestar en la comunidad: pernoctan, gritan groserías a los ciclistas, generan basura e inseguridad en el barrio. Si bien ya fueron desalojados una vez, ahora comenzaron a "echar cimientos", lo que aumenta la preocupación de la comunidad.
El grupo de extraños que habita esta zona genera malestar en los vecinos y quienes transitan por la ciclovía.
Desde el mes de julio los vecinos de barrio Mayoraz conviven con un grupo de extraños que habitan la ciclovía entre 4 de enero y Pasaje Ingeniero; y las paralelas Ricardo Aldao y Pedro de Vega. Entre muchas idas y vueltas, hoy parecen más “asentados” que nunca.
Según afirman los vecinos, “comenzaron siendo una pareja, hoy son 5 o 6 personas”. En principio, ocuparon uno de los apeaderos de la abandonada infraestructura del Tren Urbano y con la intervención de la GSI, fueron desalojados. Sin embargo, ahora están de vuelta, pernoctan, molestan a quienes frecuentan la ciclovía y generan inseguridad en el barrio.
“Primero era un pequeño espacio a modo de refugio, pero ahora nos preocupa porque hicieron pozos y hay postes puestos, están comenzando a hacer cimientos”, cuenta Romina, una de las vecinas de la zona.
Aunque la GSI los desalojó de un apeadero, volvieron a instalarse a metros de allí.
Inseguridad y basura en la zona
En diálogo con El Litoral, una de las vecinas de la zona afirma que estas personas generan malestar no solo para quienes viven en los alrededores, sino entre los que a diario circulan por la ciclovía o aquellos que disfrutan un poco del espacio verde: “Intentamos ser empáticos, pero son personas groseras y agresivas, te gritan cuando pasás”.
La presencia de este grupo atemoriza a quienes frecuentan la zona: “No queremos que la ciclovía se convierta en un lugar imposible para transitar. Yo me muevo en bicicleta y hay ciertos horarios en los que me da miedo pasar. A otros vecinos y vecinas también les sucede lo mismo”, dice Romina.
Por otro lado, en la “mudanza” del ex apeadero del Tren Urbano al refugio de chapas, maderas y lonas, este grupo de extraños fue dejando restos de cartones, botellas, ropa, comida y basura. La vecina, indignada, cuenta que con la comunidad de barrio Mayoraz “habíamos erradicado un microbasural plantando árboles y plantas, y ahora todo es un desastre de nuevo”.
“Intentamos ser empáticos, pero son personas groseras y agresivas, te gritan cuando pasás”, cuenta la vecina.
Pedido de ayuda
“Nosotros queremos a nuestro barrio, tenemos proyectos para mejorarlo. Queremos plantar árboles frutales para mantener el espacio y cuidarlo”, dice Romina y lamenta que “estos lugares que ahora están ‘tomados’ son espacios donde los chicos jugaban a la pelota los fines de semana, se podía pasear y ahora ya no”.
“Siempre tratamos de ayudar y de ser buenos ciudadanos, pero la verdad es que no queremos un asentamiento”, concluye la vecina de barrio Mayoraz.
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