El pasado 25 de mayo se cumplió el cincuentenario del fallecimiento de José María Funes, destacado historiador y docente, vinculado al origen y desarrollo de instituciones como la Junta Provincial de Estudios Históricos, el Archivo Histórico, el Museo Histórico Provincial y la Facultad de Historia de la Universidad Católica. Resulta imposible olvidar la imagen señorial del doctor Funes, con sus trajes cruzados y sus lentes "Quevedo". Quienes pudimos frecuentar su trato sabíamos que detrás de esa innata distinción se encontraba una personalidad sencilla, amigable y bien dispuesta para alentar nuestras jóvenes inclinaciones hacia los estudios históricos.
Nació en Santa Fe el 3 de junio de 1898 en el seno de una familia tradicional. Tras completar sus estudios en el Colegio de la Inmaculada Concepción cursó los de abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Santa Fe, en la que obtuvo su título en 1921, justo cuando estaba por ser nacionalizada. Orientó sus actividades hacia la docencia, por lo que en 1926 inició su dilatada carrera de casi medio siglo en el Colegio jesuítico, que continuó en el Colegio Nacional, el Comercial, la Facultad de Derecho de la UNL y la Facultad de Historia de la Universidad Católica. Desde su cátedra de Historia Argentina contribuyó a la formación de profesores en tiempos en los que la enseñanza y la investigación de la Historia estaban especialmente a cargo de abogados.
El revisionista
El revisionismo histórico argentino fue un vigoroso movimiento intelectual que gravitó profundamente en los estudios históricos entre los años treinta y los setenta. Cargado de connotaciones políticas e ideológicas confrontó sus enfoques con los de la "historia oficial" en un contrapunto enriquecedor. En la Santa Fe de los años treinta el revisionismo cobró cuerpo a impulsos de un grupo de intelectuales entre los que se destacó el joven abogado José María Funes, bisnieto del general Pascual Echagüe, único gobernador que acompañó a Rosas al destierro.
Junto a Funes militaban en esta corriente Alfredo Bello, Félix Barreto, Clementino Paredes, Luis Alberto Candioti, Marcos Rivas, Tulio Jacovella y José María Rosa, que por entonces vivía y actuaba en Santa Fe. Alentaban ideas nacionalistas y reivindicaban a los caudillos federales, la tradición hispano católica y muy especialmente, las figuras y actuaciones de Juan Manuel de Rosas y de Estanislao López.
De estos hombres el que más se había destacado hasta el momento como revisionista era Félix Barreto ("Papeles de Rosas", 1928), y el que más se distinguiría en el futuro sería José María Rosa, quien producirá más de veinte libros relevantes de impacto nacional y quien, en varias entrevistas, admitirá cuánto debía "a los santafesinos Alfredo Bello y José María Funes en orden al conocimiento histórico auténtico de nuestra historia".
El principal espacio en el que actuaron los primeros revisionistas de Santa Fe fue el Instituto de Estudios Federalistas, creado en 1938, en oportunidad del centenario del fallecimiento de Estanislao López. Presidido por Alfredo Bello, tuvo una activa presencia en la vida cultural santafesina, pero se fue diluyendo luego del fallecimiento de su principal mentor, ocurrido en 1943, siendo casi olvidado en la actualidad (destaco los trabajos de Mariela Coudannes). Algunas de las reuniones del Instituto se realizaron en el domicilio de Funes, (9 de Julio 3030) como ha quedado registrado en fotografías. Era importante su pertenencia dentro del grupo, dada su condición de Director del Archivo Histórico, cargo que desempeñó durante diecinueve años, entre 1936 y 1954.
Actuación pública y trayectoria académica
La actuación pública de Funes, más allá de la docencia, se inició como Secretario del Departamento Provincial del Trabajo en 1930, de donde pasó a desempeñarse como Fiscal de Estado en 1932. En 1936 fue designado Director del Archivo Histórico, cuando ya era miembro de la Junta Provincial de Estudios Históricos fundada el año anterior. En tal carácter, presidió la Comisión Organizadora del Museo Histórico Provincial que quedó formalmente inaugurado en 1943 y que Funes condujo durante los primeros diez años. Simultáneamente fue ministro de Gobierno durante parte de la administración justicialista de Waldino Suárez, con quien guardaba afinidades católicas y nacionalistas. Desde su doble rol de ministro y director del Archivo, logró que en 1947 este instalara su sede en la casa que fuera del brigadier Estanislao López y que en parte de sus dependencias de la planta alta funcionara la Junta de Historia.
Siguiendo el ejemplo de su antecesor Félix Barreto y sus "Papeles de Rosas", Funes dirigió la edición de los dos tomos de los "Papeles del General Echagüe", aparecidos en 1949 y 1951, Al cesar en 1947 como ministro de Gobierno, pasó Funes a desempeñarse como vocal del directorio del Banco Provincial, siempre con reserva de la dirección del Archivo y de la presidencia de la Comisión del Museo Histórico, funciones a las que se reintegró en junio de 1949.
Más allá de su filiación revisionista, Funes tuvo un destacado desempeño en el mundo académico y universitario. En 1932 fue designado miembro de la Academia Americana de la Historia, según daba cuenta el diario Santa Fe del 6 de julio. Tres años después, el 8 de junio de 1935, participó de la fundación del Centro de Estudios Históricos (actual Junta Provincial de Estudios Históricos) que presidió el eminente historiador Manuel M. Cervera, entidad en la que desarrolló una relevante actividad durante cuarenta años, habiendo sido codirector de su revista especializada y presidente desde 1966 hasta su fallecimiento, ocurrido el 25 de mayo de 1975.
En 1972 había sido designado miembro correspondiente en Santa Fe de la Academia Nacional de la Historia. Todavía en 1973, el gobernador Carlos Sylvestre Begnis lo designó asesor del Museo Histórico Provincial.
Su obra escrita
Desde su posición de director del Archivo, Funes produjo un estudio en 1937 bajo el formato de informe, sobre el escudo de la Provincia, que fue publicado en 1941 y que sirvió de base para la normativa que rige sobre el tema. También es de 1937 su folleto sobre los "Siete Jefes", en el que plantea el alzamiento de 1580 como un antecedente emancipador. Estos trabajos se suman a artículos de prensa y discursos pronunciados desde sus posiciones institucionales.
Especial atención dedicó Funes al estudio de la vida de Pascual Echagüe y su época. Una primera parte de su biografía fue publicada en la Revista de la Junta en 1950 y en 1971 presentó un escrito más desarrollado en las Jornadas de Historia que tuvieron lugar ese año en Paraná. De esta serie se destaca su trabajo sobre la actuación de Echagüe como interventor en Mendoza (1859) aparecido en la Revista de la Junta en 1961. También produjo un estudio sobre el "Proceso histórico institucional de la Nación y las Provincias" en 1950 y otro sobre "El Supremo Consejo de Indias" publicado en 1954.
Una cirugía de garganta afectó sus cuerdas vocales, de manera que su voz perdió potencia y claridad, lo que no impidió que siguiera dando clases a grupos reducidos y presidiendo las sesiones de la Junta. Su hijo Juan María, que también se dedicaría a los estudios históricos, leyó la conferencia de incorporación de su padre en el recinto de la Academia Nacional de la Historia, quien fue presentado por Enrique de Gandía. Como Julio Irazusta, José María Funes llegaba a la Academia sin adjurar de sus ideas revisionistas.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos en el año de su 90° Aniversario (1935-2025).
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