Esta es una guerra a la que no le faltan ingredientes, condimentos de los buenos y malos. A la opinión de muchos que repiten como loros la campaña de fakes news se le suma la "involución" cognitiva individual y también masiva de ser incapaces de discernir entre verdad y verdad aparente. Este bombardeo de información tergiversada, disfrazada de derechos humanos, intenta instalar un relato falaz y con él, reescribir la historia. Y esto es muy peligroso. Es una guerra armamentística bélica y mediática, o mediática y armamentística, como quieran.
La denominación de guerra tradicional para el caso de Israel no cuenta. El campeón de las guerras modernas en los discursos pero no en la realidad, los Estados Unidos, han fracasado en guerras de guerrillas como la que discurre en Gaza. Estados Unidos se retiró de Vietnam y se retiró de Afganistán, así como también se retiró de Irak. La cantidad de bajas sufridas produjo un rechazo de la sociedad que se opuso a recibir las consecuencias, sumando a los caídos, lesionados físicos y mentales: un costo social y presupuestario en armamento inmenso.
Fueron guerras que tuvieron sus consecuencias para Estados Unidos, pero hay que prestar atención al siguiente detalle: fueron guerras a miles de kilómetros de distancia, mientras Israel desarrolla una guerra de guerrillas en el patio trasero. Y no utilizo la expresión "patio trasero" como cuando Estados Unidos trata a Sudamérica de esa forma sino porque se trata realmente de una guerra que se desarrolla en nuestras fronteras, pero también adentro.
A ello hay que sumarles los operativos a cientos y miles de kilómetros con complejidades operativas que nadie ha realizado hasta ahora, contra Irán y Yemen, a casi 2.000 kilómetros. Un ejemplo claro de lo anterior es el último ataque con el que se eliminó al primer ministro y a todos los ministros hutíes del gobierno yemení de facto.
El sector más extremista del gobierno de Israel le exige al ejército israelí, en la figura del comandante en jefe, mano dura y celeridad para terminar cuanto antes. Por eso vale una reflexión sobre lo anterior, al margen de las noticias que sé que circulan: Israel, potencia militar, se ciñe a los principios de cuidar a la población civil propia y la del enemigo. Sí, es así como lo detallo. Es más, he mencionado en anteriores comunicaciones las acciones del ejército que están focalizadas en avisar -ya sea por celular y con panfletos- de próximos ataques dirigidos a eliminar cuadros del enemigo.
Así, por ejemplo, se atacan selectivamente instalaciones logísticas bélicas, intentándose la desocupación de población civil y poder operar con el uso de tecnología sofisticada para ubicar objetivos y evitar daños colaterales. Aunque, también vale aclararlo, debe tenerse en cuenta que es una guerra sucia y tramposa por parte del enemigo, ya que este organizó todo para complicar las acciones, retener población civil, minar calles y casas, además de proseguir en su intento de secuestrar soldados, para seguir extorsionando y así conseguir condiciones para salvar el pellejo (o parte de los que les queda).
La circunstancia de que la ayuda humanitaria no llegue a destino como corresponde se debe principalmente a tres razones:
1) El boicot político de las Naciones Unidas.
2) La mayoría de los gazatíes son del grupo Hamás. Ellos mismos boicotean los suministros, los almacenan y comercializan.
3) La existencia en la franja de clanes familiares y grupos mafiosos, sumados a los dos brazos armados: la Yihad Islámica y el Hamás.
Otra para sumar: estos grupos están cobrando "peaje" a los ciudadanos que quieren salir de la ciudad de Gaza. La cifra puede llegar a 1.000 dólares por familia. ¿Solidarios, no?, esto dificulta las acciones operacionales de Israel. Y otra: como los civiles se trasladan con lo mínimo y sus valores, dinero, joyas, los acólitos del Hamás, encapuchados, los apalean y les roban dentro de los campamentos temporales.
Repito: a la distancia no hay que simplificar la visión del conflicto en aspectos anecdóticos puntuales, o relativizar las acciones justas y válidas de quien lucha contra la agresión y por derrocar el atraso y la oscuridad de un proyecto que está influyendo negativamente en la percepción de la realidad de muchos ciudadanos del mundo engañados por el canto de las sirenas que han disfrazado proyectos de expansión como luchas por "la liberación del yugo de los colonizadores".
Sugiero a los lectores un ejercicio mental de suposición. ¿Qué hubiese sido de Israel, en qué condiciones estaría el país -dejando de lado lo que hasta ahora pasó- si el proyecto de guerra multipolar hubiese tenido éxito? Hay destrucción en los territorios enemigos por supuesto, es una mínima aproximación a lo que hubiese pasado si Israel hubiese perdido esta guerra en curso. Por eso voy a presentarles un planteo táctico estratégico que propone procedimientos divergentes… ¿Usted cuál de ellos elegiría?
1) Detener la guerra y pactar con el Hamás dándole lo que exige (no pide, exige).
2) Arrasar lo que queda de Gaza sin piedad, con bombardeos masivos. Bombas de racimo, tanques, ataque desde el mar, de forma indiscriminada.
3) Hacer la guerra respetando los estándares civilizados (lo que se pueda) y realizando acciones para proteger la población civil desarmada.
Es solo para la reflexión. Debe entenderse que hay una guerra multidireccional que no es fácil. Téngase en cuenta que Israel tiene 10 millones de ciudadanos y solo unos pocos cientos de miles (aproximadamente 500.000 es la reserva) participan con soldados profesionales (unos 180.000) en las acciones. Es la situación al día de hoy y le podemos sumar factores influyentes como la presión americana, la europea, la local, la zonal, esperando que el des enlace sea favorable lo más pronto posible.
(*) Santafesino radicado en Israel desde 2002.
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