La cantidad de información generada día a día desde la publicación de la firma de la finalización del conflicto en la Franja de Gaza por ahora hace imprescindible que sea tamizada y permita -como se dice comúnmente- separar "la paja del trigo".

La firma del acuerdo involucra a países históricamente rivales, uniendo a Medio Oriente en un plan de paz que busca evitar una nueva guerra civil en Gaza.

La cantidad de información generada día a día desde la publicación de la firma de la finalización del conflicto en la Franja de Gaza por ahora hace imprescindible que sea tamizada y permita -como se dice comúnmente- separar "la paja del trigo".
Por eso me gustaría enumerar una lista de prioridades, si bien todas son importantes: 1) La firma del fin de la guerra por las dos partes en conflicto; 2) El regreso de los secuestrados, vivos y muertos; 3) La liberación de condenados y capturados ejecutores de la masacre del 7 de octubre de 2023; 4) El comienzo del "día después", en lo que se refiere al control de la Franja de Gaza en el terreno.
"Las ideas no se matan", frase escrita por Domingo Faustino Sarmiento camino al exilio, es un aspecto que debe tenerse en cuenta cuando holísticamente se miran los pilares del conflicto. ¿Por què? Porque en el proceso de reconstrucción las generaciones venideras de la población gazatí, fanatizada por las ideas de la yihad islámica, deberá ser un punto a reconstruir la educación.
Estados Unidos, el gestor del Plan de Paz, ha "apiñado" todo el Medio Oriente en el acuerdo y hasta logró que participe también Indonesia, que es el país musulmán más grande del mundo. Así, de manera estratégica, se han asociado países históricamente enfrentados, como Turquía y Egipto, Arabia Saudita con la propia Indonesia. Y Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Líbano, Siria, y todos con Israel.
El entramado de interdependencia y relaciones a futuro en la región es muy promisorio, porque se llega -a vuelo de pájaro- a una masa de producción y consumo de casi 1.000 millones de personas. Las guerras en el Medio Oriente se han cerrado con acuerdos de partes y el conflicto actual es un tornillo de la maquinaria del nuevo orden multipolar mundial.
También es el comienzo de una nueva era, al menos de una nueva etapa, donde los bloques que compiten entre sí deberán mantener el equilibrio con novedosas "reglas de juego" entre adversarios. Trump ha traído un arreglo entre varios Estados sunitas y algunos grupos que son chiitas (Hamás lo es), lo que los pone en una situación comprometida.
Es evidente que en la Franja de Gaza deberá mantenerse un equilibrio que ha sido realmente muy difícil de lograr con anterioridad, entre la decena de grupos que la controlan, que van desde los teocráticos hasta las mafias zonales o clanes. Pero así han vivido toda la vida.
Para algunos analistas, el objetivo de que alguien -al margen del monitoreo internacional- tenga el control absoluto del enclave sobre los demás es importante, sobre todo temporariamente, para evitar una guerra civil gazatí.
Eso es lo que debe intentarse evitar luego de la entrega de los secuestrados. Por eso se ha discutido mucho en el gobierno si liberar parte de los presos en Gaza, en Judea y Samaria, o extraditarlos.
La experiencia demuestra que no importa donde se los haya liberado, los extraditados se convierten en interlocutores desde el exterior. Entre los que volvieron a Gaza, por ejemplo, estaba Yahya Sinwar, el mentor del ataque del 7 de octubre de 2023 a Israel. Y de los que se fueron a Judea y Samaria, en algún momento se sumaron a las hordas terroristas de la zona.
Hoy, ni Qatar, ni Turquía, ni Egipto podrán ser soporte de terroristas como en el pasado, ya que están obligados por los Acuerdos de Abraham, que los compromete, los obliga y los protege de agresiones desde fuera de la nueva hermandad sellada. Veremos en el futuro si fue cerrada "a fuego" o "pegada con engrudo".
Hay que tener en cuenta que a pesar de lo mucho que se ha pactado, muchas veces se ha pactado con el diablo. Y que habrá idas y vueltas, sabiéndose de antemano que los tiempos de los puntos pactados no se cumplirán matemáticamente. Solo la firmeza de todos los involucrados producirá los resultados deseados.
(*) El autor del presente comentario, Raúl Eduardo Lien, es un santafesino radicado en Israel desde 2002. Desde los días posteriores al inicio de la actual etapa del conflicto palestino-israelí, el 7 de octubre de 2023 (con el ataque de Hamás al sur del territorio de Israel), ha remitido sus periódicas y detalladas descripciones de la guerra.
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