El año 1819 fue intenso y decisivo en la historia argentina, en medio de las guerras por la independencia y la definición de un modelo de país. Santa Fe resultó ser el campo de batalla en el que los federales, dirigidos por Estanislao López, enfrentaron los avances combinados de los ejércitos que operaron sobre ella desde el sur y desde el noroeste durante 1818 y 1819.
El general Manuel Belgrano en persona dirigió la campaña, abandonando sus posiciones tucumanas, mientras desde el sur avanzaba el general Viamonte.
Aunque López repitió sus movimientos del año anterior, enfrentando alternativamente a ambos ejércitos -de tal manera que Belgrano expresó a sus superiores que “ni el ejército de Jerjes” sería capaz de doblegarlo-, propuso un acercamiento cuando tuvo conocimiento que estaba por partir de Cádiz una expedición española contra el Río de la Plata que combinarían sus operaciones con los ejércitos del Perú, siendo el punto de encuentro precisamente el territorio de Santa Fe.
De esta forma, López y Belgrano firmaron el armisticio de San Lorenzo en los primeros días de abril de 1819, interrumpiendo provisoriamente las operaciones, a la vez que invitaban a las provincias a una reunión a realizarse en el histórico convento de San Carlos.
Belgrano y José de San Martín celebraron el armisticio, especialmente el segundo que eludía de esta forma la posibilidad de tener que intervenir y podía concentrarse en su proyecto de liberar al Perú.
Pero el acuerdo no fue bien visto por José Gervasio Artigas y Francisco Ramírez que se negaron a respaldarlo. López aprovechó la pausa para legitimar su poder mediante elecciones y para dictar el Estatuto Provisorio con el que quiso “fijar sistema a la posteridad”
Se rompe el armisticio (octubre)
A pesar del sincero entusiasmo de Belgrano y el alivio de San Martín, el director José Rondeau trabajaba en otra dirección. Quería coordinar acciones con los portugueses para enfrentar a Artigas y reanudar sus acciones sobre Santa Fe.
Con documentos fehacientes que probaban este doble juego del directorio, López se dispuso a reanudar las hostilidades y ordenó interceptar las comunicaciones en el sur de la provincia a partir del mes de octubre. Fue en estas circunstancias que se habrían secuestrado instrumentos de música de viento que iban destinados al Ejército del Norte y que López decidió retener.
“En una de esas tropas de carretas -dice Urbano de Iriondo en sus apuntes- iba una banda de música con dobles instrumentos, que el gobierno de Buenos Aires mandaba al de Tucumán… La música quedó para el Estado y los músicos en su servicio; fue la primera música de esta clase que tuvo la ciudad”. Según esta versión el arribo de los músicos se habría producido el 13 de octubre.
Ramón Lassaga repite este relato en su “Historia de López” y dice que “esta presa fue considerada de mucho precio, pues nunca la había tenido tan buena Santa Fe”, y agrega: que el gobernador “contrató a los músicos que iban para San Martín y se establecieron en esta ciudad, siendo esta la primera banda organizada que tuvo Santa Fe”.
Según las anotaciones de Manuel Ignacio Diez de Andino consignadas en su "Diario", el 19 de septiembre habían llegado “nueve soldados y tres de los músicos de Belgrano” y el 12 de octubre habrían llegado los prisioneros tomados en el sur, entre ellos el general Marcos Balcarce que fue enseguida enviado a Paraná.
Luego aporta Diez de Andino una noticia sugestiva: el 16 de octubre partió por el río “la música de viento” a Coronda, a donde había llegado el general Ramírez y a cuyo encuentro había partido López el día anterior a los efectos de coordinar sus operaciones contra Buenos Aires.
Evidentemente López ha querido agasajar a Ramírez con música militar, pues la banda estaba de regreso en la ciudad por la noche del día siguiente, al igual que el gobernador.
Origen de la banda de policía
Se asocian estos sucesos al origen de la actual banda de policía de la provincia y no hay motivos para negar esta tradición. Sin embargo es necesario hacer algunas consideraciones. Téngase en cuenta que por entonces Santa Fe era un estado independiente y que la policía, tal como hoy la entendemos, no existía. Por el contrario estamos hablando de una “compañía de músicos de las tropas de Santa Fe”.
Se trataba de un cuerpo militar que prestaba sus servicios según las necesidades del ejército, más allá de que, como ocurrió cuando vino la delegación del Cabildo de Montevideo en 1823, se lo usara para animar las reuniones danzantes en el Cabildo.
También para celebrar un triunfo militar en Rosario, en 1820, oportunidad en la que López pidió “cuatro clarines, la trompa, la pandereta y el triángulo”, aunque aclarando que había en Rosario quienes los tocaran.
Se ha instituido el día 15 de octubre como el de su fundación, dato que no hemos podido confirmar y del que nos permitimos dudar, ya que el 14 los músicos cobraron su primer sueldo, según he constatado en el Archivo de Contaduría. Se trata de diez músicos dirigidos por Benancio Herrera, siete de los cuales cobraron 8 pesos y tres percibieron la mitad.
Existen además testimonios de la existencia de música militar con anterioridad a la organización de esta banda. Así vemos que el 1° de julio Pedro Márquez cobraba 24 pesos por la venta al estado de dos tambores nuevos y que también había reparado otro tambor, dos clarines y una corneta.
Es evidente que cada compañía de Dragones tenía su trompetista y seguramente su tambor de órdenes, elementos fundamentales para organizar las operaciones militares en combate. Estos instrumentos eran esenciales para comunicar las órdenes a la tropa, como lo eran las banderas para diferenciar los cuerpos propios de los enemigos.
Es por ello que no debe extrañar que el propio gobernador en campaña se ocupara de estos asuntos en su correspondencia con la ciudad. En plena campaña, mientras informaba sobre los graves asuntos del momento, enviaba un clarín tomado al enemigo para su reparación y reclamaba el envío de un trompetista de una compañía de dragones que había quedado enfermo.
Dos compañías de músicos en 1836
Por papales de Contaduría sabemos que en 1836 la Compañía de músicos de la ciudad había crecido, pero que sus integrantes cobraban un sueldo menor. Todavía la dirigía Benancio Herrera, quien cobraba 6 pesos en julio de ese año, mientras el resto de los trece músicos percibían 4.
Pero hay que agregar que en el mismo mes Herrera había cobrado otros 4 pesos por haber formado a los nuevos músicos incorporados a la banda. También sabemos por la misma fuente que en esos días la banda de instrumentos de viento no era la única.
También existía la “Compañía de pitos y tambores” que dirigía ni más ni menos que Pedro Bustamante, que ya había sido tambor de órdenes del General Belgrano en su campaña contra el Paraguay de 1810. En marzo de 1836 cobró Bustamante como “tambor mayor” 6 pesos y 4 cada uno de los otros ocho integrantes.
De la guerra a las retretas
Cierro este artículo con una referencia a la toma de Santa Fe por Juan Pablo López en 1845. “Batiendo marcha el clarín” doblegaron los atacantes las resistencias de Echagûe, según anota el soldado José Rivas que participó de la toma.
Y narra después que durante la batalla de Mal Abrigo las tropas de Echagûe avanzaban contra ellos y “su música militar venía a la carga tocando”, referencias que marcan lo que habrá sido una constante en las batallas de las guerras civiles.
Muy distinta fue la función de la Banda de Policía de la Provincia, tras su institucionalización ocurrida en 1864, brindando sus acordes marciales en desfiles y paradas, o amenizando las tardes domingueras en las cajas armónicas de las plazas de la ciudad.
Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos en el año de su 90° Aniversario 1935-2025.
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