Federico Aguer | faguer@ellitoral.com
Según Adrián Bonivardi, decano de la Facultad de Química de la UNL, el centenario de la Casa de estudios obliga a replantear los nuevos paradigmas de una educación inserta en un proceso de evolución vertiginoso y constante.
Federico Aguer | faguer@ellitoral.com
“Los orígenes de esta Facultad están muy ligados a la agroindustria”, evoca el decano de Química a Campolitoral. Lo hace en el marco del festejo por los 100 años que está conmemorando la Universidad. “Nacimos en un contexto muy particular, atado a una cuestión internacional de la mano del desarrollo industrial de principios del Siglo XX, pero es una forma de vida que la transformación digital está cambiando”, agrega.
En relación con aquellos tiempos fundantes, Bonivardi recordó que en Argentina, aquel proceso industrializador fue más incipiente, pero en ese contexto se da la reforma universitaria. “El proyecto original viene de la mano de visionarios del ámbito académico y político, con la idea de iniciar una facultad industrial y agrícola, para aprovechar las riquezas de nuestra zona”. Más tarde, el tema de los Altos Hornos, el cemento, el acero, y la industria petroquímica afianzarán el perfil académico hacia ese modelo productivo.
Diversificación académica
La Facultad hoy cuenta con más de 15 carreras, pero sigue agregando especializaciones, como el caso de la cerveza y la de gestión de la energía, las que se pensaron para fortalecer el enlace con el sector productivo, sin descuidar la veta esencialmente académica.
“Ingeniería química ha alcanzado un nivel de madurez tal que a partir de ella surgen muchas otras. Fue la primera en su tipo en toda Latinoamérica. Además en el ranking QS (World University Rankings) es la carrera 201 a nivel mundial, sobre más de 20.000 rankeadas, y eso nos hace estar en el 1 % a nivel internacional. Y ahora vamos a estar mejor, porque seguimos fomentando la relación con otras instituciones y la investigación cada vez mas diversificada”, explica con orgullo el decano.
Relación con la producción
Según el académico, ha cambiado la forma de producir, y puntualmente la ingeniería industrial viene “pisando fuerte” detrás de esto, con herramientas como la estadística, la ciencia de los datos, el Big Data, Cambridge analítica; elementos que permiten manejar grandes volúmenes de datos para poder hacer predicciones. “Esa áreas, junto con la computación, la energía y la logística para el desarrollo de empresas, son muy importantes. Además, las nuevas tecnologías de producción de energía como biodiésel, la energía solar, los biodigestores, la petroquímica (shale oil o shale gas) en Vaca Muerta, siguen necesitando de profesionales formados en la materia”.
Pero Bonivardi cree que a eso hay que asociarlo con la eficiencia energética. “Por eso la carrera de postgrado en gestión energética es transversal. Porque esa transversalidad permite una mejor toma de decisiones, y más allá de los núcleos académicos, a la fuerza ahora la tienen los equipos, no tanto las personas”.
Por otro lado, siguen avanzando en el rubro alimentos. “El tema de los alimentos funcionales también es clave para nosotros. Se trata de alimentos a los que se les agrega o se les saca algún elemento, como la leche fortificada o sin lactosa. El tema de los probióticos también, y hay una área que requiere más prensa, que es el de los materiales que componen a nuestra industria”.
En la actualidad, la matriz energética todavía se basa en la quema de combustibles fósiles, pero están llegando cambios de fondo, a través de la energía solar y los biocombustibles, por ejemplo. “Estamos pensando en una estrategia de más vehículos eléctricos, en un marco donde el petróleo gravita cada vez menos, y eso obliga a tener un análisis de la situación logística que lo rodea, como pasa también con el tema de los prosumidores que inyectan energía de forma variable. Son desafíos de todo tipo, donde el manejo, la logística, los procesos, deben ser tenidos en cuenta”.
Finalmente, remarcó que Santa Fe no escapa a las urgencias del país. “Se precisan políticas racionales a largo plazo para definir estrategias que trasciendan a los gobiernos de turno. No importa quién esté. El horizonte 2050 fue presentado en el marco de una escuela y a un ciclo de gestión de energía interrelacionando con otros sectores”, puso a manera de ejemplo.