Cómo aplicar la técnica “Ruler” para gestionar ansiedad y estrés
Se trata de un método práctico que facilita identificar lo que sentimos, ordenar pensamientos y recuperar serenidad en situaciones de tensión cotidiana.
Expresar sentimientos de forma adecuada evita conflictos impulsivos.
En los últimos años, el interés por el bienestar emocional ha crecido de manera notable. La vida acelerada, la exposición constante a noticias y redes sociales, y la presión en distintos ámbitos generan un terreno fértil para la ansiedad, el enojo o la frustración. En este contexto aparece la técnica “Ruler”, para aprender a regular lo que sentimos y recuperar el equilibrio.
Este método fue desarrollado en el marco de la educación emocional y se ha difundido como un recurso sencillo que cualquiera puede aplicar en su día a día. Su nombre proviene de las siglas en inglés que marcan los pasos a seguir para reconocer y trabajar con las emociones.
Comprender qué propone
La técnica se basa en la idea de que las emociones no deben ser ignoradas ni reprimidas, sino observadas, entendidas y canalizadas de manera adecuada. En situaciones que generan tensión, el primer impulso suele ser reaccionar de forma automática, lo que a menudo empeora el malestar. “Ruler” propone detenerse y realizar un recorrido consciente que favorece la calma y la claridad mental.
Regular la intensidad de las emociones contribuye a la calma y bienestar.
El objetivo es que la persona logre identificar con precisión lo que siente, ubicar la intensidad de esa emoción y elegir una respuesta que no la dañe ni perjudique a quienes la rodean. Es un proceso de autogestión que, con práctica, se convierte en un hábito saludable.
Los pasos del método
La técnica “Ruler” se compone de cinco acciones consecutivas que se describen a través de sus siglas:
R (Recognize / Reconocer): consiste en advertir que una emoción está presente. Puede ser enojo, tristeza, miedo o nerviosismo. La clave está en frenar y admitir que algo nos afecta.
U (Understand / Comprender): invita a analizar de dónde surge esa emoción. Tal vez responde a un recuerdo, a un comentario recibido o a una preocupación que se arrastra.
L (Label / Etiquetar): se trata de ponerle un nombre claro a lo que se experimenta. Decir “estoy frustrado” o “me siento ansioso” ayuda a darle forma concreta a la vivencia.
E (Express / Expresar): significa manifestar lo que sentimos de manera adecuada. Puede ser a través de la escritura, la conversación o el arte, siempre evitando que la emoción estalle de modo dañino.
R (Regulate / Regular): apunta a tomar medidas para reducir la intensidad de la emoción. Respirar profundo, salir a caminar o cambiar de actividad son algunas opciones útiles.
Este recorrido no pretende borrar las emociones, sino gestionarlas de una forma que aporte serenidad.
Beneficios
Adoptar “Ruler” en la vida cotidiana genera múltiples ventajas. En primer lugar, permite una mayor conciencia emocional, ya que ayuda a identificar lo que sucede en el mundo interno antes de reaccionar. También fortalece la capacidad de comunicación, dado que expresar con palabras lo que se siente facilita el diálogo con los demás.
Etiquetar con palabras la emoción facilita su gestión consciente.
Otro beneficio es la prevención de conflictos. Cuando una persona logra regular su enojo o su ansiedad, disminuye la probabilidad de tomar decisiones impulsivas que luego puedan traer arrepentimiento. Además, esta práctica colabora con la salud física, porque un estado emocional equilibrado reduce el estrés y sus consecuencias en el cuerpo.
Por último, “Ruler” se presenta como una herramienta democrática: no requiere de materiales especiales ni de entornos particulares, y puede ser practicada por cualquier persona, desde un estudiante hasta un trabajador que enfrenta una jornada difícil.
Una práctica para la vida diaria
La utilidad de esta técnica se potencia cuando se convierte en parte de la rutina. Aplicarla en momentos de calma ayuda a que, frente a una situación de crisis, el procedimiento surja de manera más natural. Reconocer, comprender, etiquetar, expresar y regular se transforman en pasos automáticos que permiten transitar con mayor solidez los desafíos emocionales.
En un mundo atravesado por la prisa y la incertidumbre, la propuesta de “Ruler” aparece como un recordatorio de que siempre es posible detenerse, observar lo que sentimos y elegir una respuesta más consciente. No se trata de eliminar las emociones, sino de aprender a convivir con ellas de forma más sana.
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