La Selección Argentina de básquet vivió una noche amarga en la AmeriCup 2025. En un partido vibrante y cambiante disputado en Managua, cayó 84-83 ante República Dominicana en tiempo suplementario.

La selección argentina perdió 84‑83 en tiempo suplementario, en un partido disputado en Managua que terminó con una pelea entre jugadores de ambos equipos, empañando la intensidad y dramatismo del encuentro.

La Selección Argentina de básquet vivió una noche amarga en la AmeriCup 2025. En un partido vibrante y cambiante disputado en Managua, cayó 84-83 ante República Dominicana en tiempo suplementario.
Sin embargo, el resultado pasó a un segundo plano por el escándalo ocurrido tras el final: una gresca generalizada entre jugadores de ambos equipos se desató en pleno parquet. Empujones, insultos y golpes mancharon un encuentro que había sido emotivo y parejo.
El incidente dejó imágenes lamentables que rápidamente se viralizaron. La FIBA analiza sanciones para los involucrados, mientras que desde los equipos se mostraron preocupados por la situación. La tensión acumulada durante los 45 minutos de juego derivó en un estallido inesperado.
El primer cuarto mostró a una Argentina firme en defensa y precisa en ataque. Francisco Cáffaro se impuso en la pintura y Gonzalo Corbalán condujo con lucidez. La Albiceleste se adelantó 19-13 con buena circulación de balón y dominio en los rebotes.
Sin embargo, República Dominicana fue ajustando su juego. A través de su velocidad y presión alta, comenzó a complicar a los dirigidos por Pablo Prigioni. El cierre del segundo cuarto los encontró apenas tres puntos por detrás, con el marcador 36-33 a favor de los argentinos.

El tercer cuarto fue una batalla táctica. Argentina logró mantener una corta ventaja, pero los dominicanos no bajaron la intensidad. Con Jean Montero y David Jones como figuras, lograron igualar el juego. La presión, el roce físico y las protestas hacia los árbitros fueron en aumento.
La paridad se mantuvo hasta los últimos segundos del tiempo regular. José Vildoza anotó un triple clave que parecía definitivo, pero el partido terminó empatado 74-74, forzando el tiempo suplementario.

En los cinco minutos extra, República Dominicana encontró más claridad. Argentina falló en momentos clave y permitió puntos fáciles en la pintura. Aun así, el partido se definió por detalles: una falta innecesaria, una pérdida, un rebote ofensivo no capturado.
El resultado final fue 84-83 a favor de Dominicana. El festejo caribeño fue efusivo y, a los pocos segundos, se convirtió en caos.

Mientras algunos jugadores dominicanos celebraban en el centro de la cancha, comenzaron los primeros empujones. La tensión derivó rápidamente en golpes entre varios protagonistas. Gonzalo Bressan terminó con cortes en el rostro, tras recibir un manotazo en medio del tumulto. Jugadores y cuerpos técnicos intentaron separar, pero la escena fue bochornosa.
David Jones, de República Dominicana, fue señalado como uno de los más involucrados. La FIBA evalúa sanciones y podría suspender a varios jugadores por conducta antideportiva. Ambas federaciones emitieron comunicados expresando su repudio a lo sucedido.

Pese al escándalo, el partido dejó algunas actuaciones destacadas. Gonzalo Corbalán fue el máximo anotador argentino con 20 puntos y 7 asistencias. José Vildoza aportó 16 puntos y 10 asistencias, mientras que Cáffaro fue clave en la zona pintada con 12 unidades.
Por el lado dominicano, David Jones se destacó con 20 puntos, mientras que Andrés Feliz sumó 14 puntos y 11 asistencias. Ambos fueron fundamentales para la victoria.

Con una victoria inicial ante Nicaragua y esta ajustada derrota, Argentina aún mantiene chances de clasificar a los cuartos de final. Este lunes enfrentará a Colombia en el último partido del Grupo C, en un duelo que será clave para definir su futuro en el torneo.
Pablo Prigioni deberá no solo ajustar lo táctico, sino también recomponer el ánimo del equipo tras lo sucedido. El entrenador, visiblemente molesto por el altercado, pidió enfocarse en lo deportivo y evitar que las emociones desborden lo colectivo.

Lo ocurrido en el cierre del encuentro genera preocupación no solo desde lo disciplinario, sino también en términos de imagen internacional. La AmeriCup es un torneo de prestigio y este tipo de escenas dañan la reputación del certamen y de los seleccionados participantes.
Desde la Confederación Argentina de Básquet ya trabajan junto a la FIBA para evaluar lo ocurrido, mientras se esperan resoluciones disciplinarias. La prioridad, según se indicó, será que el foco vuelva a estar en el juego y no en los conflictos.
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