Universidad de Chile responsabilizó al técnico de Independiente por los incidentes
El club chileno presentó un escrito ante Conmebol tras el partido suspendido de Copa Sudamericana y señaló a Julio César Vaccari como culpable de los incidentes ocurridos en el estadio Libertadores de América.
104 hinchas fueron detenidos tras los incidentes. Crédito: REUTERS.
La Universidad de Chile entregó su descargo ante Conmebol respecto al partido suspendido contra Independiente, correspondiente a los octavos de final de la Copa Sudamericana. En su informe, el club chileno apuntó al entrenador del “Rojo”, Julio César Vaccari, acusándolo de incitar a la violencia con declaraciones en las que afirmó que había que “ganar como sea”.
Por su parte, Independiente presentó un extenso informe de 40 páginas acompañado de 12 anexos y material audiovisual, con el objetivo de demostrar su inocencia en los incidentes ocurridos. La dirigencia del club de Avellaneda, liderada por Néstor Grindetti, aseguró que la documentación respalda que Independiente no tuvo responsabilidad directa en los disturbios.
La Universidad de Chile, en un documento de 18 páginas, señala como responsable al entrenador Vaccari, basándose en declaraciones realizadas días antes del partido y en hechos que no fueron consignados por los oficiales de partido.
Momento de tensión en las tribunas durante el encuentro de Copa Sudamericana.
Tras la derrota ante Vélez el 16 de agosto, Vaccari declaró de manera irónica que “hay que buscar la manera de meter la pelota como sea en el arco rival, incluso con la mano, porque en el fútbol mandan los resultados y no hay caminos ni maneras, solo ganar como sea”.
El próximo martes, desde las 15 horas, representantes de ambos clubes deberán presentarse en la sede de Conmebol en Luque, Paraguay, para una reunión clave que definirá el rumbo de la serie y las posibles sanciones.
El equipo chileno señaló a Julio César Vaccari, como incitador a la violencia.
Partido suspendido
El encuentro de vuelta entre Independiente y Universidad de Chile, por los octavos de final de la Copa Sudamericana, se desarrollaba con normalidad en el estadio Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini hasta que comenzaron los disturbios al inicio del segundo tiempo, cuando el marcador estaba 1-1. Esto obligó a suspender el partido.
Los incidentes se desencadenaron cuando hinchas chilenos arrojaron piedras y bombas de estruendo hacia la tribuna de Independiente. La barra local respondió atacando a los visitantes. Entre los proyectiles lanzados desde la tribuna superior, un fanático del “Rojo” exhibió un hierro de más de un metro de longitud, que habría sido arrancado por la hinchada chilena.
Reacciones violentas
La situación se agravó cuando hinchas de la Universidad de Chile robaron y prendieron fuego una bandera de Independiente, provocando que la barra local intentara acercarse a la zona de los visitantes. A pesar de los llamados de la voz del estadio para desalojar a los hinchas chilenos, estos continuaron con los ataques.
La Policía trasladó a varios hinchas implicados en los enfrentamientos dentro del estadio.
Varios seguidores locales se refugiaron bajo los techos de las tribunas y algunos ingresaron al campo de juego para protegerse, mientras que la barra del “Rojo” respondió con agresiones contra los pocos hinchas chilenos que permanecían en el estadio. La Policía no intervino de manera efectiva, lo que permitió que los incidentes escalaran y derivaran en un escenario de violencia generalizada.
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