A pocas semanas de finalizar el 2025, el tablero internacional continúa moviéndose y afectando de manera directa e indirecta al comercio exterior de carne vacuna. Hasta el momento, el año se encamina a cerrar con menos embarques, pero con muy buenos niveles de facturación, impulsados por la recuperación de precios globales.
Ganadería
La política global mueve el tablero: Argentina exporta menos carne, pero ingresa más dólares
A semanas de cerrar el año, el comercio exterior de carne vacuna muestra una fuerte caída en los volúmenes exportados, pero un notable incremento en la facturación gracias a la mejora de los precios internacionales. Con un mercado global en reacomodamiento y decisiones clave pendientes de China y Estados Unidos, el 2026 se perfila como un año decisivo para la competitividad argentina.
Según datos del INDEC, entre enero y octubre las exportaciones argentinas de carne vacuna —sin incluir la exportación de huesos— alcanzaron 588.800 toneladas, por un valor aproximado de USD 3.155,1 millones. Esto representa una caída del 8,5% en volumen respecto del mismo período de 2024, pero un aumento del 26% en facturación.
El precio promedio de la carne refrigerada y congelada se ubicó en USD 5.360 por tonelada, marcando una suba del 38% frente al año anterior.
Un año con altibajos: cuatro meses críticos y una recuperación parcial
La evolución mensual mostró un comportamiento dispar. Primer cuatrimestre: caída interanual del 20% en los volúmenes exportados, golpeada por la falta de competitividad local.
Segundo cuatrimestre: recuperación del terreno perdido acompañada por mejores precios. Últimos meses: estabilidad, aunque sin chances de revertir las pérdidas iniciales.
A este escenario se suma la fortaleza competitiva de Brasil, que continúa avanzando en mercados clave. Solo en octubre, Brasil exportó a EE.UU. 10.800 toneladas, mientras que Argentina —pese a condiciones arancelarias más favorables— envió 3.400 toneladas, aunque a un precio promedio 6% superior.
China mueve el tablero: prórroga, alivio y tensión
China, principal destino para la carne argentina, volvió a postergar la resolución de la investigación por salvaguarda iniciada en diciembre de 2024. El dictamen final quedó fijado para el 26 de enero.
La decisión trae un alivio momentáneo, ya que permite terminar el año sin cambios que alteren el flujo comercial en un período donde China suele aumentar sus compras. También abre una ventana de negociación de 60 días.
Sin embargo, cualquier medida que China adopte —cuotas, aranceles o nuevas exigencias— podría redefinir las reglas de juego de cara a 2026. El impacto iría más allá de Argentina, ya que afectaría a otros proveedores y al comercio global.
Estados Unidos modifica su estrategia y recalienta la competencia
En este contexto, Estados Unidos eliminó de manera retroactiva el arancel adicional sobre la carne de Brasil, anticipándose a un eventual escenario en el que China limite los envíos brasileños.
Si Brasil se viera obligado a redirigir volúmenes hacia otros mercados, Estados Unidos sería el destino más inmediato, lo que podría generar presión a la baja en los precios, un objetivo explícito de la administración norteamericana.
La urgencia de diversificar destinos
La situación obliga a Argentina a fortalecer su presencia en otros mercados. Del 30% de los envíos que no tuvieron a China como destino en 2025, la distribución fue: 29% Unión Europea, 24% Israel, 19% Estados Unidos, 10% Chile, 3% Canadá, 3% Brasil, 2% México, 1% Perú y 1% Rusia.
Además, existen mercados con alto potencial de crecimiento, como Filipinas, Singapur, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, entre otros.
Aunque Argentina tiene 97 mercados habilitados, en 2024 exportó a solo 43, y en 2025 —según datos del INDEC— llegó a 24 destinos, una caída importante frente a los 37 del año pasado.
Un 2026 marcado por la política internacional
A medida que Argentina avance en acuerdos y relaciones comerciales, logrará reducir su vulnerabilidad ante decisiones externas de actores como China, Estados Unidos y Brasil.
En un escenario global cada vez más dinámico, la política internacional vuelve a ocupar un lugar central y será determinante en los próximos ciclos para garantizar competitividad, previsibilidad y expansión de las exportaciones de carne.
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