Elegir, que etimológicamente se refiere a "escoger" o "seleccionar entre otros", es algo que hacemos constantemente. Elegimos lo que queremos ser; elegimos el camino; elegimos las circunstancias; elegimos a los amigos y compañeros. Y muchas veces, el sentirnos elegidos nos alegra y nos distingue porque nos gratifica.
El acto de elegir implica responsabilidad porque tenemos que saber elegir. Siempre se elige entre varias posibilidades y por eso la elección debe ser justa y verdadera. Y eso es lo que tenemos que buscar en estas próximas Elecciones Nacionales, para no volvernos a equivocar.
Si bien la elección es un acto personal, ello no quita que comparemos lo nuestro con lo que opinan otros distintos a nosotros. Las personas pueden eligir desde su conciencia, porque piensan y tienen capacidad para discernir. Pero el hecho de poder elegir la forma de pensar y de vivir, no es algo fácil de realizar.
No siempre uno lo tiene claro. Elegir cualquier alternativa, o elegir lo "más conveniente" para ser realmente felices y "vivir mejor", puede ser una tarea compleja que implique búsquedas, diálogos y acuerdos.
Ante el hecho de tener que optar, siempre aparece la duda. Y deambulamos indecisos. Y comenzamos a pensar en los valores propios, lo que tenemos dentro de nosotros. Pero... ¿preguntamos lo que ignoramos? Eso sería sabiduría. Pero elegir en este momento, no es fácil.
Hay muchas voces dispares con trasfondos distintos que pretenden confundirnos. Con la elección comprometemos a todo nuestro ser nacional en su conjunto y esto es de mucha importancia dada la disparidad. Elegir implica comprometerse. Comprometerse con la vida propia y también con la vida de los demás ciudadanos.
Mi elección es personal, pero no es un hecho inocente. Ni para mí, que elijo, ni para los que me rodean. De ahí que el acto de elegir debe ser en su esencia un acto de responsabilidad, que pueda resultar una mejoría sobre lo que tenemos y vivimos. Y elegir a los representantes nuestros que van a legislar, es mucho más serio e importante.
Todo esto suele crear sentimientos de inseguridad y a veces de angustia, porque implica riesgos, renuncias o limitaciones. Cuando tenemos distintas opciones y nos decidimos por una de ellas, estamos sumándonos a una posible solución, a un compromiso del conjunto. Por eso propongo "elegir con otro". Esto significaría un posible diálogo en la búsqueda.
El hombre vive en un mundo que por una parte lo limita y que él con sus elecciones, determina y define. El hombre, varón o mujer, se perfila a sí mismo como lo que es, sí, pero mediante sus riquezas interiores y por sus continuas y diversas elecciones.
Apuntando a esto, quiero hacer mención a uno de los célebres pensadores de la Antigua Grecia, Sócrates (siglo IV a.C.), al que se considera el más grande de los filósofos de su época y quien estableció -como punto de partida de su pensamiento- que "el mayor de todos los misterios es el hombre".
Así, desde su interioridad, el conocimiento se vislumbra en el hombre a través de una premisa,"conócete a ti mismo", que es primera y es esencial, porque a partir de ahí derivan otros conocimientos. Para Sócrates la búsqueda de la verdad se daba a través de la razón y la virtud.
Por eso les propongo la mayéutica socrática, que es un método de reflexión que consiste en guiar al interlocutor por medio de una serie de preguntas, para que este descubra por sí mismo la verdad sobre determinado concepto: como si "diera a luz" el conocimiento que en realidad ya posee y que busca en su interior.
El término mayéutica significa, justamente, "el arte de parir": se basa en la idea de que la verdad reside en la persona, y a través de la indagación interactiva, desmantela ideas erróneas y refuta desaciertos.Solo las personas eligen si piensan y tienen capacidad para discernir. El que no piensa es arrastrado por lo que eligen otros.
Pero el hecho de elegir la forma de pensar y de vivir, no es algo fácil de realizar. No siempre uno lo tiene claro. Elegir cualquier propuesta o de acuerdo a intereses mezquinos, no condice con un acto republicano, responsable y comprometido. Elegir no es fácil. Y no lo es porque con las elecciones comprometemos todo nuestro ser nacional.
Mi elección no es un hecho aislado, indiferente y solo individual, por eso tenemos que pensarlo y saber escuchar personas capacitadas, patrióticas, honestas y bien intencionadas. Hay que elegir entre incoherencia perversa o la comprensión humanitaria; entre verdad y mentira, entre Patria y antipatria. Que Dios nos ilumine.
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