Una empresa que promocionaba la promesa de una inteligencia artificial para la programación de sitios web y aplicaciones se encuentra en el centro de una polémica controversia.

La empresa indio-británica recibió inversiones de otros fondos, como el soberano de Qatar, pero bajo engaño. Qué vendían y cómo cayó la firma.

Una empresa que promocionaba la promesa de una inteligencia artificial para la programación de sitios web y aplicaciones se encuentra en el centro de una polémica controversia.
Builder.ai, presentada por algunas fuentes como una historia de éxito, es objeto de serias acusaciones que ponen en duda el uso real de la IA en sus operaciones principales.

Según reportes, detrás de las afirmaciones de programación asistida por inteligencia artificial, la compañía emplearía un gran número de programadores humanos. Específicamente, se menciona la cifra de alrededor de 700 programadores, localizados principalmente en India, quienes serían los encargados de realizar las tareas que, supuestamente, haría la IA.
Diversas fuentes califican esta práctica como una "farsa de la programación" y un "fraude de IA". Se señaló que estos trabajadores humanos habrían simulado ser la inteligencia artificial, engañando así a clientes y socios. Entre las entidades que habrían sido objeto de este engaño se encuentra Microsoft. Los programadores humanos, según las acusaciones, estarían simulando "todo" o específicamente la IA.

En el caso de Microsoft, la cifra de inversión asciende a 445 millones de dólares. El dinero que recibió la empresa provino también del fondo soberano de inversión de Qatar, también engañados.
Natasha es el nombre elegido para el supuesto sistema de inteligencia artificial que Builder.ai presentaba como un servicio capaz de generar diseños y código funcional de forma automatizada.

En sus demostraciones y materiales promocionales, se exageraba el rol de Natasha, presentada como una innovación disruptiva.
En 2024 comenzaron a circular rumores sobre facturaciones mutuas entre Builder.ai y VerSe Innovation, empresa matriz de Dailyhunt. Estas transacciones se habrían realizado sin prestaciones reales detrás, configurando un mecanismo conocido como "round-tripping". El objetivo de esta práctica, según las fuentes, sería hacer parecer una cifra de negocios superior a la real.

Un informe elaborado por un despacho de abogados, encargado por el propio consejo de administración de Builder.ai, arrojó resultados preocupantes. La investigación interna reveló que la empresa había contabilizado ventas antes de que los pagos fueran efectivamente cobrados. Peor aún, algunas de estas contabilizaciones se hicieron incluso sin contratos firmes en vigencia.
Este hallazgo forzó una corrección drástica en las proyecciones de ingresos de la startup. La estimación para el año 2024, que previamente se había anunciado en 220 millones de dólares, fue revisada a la baja, quedando en tan solo alrededor de 55 millones de dólares. De manera similar, la proyección para 2023 se corrigió desde los 180 millones de dólares iniciales a apenas 45 millones.

Estas significativas revisiones a la baja en las proyecciones financieras desencadenaron cláusulas de incumplimiento por parte de uno de sus prestamistas, Viola Credit. Este fondo de deuda le había otorgado a Builder.ai un préstamo por un valor de 50 millones de dólares.
Ante la violación de los compromisos contractuales, específicamente los relacionados con la presentación de los resultados financieros, Viola Credit actuó con contundencia en mayo pasado. El fondo confiscó más de 37 millones de dólares de las cuentas bancarias de Builder.ai. Esta acción dejó a la empresa con un saldo de tesorería de solo 5 millones de dólares. Además, la mayor parte de ese dinero restante se encontraba bloqueada en cuentas en India, una situación que, según las fuentes, imposibilitaba cualquier continuación de actividades para la empresa.
Este caso subraya el debate sobre la transparencia en la industria tecnológica y el uso efectivo de la inteligencia artificial frente a la simulación de sus capacidades.

Las acusaciones detallan cómo una startup que prometía revolucionar la programación con IA habría recurrido a métodos convencionales, empleando un extenso equipo de programadores para llevar a cabo el trabajo, algo que ya ha ocurrido en casos anteriores.
La caída de la imagen positiva de Builder roza también al resto de firmas que desarrollan productos similares, los propios inversores y aquellos que compraron algunas de sus creaciones, presentes en su sitio web oficial.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.