Como el calendario nos marca esta celebración, pensemos qué es lo que se celebra. Para expresarlo más simple: de qué hecho tenemos que sentirnos orgullosos, asumiéndolo como la raíz fundante de nuestra nacionalidad. Entonces e bueno comenzar aclarando el término central.
¿Qué significa "soberanía"? Esta palabra, como tantas otras, es de origen latino; proviene de superanus, que significa "poder supremo".
Si hablamos de política, el poder supremo o superior lo tiene el pueblo, o sea una organización política que delega su capacidad de dirigir los destinos del país a una persona, en este caso un rey o un dictador o un grupo de personas agrupado en cámaras como la de senadores y diputados.
Mirá tambiénQué se celebra este 20 de noviembre en Argentina y qué pasó con el feriadoSi uno o varios ejercen el poder de definir cuestiones internas o externas al país, pregunto: ¿quién les dio el poder? En la Edad Antigua y en la Edad Media se decía que el poder venía de Dios, que es el "todopoderoso", por eso los reyes eran coronados por el papa.
Pero en la Edad Moderna se llegó a la conclusión de que el poder viene o lo delega "el pueblo" y a un acuerdo que dice "la voz del pueblo es la voz de Dios".
Con el avance hacia la constitución de los gobiernos democráticos, se acordó que esa soberanía tenía que manifestarse en distintos ámbitos: el económico, el militar, el alimentario, el cultural, etc. Y que esa soberanía propia, nacional, no permite que un poder extranjero defina situaciones en territorio ajeno.
Y esto puede darse por la vía política o militar. Una cosa es intervenir en otro país para liberarlo de una opresión indebida y otra muy distinta es invadir para someterlo. En este caso, el país invadido pasa a ser "colonia". Nosotros como argentinos fuimos colonia de España hasta que nos liberamos declarando nuestra independencia.
Mirá tambiénQué debemos retomar de la tradiciónPero en años anteriores habíamos sufrimos invasiones como las inglesas en 1806 y 1807 sobre Buenos Aires con claras manifestaciones de conquista.
Yendo más adelante encontramos que en el gobierno de don Juan Manuel de Rosas con un sentido de carácter nacional, arancelaba fuertemente las mercaderías extranjeras que llegaban para su venta con la etiqueta de "importado" en desmedro de lo producido en el país.
Esto último fue un punto de conflicto entre los que se enriquecían y los que se empobrecían.
El episodio histórico
Los dirigentes unitarios que se habían exiliado en Montevideo por estar enfrentados a Rosas, consiguieron que países como Francia e Inglaterra urdieran un plan de ataque a nuestro país para conseguir que el río Paraná se libere como curso de agua internacional y entonces estos países europeos no pagarían más aranceles a Buenos aires.
Por eso fue que el 20 de noviembre de 1845 intentaron entrar por el Paraná al norte de Buenos Aires en un lugar que es conocido como "La Vuelta de Obligado". Los advenedizos venían con intenciones de entablar relaciones comerciales y diplomáticas con Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe, reconociéndolos como una "republiqueta mesopotámica".
Pero sus propósitos fallaron ante la valentía del pueblo ríoplatense. Ese 20 de noviembre de aquel año, la flota invasora integrada por ingleses y franceses irrumpió por el Paraná con claras intenciones de romper el cerco criollo y llegar hasta Paraguay si era posible.
El gobierno argentino ya conocía las intensiones de estos piratas y mandó atravesar el río con cadenas y elementos en desuso para que no pudieran pasar. Al mismo tiempo se atrincheraron en las barrancas con los pocos cañones que poseían, de mucho menor poder de fuego que el de los invasores. Y la lucha fue muy desigual.
Mirá también¿Dónde están los muertos?El bombardeo pirata produjo muchos muertos pero ellos también sufrieron serias averías en sus naves, lo que los llevó alejarse e intentar un desembarco pero fue otra mala idea porque los criollos, con sus mujeres, los repelieron a punta de cuchillo.
Los invasores terminaron huyendo. Las huestes argentinas lograron recuperar el territorio, hacer que los barcos se retiren y su capitán firmara una capitulación vergonzosa para ellos con el comandante Rosas quien los obligó a tirar 21 cañonazos en homenaje a los argentinos vencedores.
Por eso ese día cobró relevancia dentro de la historia de nuestro país y se lo llamó el Dia de la Soberanía Nacional. Este hecho que era seguido por José de San Martín desde Francia donde residía ya anciano, señaló que después de la hazaña del Cruce de los Andes, este era el mayor triunfo por una Patria libre y soberana.
La soberanía es el aspecto más importante para tener en cuenta en una nación, si sus intenciones son crecer en libertad y desarrollarse. Si se depende de otro Estado estamos en condición de subalternos dominados sin capacidad de obrar según criterios propios.
En una palabra, se deja de ser Nación para ser colonia. A veces resulta que el silencio cómplice lo tapa, no se ve con claridad y la gente vive engañada y sufriendo males. Por eso es importante echar un vistazo a nuestra querida argentina y ver si tenemos soberanía en las distintos ámbitos de funcionamiento justo y apropiado en que vivimos.
Preguntas que hay que hacerse
¿Tenemos soberanía política? Si nuestro presidente dice "soy incondicional al gobierno de Estados Unidos" y "nunca estuvimos tan juntos", está todo dicho.
¿Tenemos soberanía económica? Si los economistas más relevantes del país dicen que la deuda externa es impagable y que pueden pasar varias décadas para saldarla, y liberan de impuesto a las grandes corporaciones y no a los pequeños productores, está todo muy claro.
¿Tenemos soberanía alimentaria? Si para poder comer carne debemos adecuarnos a los negocios de exportación, mientras muchos niños sufren hambre y se mueren desnutridos, tiene sentido agregar algo más. En todos los órdenes no tenemos poder de decisión y dependemos del talante de los que gobiernan.
¿Tenemos soberanía cultural? Mientras la censura siga funcionando y no se otroguen los fondos acordados para desarrollar acciones culturales, es lógico pensar que no.
¿Tenemos soberanía popular? Mientras los trabajadores no puedan tratar sus necesidades en paritarias y los más pobres no puedan acceder a una vivienda propia y digna, y no puedan superar sus miserias porque los gobernantes privilegian otros intereses selectivos, es evidente que no.
¿Hay soberanía interna? Mientras los gobiernos provinciales tengan que mendigar su coparticipación económica a un gobierno central autoritario, sordo y esquivo, es claro que no.
¿Hay soberanía territorial? Mientras los ingleses sigan en las Malvinas es evidente que no.
¿Hay soberanía nacional? Mientras el poder no pueda ser manifestado por el pueblo en su conjunto y no pueda hacer valer su protesta porque se lo reprime violentamente y sin piedad, se ve claro que la soberanía no es aceptada como un valor histórico y cultural.
¿Existe hoy soberanía participativa, entendiendo que el poder nace y se hace con todos los habitantes del país y no con las elites del privilegio económico y judicial? No, no existe.
Si con todo lo dicho usted no llega a alguna conclusión evidente, piense que puede ser un alienado, un desinformado, un indiferente o un egoísta, lo cual no son cualidades sino "desajustes vivenciales" y falta de mucho amor por su Patria.