Por Juan José Cheznas y Sebastián Llansa


Por Juan José Cheznas y Sebastián Llansa
En 1973, como mencionamos, los docentes públicos de los niveles inicial, primario, secundario y terciario se nuclearon en la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), que participa en la actualidad de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Como símbolo de resistencia de maestros, maestras y docentes de todo el país, contra las políticas liberales de ajuste del gobierno nacional a cargo de Carlos Saúl Menem, el 2 de abril de 1997 la Ctera establece en la ciudad de Buenos Aires la denominada Carpa Blanca.

Esta recordada iniciativa, que utilizó el blanco como emblemática referencia a lo significativo que son los guardapolvos que emplean maestras y maestros, fue instalada frente al Congreso de la Nación. La Carpa Blanca fue otro hito en la pelea por mejorar la educación: estuvo firme y presente durante treinta y tres meses, es decir por espacio de casi dos años y medio. El pliego reclamante exigía: Ley de financiamiento educativo, mejoras salariales y derogación de la Ley Federal de Educación, entre otras medidas.
Estos grandes ejemplos sirven para demostrar que el sindicalismo docente, con democracia interna, ha hecho la lucha, no solo con paros, sino con otras instituciones, tanto de resistencia como con iniciativas propositivas de diversas características. Podemos mencionar, entre otras: asambleas, movilizaciones, pliegos reivindicatorios, plenarias gremiales en las escuelas, acciones del cuerpo de delegados, declaraciones, negociaciones en paritarias, acciones legales contra descuentos por días de paro.
También, la lucha por el presentismo y el régimen previsional docente, así como la deliberación y participación en la elaboración del marco normativo (Constitución Nacional, Ley Nacional de Educación, Ley de Educación Superior, Ley de Financiamiento Educativo, Ley de Asociaciones Sindicales, Estatuto Social Amsafe, etc.). Siempre, a los fines de lograr mejores salarios -incluyendo escalas salariales por carrera docente: antigüedad, ascenso a cargos directivos-, ingreso por concursos públicos, estabilidad en el empleo, creación de cargos, condiciones dignas de trabajo (infraestructura escolar) y demás.
Los orígenes del gremialismo docente en Santa Fe tienen como punto de partida la huelga docente del 15 de mayo 1921, verdadero hito histórico. Se trató de una acción de resistencia a la mala política pública en relación al pago de salarios docentes en la provincia. Esta mítica huelga tuvo como causa la falta de pago de los sueldos por seis meses, siendo uno de sus líderes Martín Herrera, ex rector de la Escuela Normal Superior Nº 2.
Esta acción de reclamo fue objeto de estudio de las investigaciones de Adrián Ascolani para su obra titulada "Una ciudadanía restringida: tensiones en torno a los derechos y las obligaciones del magisterio. La gran huelga de 1921". En base a estos fundamentos fue realizado el documental "Ecos de Huelga", con guión de Lisandro Bauk y Francisco Sanguineti, más la producción de Costera Films. También la nota del diario La Capital de la periodista Paula Busnadiego "El archivo: cien años de la gran huelga, un hito del magisterio de Santa Fe", de fecha 15 de mayo de 2021, entre otros.
La mítica huelga de 1921 fue preexistente al propio sindicato de docentes provinciales, ya que el primer sindicato docente público de la provincia de Santa Fe fue la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe), fundada el 24 de junio de 1928.
Transcurría 1990, durante la gestión al frente de la provincia de Santa Fe del gobernador Víctor Félix Reviglio, cuyo ministro de Educación era Héctor García Solá. Se vivía un agudo conflicto con los docentes debido a los bajos salarios, morosidad en el pago de los sueldos de reemplazantes e interinos, así como malas prestaciones de salud de la obra social. En especial, esto último, por el paso de Osplad (obra social con la que el gobierno provincial tenía una deuda, con acciones legales contra el gobierno provincial) a Iapos, como consecuencia de la transferencia educativa de nación a provincia, las bajas jubilaciones, deficiencia de aulas y bancos, por desfinanciamiento del sistema educativo.
Esta compleja situación dio lugar a un pliego reivindicatorio gremial de Amsafe: aumento de salarios, pago de salarios adeudados a reemplazantes e interinos, retorno a la obra social Osplad, mejora en las jubilaciones, pedido de construcción de aulas y provisión de bancos escolares, en síntesis, financiamiento del sistema educativo. Ante la intransigencia del gobierno la asamblea provincial de Amsafe define un paro por tiempo indeterminado al comienzo del ciclo lectivo. Ante no solo la falta de oferta del gobierno, sino los descuentos de los días de paro a los docentes, en el Departamento Rosario se avanza hacia una medida de acción directa extrema.
La huelga de hambre es definida por asamblea en Rosario, cuyo delegado seccional, Ediberto Sánchez, procedente de la agrupación Educación Popular, encabezó la medida de acción directa que se prolongó por cuarenta y tres días, culminando el 16 de abril de aquel año. Padres y madres de estudiantes participaron activamente en la huelga de hambre, ya que la medida contaba con un amplio respaldo popular. Durante el proceso hubo clases públicas, marcha de antorchas y otras acciones.
Esta medida obligó al gobernador a viajar a Rosario y buscar una solución acordada con la conducción gremial de Amsafe Seccional Rosario. Por su parte gremios como UPCN realizaron sus reclamos propios y también manifestó su solidaridad el Sadop. Ante la gravedad del conflicto docente, convergieron representantes de las tres CGT de Rosario, en apoyo al reclamo de Amsafe, resultando garantes del acuerdo con el gobierno provincial.
Una situación extrema originada al comienzo del ciclo lectivo en 1990 en la provincia obligó a la conducción gremial de Amsafe Rosario a tomar una medida extrema: el paro por tiempo indeterminado. En el seno del gremialismo, esto hizo reflexionar. Y coincidieron en que no favorecía la lucha por el pliego reivindicativo. La huelga de hambre no solo movilizó a la sociedad, sino que dio también los pasos iniciales para el armado de la intersindical, que representó a todos los trabajadores del Estado santafesino.
La transferencia educativa operada en diversas etapas que concluye en los años 90, produce como consecuencia que sean los gobiernos provinciales los que deben invertir los recursos necesarios para el normal funcionamiento del sistema educativo público, aplicándose mecanismo de ajuste como el presentismo. Junto al Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), logrado como consecuencia de la lucha nacional en la Carpa Blanca, son adicionales no remunerativos ni bonificables que aumentan ficticiamente el ingreso del trabajador y la trabajadora docente, pero desfinancian la obra social y la Caja de Jubilaciones.
Esto último ha ido deteriorando las prestaciones de salud y los ingresos de los jubilados; la evaluación permanente para docentes, los postítulos y posgrados pagos en los que los docentes deben invertir sus escasos ingresos para garantizar su permanencia en el sistema, no deben hacernos perder el foco: la cuestión de la formación docente de grado y postgrado así como la cuestión salarial, que debiese ser prioridad política pública.
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