Horticultores delante del Mercado de Abasto de Santa Fe. Muchos de los migrantes llegados de Italia eran agricultores, por lo que aquí se ocuparon del trabajo en las huertas, aunque también del comercio y la construcción. Gentileza
La gesta inmigratoria promovida por la provincia de Santa Fe dará origen a la Pampa Gringa a partir de la fundación de Esperanza en 1856, con la llegada de las doscientas familias suizas. Pero los italianos no se quedan atrás y ya se los encuentra entre los primeros pobladores de San Carlos en 1858. Serán sobre todo piemonteses y lombardos los que, por la cercanía con Suiza, responden a la propaganda de emigrar promovida por compañías como la Beck-Herzog. Con los "contratados" llega también la "inmigración espontanea". Y junto a los trabajadores "golondrina", en modo creciente, las familias.
Círculo Italiano de Santa Fe fundado el 26 de noviembre de 1919. Portal con los donantes para la erección del edificio propio en calle San Martin. Ebanista Antonio Saverio Di Dio. Pintura: Francisco Marinaro. Hoy en la sede de Hipólito Yrigoyen 2451. Adriana Crolla
Pero ya a inicios del siglo XIX fue notoria la presencia de los genoveses en Buenos Aires, dedicados a la industria y comercio naviero en el Riachuelo y responsables del flujo mercantil y de transporte por las aguas del Paraná. Como lo atestigua Lina Beck en su viaje a Santa Fe en 1857 acompañando a su esposo, Charles Beck, empresario fundador de San Carlos. Las ventajas fluviales favorecieron su presencia en el incipiente puerto de Rosario. Y en Santa Fe, el Acta Nº 1 del Archivo Histórico de la Unione e Benevolenza informa que fue fundada el 1 de abril de 1861 gracias a un entusiasta "grupo de navegantes genoveses".
Estos genoveses, junto a otros italianos, integraron la primera comisión directiva y dedicaron sus esfuerzos a consolidar el patrimonio edilicio, crear una escuela para los hijos de los socios y comenzar a erigir el Hospital Italiano de Santa Fe y Colonias en 1890. Los napolitanos deben haber sido significativos porque fundaron el Circulo Napolitano el 13 de septiembre de 1891 con un número inicial de quinientos socios. Y cuando en 1929 se disolvió la asociación, donaron su sede de calle 4 de enero 2044 al Comitato Dante Alighieri.
Los barrios y la inmigración italiana
Hacia 1870 la llegada de italianos a Santa Fe es notoria. Por ello el vicecónsul italiano en Santa Fe, Carlo Nagar, al tomar datos del Censo Provincial de 1887 de Gabriel Carrasco e informes de Wagner, director del Ministerio de Agricultura, hace saber a Italia en 1891, que la ciudad capital está compuesta de un 18,40% de italianos.
Las modificaciones fueron lentas. Pero el sur fundacional se va extendiendo hacia el norte dado el flujo incesante de inmigrantes. Si para 1889 el número de manzanas habitadas en el ejido urbano era de 219; en 1901 alcanzan a 278 y, según el Censo Municipal de 22 de septiembre de 1907, ya suman 350.
Y en tan solo veinte años se urbanizan 131 manzanas a raíz de la irrupción ininterrumpida de extranjeros, sobre todo italianos, que van prefiriendo la vida urbana a la agrícola. Piemonteses y lombardos, junto a friulanos y marchigianos, ejecutan esta saga. Los censos informan que un 38% de la población ya es extranjera para fines de siglo. Y si se compara el Censo de 1914 con el de 1926, la población de la ciudad pasa de 65.769 a 114.331 habitantes, duplicando su número en solo doce años.
Barrio Candioti Sur
En tierras de lo que luego será llamado Barrio Marcial Candioti por considerarlo su fundador, se empezó en 1885 la instalación de la Estación "francesa" y el trazado del Ferrocarril Santa Fe, conocido como "a las Colonias". En 1904 se inicia la construcción del puerto de ultramar y en 1902, la instalación de Obras Sanitarias de la Nación para el suministro de agua a la ciudad. Estas obras atrajeron no sólo a los criollos y a los franceses impulsados por la misma compañía, sino a numerosas familias italianas, en particular piemonteses, marchigianos y lombardos que compran tierras y se radican en el nuevo barrio.
Un italiano, Antonio de Petre, figura como primer particular que compra entre 1892 y 1900, cuatro lotes entre Las Heras y Sargento Cabral. La necesidad propicia la emergencia de grupos de albañiles y constructores (Cesar Carli sostiene que los formaban técnicamente en Italia antes de partir) que dan origen a la estética arquitectónica del barrio, y también de la ciudad, con la tipología de la casa "chorizo" o "del gringo".
La estabilidad laboral y el desarrollo económico atraen y se redefine la topografía del barrio. Posteriormente también hacia el norte con el trazado del boulevard en 1887 y su posterior consolidación. Estos nuevos pobladores irán conformando la clase media santafesina.
Barrio Roma
A principios de 1910 Alejandro Talin (nacido en Vicenza) y Dal Maso empiezan a urbanizar sus quintas. Las tierras que se extendían entre los bulevares Zavalla y Pellegrini, gracias al trazado del Ferrocarril Central Argentino (inaugurado en 1885), empiezan a ofrecerse a bajo costo, mientras en los años 20 el Mercado de Abasto garantiza estabilidad laboral. El barrio debe su nombre al negocio de sombreros y vestimenta e inmobiliaria de Talin y Dal Maso: "A la Roma". Según el historiador Miguel Ángel Dalla Fontana, el gran cartel con la imagen de la loba romana amamantando a los gemelos, servía de referencia.
Inmigrantes provenientes de Rosolini, provincia de Siracusa, según Julián Ovando Salemi, comienzan a asentarse por esa época en este barrio, formando núcleos familiares estables y vida comunitaria de fuerte identidad siciliana. Los calabreses, que ya habían recalado en menor número en la zona cercana al puerto, eligen también esta zona y su número se acrecienta entre guerras. Hay una tercera oleada, después de 1945, de italianos con oficio que responden al notable impulso industrial de la época. El barrio termina de conformarse con la llegada de inmigrantes de la Basilicata y del Lazio.
Barrios Oser, Sargento Cabral, Escalante y 9 de Julio
Estos barrios definen su historia por el Ferrocarril Santa Fe ya que en su trazado tocaba un borde de la Quinta de De Iriondo, la de Houbeaut-Rampazzo y la Quinta Escalante. En 1905 la empresa compró un total de 40 hectáreas a la provincia para la instalación de la estación Distrito Kilómetro 2 (por los dos kilómetros de distancia de la estación central en Hipólito Yrigoyen y Belgrano) y la conexión con los depósitos y talleres en Salvador del Carril, entre Las Heras y Aristóbulo del Valle. En su interior, entre 1905 y 1915, se construyó el depósito de locomotoras "La Redonda".
El censo de 1907 informa que, sobre un total de 317 maquinistas, había 53 argentinos y 264 extranjeros, de los cuales 64 eran italianos y 26 eran españoles. Hacia 1913 se comienzan a urbanizar las tierras circundantes, con gran desarrollo en la década del 20. La construcción de casas a bajo costo para obreros conforman una serie de viviendas agrupadas en "villas" llamadas "Freyre", "Francia" y "Talleres". Estas fueron ocupadas por inmigrantes trabajadores, en su mayor parte friulanos y en parte vénetos.
La llegada masiva de friulanos que huyen de la guerra y gracias a las políticas inmigratorias del gobierno de Perón, se da entre 1940 y 50. Según informes de Daniel Gon y María Luisa D'Angelo, los que se asientan a comienzos de siglo eran agricultores que aquí se dedicaron a actividades relacionadas con la construcción. Mencionan la empresa constructora Simonutti y García, fundada en 1914 y a un albañil devenido en constructor, Bautista Baroni.
El arquitecto Cesar Carli, cuando destaca la tipología de la "casa del gringo" de los quinteros por la economía autosustentable desarrollada, menciona a Piccoli, un capataz friulano, mano derecha de Baroni, por su capacidad y "por usar zuecos de madera". Los friulanos también conformaron barrios como Sargento Cabral, Escalante, Villa María Selva y Guadalupe. La acción del padre Luis Dusso, fundador de la Escuela Nuestra Señora de Lourdes en Barranquitas, es un motivo de atracción en familias de friulanos que eligieron radicarse allí en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial.
El barrio Fomento 9 de Julio, en tierras de la quinta de De Iriondo, se relaciona con el Barrio Oser por la calle Pedro Ferré, primera en asfaltarse. La fundación de su Centro Barrial, el 12 de junio de 1930, y todo el proceso, tienen estrecha relación con la traza de la avenida Facundo Zuviría y el barrio Escalante. Estos espacios fueron urbanizándose por acción de rematadores y a impulso de la demanda de las familias que llegaban.
El espacio que otrora ocupaba una laguna en dos manzanas entre Facundo Zuviría-Primero de Mayo-Luciano Torrent y Quintana, empieza a ser saneado y ocupado a comienzos de los 50 por familias de inmigrantes provenientes del Lazio. Los laziales, según Pasqualina Di Biasio, habían llegado ya en 1926 al barrio Barranquitas, radicándose inicialmente en un tramo delimitado por el bulevar Pellegrini, Aristóbulo del Valle, Vicente López y Planes y veinte cuadras al norte, sin alcanzar Estanislao Zeballos.
En el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, junto a los laziales también compraron fracciones algunas familias provenientes de Rosolini, en las cuadras intermedias y sobre las avenidas Facundo Zuviría (Vicente Rubino) y Aristóbulo del Valle. Una panadería ubicada en la esquina con Córdoba llevó ese nombre durante años. Muchos jóvenes "gringos", hijos y nietos de inmigrantes, migraron internamente del campo a la ciudad atraídos por el creciente poderío industrial de la época. Contratistas y créditos bancarios, como el del Banco Hipotecario, facilitaron su radicación.
Villa María Selva
Hacia 1910 esta zona pertenecía al Distrito Guadalupe y comprendía el cinturón verde que formaban Monte Vera y Ángel Gallardo. La mayor parte de los propietarios de las quintas eran italianos que hacia 1920 empiezan a lotear sus tierras. Rodolfo Grigolato, radicado en 1910, será el último en lotear, hacia la década del 50. Destacamos a Ángel Cassanello, importante empresario portuario, que poseía un chalé en la avenida Galicia y que dio nombre a una arteria principal del barrio.
Entre 1942 y 1953 llega un importante grupo de lioneses de Avellino, Campania. Por su masividad, el barrio adquiere el mote de "Pequeña Italia" o "Italia chica". Muchos de estos inmigrantes, niños en su mayoría cuando arribaron, siguen rigiendo los destinos del barrio y la asociación que los agrupa, Figli di Lione. Según la profesora Elsa Grimaldi, también muchos calabreses recalaron en este barrio.
Los Hornos, Ciudadela y Don Bosco
Este barrio santafesino se extiende al norte de calle Goyena hasta Estanislao Zeballos, al oeste entre el Camino del Medio (luego Camino Iriondo y más tarde Facundo Zuviría) y el Camino Nogueras (luego Peñaloza) y al este con Gobernador Freyre. Zona de cavas y hornos de ladrillos, los primeros propietarios fueron italianos: Amadeo Botteron y los hermanos Giovanni Battista y Giacomo Calcagno, genoveses que llegaron a fines del siglo XIX.
Hacia 1930 el barrio comienza a urbanizarse llegando a su esplendor en los años 50 gracias a la pavimentación de Facundo Zuviría. Importantes fábricas, como La Sideral y Bahco, atraen a obreros provenientes de los Abruzzo que habían huido de la guerra. También la llegada de los salesianos piemonteses hacia 1940 y la creación de su colegio y parroquia, serán un factor de atracción. Un entusiasta grupo de vecinos fundará allí el Centro Piemontés, Católico, Cultural y Recreativo Don Juan Bosco el 4 de julio de 1948.
Piquete-Las Flores
Durante el gobierno del brigadier Estanislao López se tomaron medidas para controlar a la población indígena. Una de ellas fue organizar cantones de avanzadas llamados "piquetes". En el norte de la ciudad, en la zona donde luego se erigió la Iglesia del Tránsito, se apostó uno.
Esto permitió que hacia 1860 se plantara la piedra fundamental de la Colonia Agrícola Piquete, comenzando el gobierno a ceder gratuitamente terrenos a los primeros inmigrantes. Dos familias piemontesas, venidas de Moretta, fueron los primeros en recibir tierras: los Scarafia y los Ingaramo. Otras familias italianas, muchas piemontesas, respondieron a su llamado. Estas concesiones fueron muy favorables hasta 1870. Y la llegada de inmigrantes incesante.
Barrio Guadalupe
El nacimiento de la Colonia Guadalupe data de 1863. Los primeros habitantes que llegaron hacia 1864 fueron alemanes, aunque se fue cosmopolizando. Guillermo Wilcken informa en 1872 a la Comisión Central de Inmigración que esta "Colonia Guadalupe", estaba compuesta por 97 familias con 425 personas, de ellos 100 eran alemanes y 110 italianos. Y el informe de Bouchard de 1883, señala la existencia de 63 familias de las cuales 22 son italianas.
Los italianos irán superando a los otros grupos hasta 1950 en que comienza una migración interna del norte santafesino, Chaco y Formosa. La importancia de su presencia se demuestra en las firmas de los peticionantes ante Monseñor Boneo en 1918 para que el santuario se convierta en parroquia: de 64 firmantes, 40 son italianos. Quienes llegaron se ocuparon principalmente de las quintas y del comercio.
La mixtura no solo se dio entre criollos e inmigrantes, sino también entre italianos provenientes de diferentes regiones. Interesante el relato biográfico de René Lenarduzzi cuyo padre, friulano, viajó solo en 1926 con 18 años y nunca olvidó la lengua y su identidad, llegando a fundar y presidir el Centro Friulano. Mientras que su abuelo Carlo Tacca, un piemontés de Cressa (Cuneo), llegó primero en 1908 para hacer venir luego a su mujer e hijos. Radicado en Guadalupe llegó a ser un próspero comerciante de ramos generales, españolizando su habla y olvidando en mucho su tierra natal.
Este recorrido inicial sobre los italianos en Santa Fe adolece de información sobre la llegada de los Emilio-Romagnoles que cuentan con un Centro todavía activo.
Fuentes consultadas
Para la realización de esta reseña histórica fueron consultados los siguientes textos: "Barrios Fomento 9 de Julio, Oser y Escalante", "Barrio Candioti Sur" y "Barrio Roma", de Miguel Ángel Dalla Fontana; "Centro Friulano de Santa Fe, su pasado, su presente y sus protagonistas", de María Luisa D'Angelo; "Silenzi nascosti", de Rosetta y Susanna D´Amelio; "Los calabreses santafesinos", de Elsa Grimaldi y Adrián Ponzo; "Guadalupe en el entramado religioso y cultural de nuestro pueblo", del padre Edgard Gabriel Stöffel; "Memorias de un hijo de inmigrantes" de René Lenarduzzi, en la compilación "Migraciones y espacios ambiguos: transformaciones socioculturales y literarias en clave argentina" (Sabrina Zehnder y Adriana Crolla editoras). Ver: https://www. fhuc.unl.edu.ar/cec/categorias/publicaciones.
Página web "Alma de barrio", de Fernando Pais; Censo Municipal de Santa Fe del 22 de septiembre 1907 (página 62). Representantes de instituciones italianas: Daniel Gon (Centro Friulano), Franco Marcovecchio (Centro Abruzzese), Julián Ovando Salemi (Circolo Siciliano), María Luisa Ferraris y María Ester Valli (Centro Piemontés), y Agustín Suau (Figli di Lione).
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