Martes 20.10.2020
/Última actualización 16:26
Sue Burgess es una mujer de 62 años de Tallahassee, en Estados Unidos. Hace unos meses se llevó una gran alegría cuando un boleto de lotería que había comprado a finales de julio fue premiado con 1.000 dólares. Una ilusión que le duró poco, ya que pese a haber obtenido el premio, no pudo cobrarlo porque su boleto no llegó a la administración correspondiente.
Según explican los medios locales, cuando el número de Burgess fue premiado, tuvo dos opciones: la primera era llevarlo a la administración local y la segunda era mandar el boleto por correo. El problema es que debido a la cuarentena por la pandemia de coronavirus, la administración estaba cerrada, por lo que tuvo que optar por la segunda opción.
Tal y como ha explicado la mujer, decidió hacer un envío certificado para hacer un seguimiento del ticket, que llegó a la oficina de correos el 12 de agosto. Sin embargo, a partir de ahí ya no se supo más del boleto y este no llegó a tiempo a la administración. Cuando Burgess preguntó a los empleados de la administración por lo sucedido, estos le dijeron que “sin billete” no había premio
"La situación de Burgess es una circunstancia inusual y, hasta donde sabemos, ningún otro ganador ha experimentado un problema similar", dijeron los representantes de la lotería.
"Elegí el correo certificado porque se suponía que no iban a fallar. Por seguridad, este tipo de correo suele tener prioridad”, explica la mujer. Desde la administración de lotería dicen que son conscientes de la situación pero que nunca recibieron el ticket.
Por ello, Burgess se puso en contacto con el Servicio Postal para buscar una solución a su problema. Y es que si finalmente el envío llega a la administración y el matasellos indica la fecha en la que fue enviado, es posible que finalmente Sue pueda hacerse con el premio que le corresponde por el boleto. Desde la administración ya han indicado de que se trata de una “circunstancia inusual".
Sin embargo, las repercusiones que tuvo la historia en los medios locales hizo que el escándalo aumentara y desde la oficina de Servicio Postal, finalmente le dieron una solución. El ticket nunca apareció, pero ante la humillación que significó el caso, decidieron hacerse cargo del error y pagarle el monto por el premio que la mujer había ganado. "Estoy muy emocionada de que la comisión de la lotería me haya enviado el cheque", dijo Burgess al diario The New York Post el jueves pasado. Su historia salió al aire a principios de esta semana y FedEx llegó el miércoles a su puerta con el cheque de la comisión de lotería.
"Ahora tenemos un final feliz", dijo Burgess, y agregó que planea usar el premio para reparar su arandela rota y comprar neumáticos nuevos.