Lunes 22.7.2019
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El sábado 27 de julio se presentará en la Sala Foyer del Centro Cultural Provincial (Junín 2457) una función de la obra teatral “Entre Nos” del Grupo Camalote de la localidad de Sauce Viejo. Estrenada en marzo en esa localidad, la propuesta basada en textos de Santiago Serrano subirá a escena por primera vez en la capital provincial y promete el abordaje de temáticas muy actuales que abrirán paso a la reflexión. A través de las actuaciones de Susana Córdoba y Corina Gandini, esta comedia dramática narra el encuentro y el intercambio entre dos mujeres, en apariencia, muy distintas comparten ocasionalmente un momento en un espacio común.
“La obra tiene que ver con el encuentro de dos mujeres que tienen dos modelos, dos estilos de vida totalmente diferentes. Uno vinculado con el estigma de la educación férrea y el modelo de la mujer dedicada solamente a la familia, cuyo rol se ciñe solamente a criar a los hijos, ser una buena cocinera y atender las necesidades del marido. Y otro que se desarrolla sobre un modelo diferente: es una mujer de trabajo, empleada pública, que tiene pensamientos totalmente opuestos. Habla de la liberación de la mujer, del nuevo rol que tiene que cumplir en la sociedad moderna. Al principio hay una confrontación y después ambas llegan a una síntesis y descubren los puntos flacos de ambas posturas, concluyendo en que la mujer está en busca de un nuevo espacio en la sociedad”, explicó el director de la obra, Quique Mailier, a El Litoral. Destacó además en que buena parte del interés argumental de la obra proviene de su referencia a un revolución que es relativamente nueva. “No estamos hablando de luchas y conquistas que ya están establecidas definitivamente, sino en proceso”, señaló.
—Me parece interesante este punto que señalabas respecto a estas mujeres que, después de un enfrentamiento inicial, alcanzan una suerte de síntesis. Sobre todo teniendo en cuenta que hoy las posiciones extremas conspiran contra la posibilidad de lograr un encuentro de posturas.
—Una de las cosas que me interesaron del autor, Santiago Serrano, es que lo planteó de esa manera. Las dos mujeres llegan, al final, a acuerdos y coincidencias respecto a que cada una de ellas, desde su espacio, tiene que aprender de la otra. Y una le muestra a la otra sus puntos débiles, cuando parecían estar en posiciones totalmente irreductibles. Por ahí una le dice a la otra: “A mí también me hubiera gustado tener el tiempo necesario para la familia que soñé”. Y la otra a su vez expresa su deseo de, por decirlo de alguna manera, “volar” hacia otros espacios de la sociedad que no sean solamente los relacionados con la vida familiar y la entrega por los hijos y el marido. Las dos mujeres se encuentran en una plaza y quedan con la necesidad de volver a encontrarse y seguir hablando. Con la decisión de seguir resignificando el rol de cada uno.
—Es muy riesgoso, cuando se asume este tipo de problemáticas, trascender los estereotipos ¿Lo lograron?
—Esto partió de un debate interno para ver la manera de encarar cada uno de los personajes y no caer en lugares comunes. Quisimos evitar la ridiculización de los personajes, más allá de que la obra esté llena de humor. En el camino, mientras se desarrolla el conflicto, hay escenas graciosas, llenas de humor profundo. Luego terminamos en un final más bien emotivo, donde cada una hace una reflexión y se abre a la otra para presentar sus debilidades.
—¿Cómo te las arreglaste como varón para dirigir una obra tan vinculada con lo femenino?
—Fue complejo pero me ayudaron mucho las actrices. Tanto Susana como Corina debatieron y fui respetuoso de sus debates y puntos de vista. Desde lo que ellas plantearon, intenté acomodar la puesta para integrar todo eso a la propuesta estética. Ellas manifestaron las cosas en las cuales se sentían cómodas o incómodas y traté de ser respetuoso de ello y de no imponer nada. Sino más bien de ofrecer un marco de libertad para que cada una de ellas se desarrolle.
—¿Qué mirada tiene la obra respecto de lo masculino?
—Creo que hay un momento en que es crítica y otro en que es crítica hacia lo que la mujer aceptó como destino. Pero en los momentos en que se hacen las críticas hacia el varón, no trasciende fronteras que tengan que ver con la agresión al género. Tienen que ver con los roles de determinados varones. Pero nunca pasa a la agresión, incluso asume que hay muchas cosas que tienen que ver con el destino o los destinos de las mujeres que se aceptaron como normas establecidas. Las rebeliones surgieron en la cultura occidental (en la oriental, el rol de la mujer sigue siendo de sumisión plena) y hoy vemos una auténtica revolución de feminismo, en el mejor sentido de la palabra, que es, en el siglo XXI, un sello distintivo.
El grupo teatral independiente Camalote nació en el año 2016 a partir de la inquietud de un grupo de docentes de Sauce Viejo, algunos de los cuales habían tenido experiencias en escena. Hasta ahora, sus integrantes realizaron un puñado de obras, entre ellas una de Griselda Gambaro.