Hoy es válido, más que nunca, el recuerdo de un tango que a través de su letra desnuda con profunda sensibilidad las desigualdades sociales y más notorias, justamente en una fecha tan simbólica como la Navidad que en pocos días hemos de celebrar.

Reynaldo Yiso nos invita a reflexionar sobre la desigualdad social a través de un tango que transforma la nostalgia en un acto de solidaridad navideña.

Hoy es válido, más que nunca, el recuerdo de un tango que a través de su letra desnuda con profunda sensibilidad las desigualdades sociales y más notorias, justamente en una fecha tan simbólica como la Navidad que en pocos días hemos de celebrar.
Reynaldo Yiso, con la colaboración musical de Roberto Rufino, le dio vida hacia 1954 a "El Bazar de los Juguetes", una composición con la que explora -a través de su conmovedora narración- un tema de generosidad y empatía.
Yiso, con su estilo de poeta humilde que en la mayoría de sus letras expresa sus propios sentimientos y en otras ocasiones ciertas controversias populares, centralizó sus trabajos en emociones y pasiones afines al sentir porteño, pero nunca utilizó metáforas para embellecer sus piezas:
"Patrón cierre la puerta, no me mire asombrado/ Le compro los juguetes que tiene en el bazar/ Yo se los compro todos, no importa lo que gasto/ Dinero no me falta para poder pagar"
El dueño del almacén,... ¡Como no se iba a sorprender con este pedido inusual, categórico y contundente¡: "Cierre la puerta porque le voy a comprar todos los juguetes". El protagonista daba muestras de estar dispuesto a no escatimar gastos, tampoco a demostrar ostentación... pero si comprar, comprar "alegría para regalar".
Todo indica que este buen hombre transitó por seria carencia en su infancia pero que, por fortuna pasaba, por un momento de "bonanza" y que su misión era compensar las necesidades que el mismo experimentó en su niñez a través de un acto de generosidad para con los chicos del arrabal:
"Por una sola noche yo quiero ser rey mago/ para que los purretes de todo el arrabal/ mañana al despertarse aprieten en sus manos/ el sol de esta alegría que yo les quiero dar"
Concretado el abrupto cierre del comercio, cerrada la compra de la totalidad de los juguetes y facturada la misma, el protagonista ya era el "rey mago" que quiso ser.

Se propuso encarnar la magia y darle vida a la ilusión navideña de la "purretada", precisamente en la noche en que los sueños de los niños se hacen realidad, una realidad siempre ausente, que nunca tuvieron y lograr así que los chicos pobres del arrabal se sientan motivados y emocionalmente felices:
"Al bazar de los juguetes/ cuantas noches de purrete/ me acercaba para ver/ para ver de allí de afuera/ por detrás de la vidriera/lo que nunca iba a tener"
¡Cuantas imágenes levanta esta estrofa! Una auténtica postal cargada de nostalgia: la tristeza de mirar detrás de la vidriera y descubrir lo que nunca estuvo a su alcance; la exclusión producto de la marginalidad. Lo lejano e imposible que se apreciaba detrás del vidrio; la impotencia de querer y no poder, simplemente: la vida entre dos mundos. Era muy duro, y no se olvida:
"Si mi vieja era tan pobre/ le faltaba siempre un cobre/ para comprarnos el pan/ y hoy que puedo/ que la suerte me sonríe/ yo no quiero que haya un pibe/ que no tenga/ ni un juguete pa jugar"
El tango a menudo explora temas de nostalgia, pérdida, y la búsqueda de consuelo pero nunca se olvida de "ella", de la madre. La figura materna en este contexto adquiere un significado profundo y universal, representando el amor eterno, la protección y la esperanza.
En este sentido y en este tema en particular el poeta pone a la madre en la centralidad de la escena como una luchadora sin recursos, extremadamente pobre que no puede traducir en regalos, mucho menos en una fecha trascendental como lo es la Navidad. Aquí explota de manera significativa el impulso solidario del protagonista:
"Yo sé lo que es sentirse en una Nochebuena/ teniendo de regalo un solo cacho e pan/ sabiendo que los otros cruzando la vereda/ dejaban sus juguetes en medio del zaguán"
Manifiesto contraste: la Navidad de los que tienen todo "versus" los que cuentan con lo mínimo e indispensable... o nada. La línea simbólica entre la pobreza y la abundancia la traza la vereda, que a su vez añade una profunda capa de tristeza y nostalgia:
"Yo sé lo que es sentirse besado tiernamente/ por una pobre madre que no me pudo dar/ ni el más humilde y pobre de todos los juguetes/ por eso se los compro, por eso nada más"
Este párrafo permite definir una de las imágenes más conmovedoras del tango que recordamos en estas líneas, simbolizada por el beso de la madre y la imaginación de la frase que acompañaba ese cariñoso beso: "Es todo lo que tengo… es todo lo que te puedo dar… es todo mi regalo".
Tremendo y desgarrador. Porque "El bazar de los Juguetes" no es un tango, es una confesión, un acto reparador. Una infancia dolida que el protagonista expresa en su deseo de romper la carencia de los más necesitados, y por sobre todo en aquellos "bajitos" que menos tienen.
Quedan al descubierto en esta pieza musical las desigualdades sociales, sobre todo en las fechas más sensibles y significativas. Esta canción nos recuerda que la pobreza no solo es atribuible a la falta de dinero, sino también de ilusión, de dignidad y de infancia, y a lo lejano que eventualmente se ve transformar el dolor en algo "luminoso".
Es una invitación a reflexionar sobre nuestras propias acciones y a considerar cómo podemos hacer una diferencia en la vida de los demás, especialmente durante las festividades que a todos nos corresponde pero que sin embargo estan reservada para unos pocos.
También es un llamado a la acción, para compartir y asegurarnos que ningún niño se quede sin experimentar la alegría de recibir en estas fiestas su juguete. Quizás no sea lo ideal, pero es el momento de decir: ¡Todos somos iguales ante Dios! Por eso mis deseos de una muy feliz Nochebuena para todos y una muy feliz Navidad. Nos vemos en la próxima.
En la casa de la abuela Luisa (*)
La Navidad llegó a la humilde casa de la abuela Luisa, pero en lugar de adornos brillantes y regalos caros, la escena estaba marcada por la escasez. El fuego en la chimenea era apenas una chispa, y la mesa lucía escasa, solo con los alimentos que con tanto esfuerzo habían conseguido.
A pesar de la falta de recursos, la familia se reunió en la pequeña sala, acurrucándose unos cerca de otros para compartir el poco calor que había. Los niños, aunque no recibieron los juguetes que soñaban, miraban con asombro a su abuela mientras contaba historias de su infancia, historias que no necesitaban regalos caros para ser maravillosas.
La abuela Luisa, para suplir la falta de regalos, comenzó a narrar historias sobre sus propias navidades, compartiendo experiencias y anécdotas que hicieron reír a todos. Los niños, por su parte, se dedicaron a crear sus propios juguetes con materiales reciclados, dándole un valor único a cada objeto.
Y en la noche de Navidad, con el corazón lleno de gratitud, decidieron regalarle a su abuela el único objeto que poseían: una muñeca hecha por ellos mismos con retazos de tela. La abuela, conmovida, no pudo evitar las lágrimas al ver el amor que sus nietos habían puesto en aquel gesto.
Aquella Navidad, a pesar de no tener regalos materiales, fue la más mágica para la familia. Se dieron cuenta de que lo más valioso que tenían era el amor y la unión que los mantenía juntos. La noche de Navidad se convirtió en una noche de sueños, historias y risas, en la que el verdadero regalo fue la compañía.
La letra está cargada de imágenes poderosas y emotivas. La figura del rey mago que el protagonista desea encarnar por una noche simboliza la esperanza y la magia de la Navidad, una época en la que los sueños de los niños se hacen realidad.
La referencia a su madre, que no podía permitirse comprarle juguetes, añade una capa de tristeza y nostalgia, pero también de comprensión y empatía hacia aquellos que viven en la pobreza. La canción no solo es un homenaje a su madre, sino también un recordatorio de las dificultades que enfrentan muchas familias.
Reinaldo Yiso, conocido por sus letras profundas y emotivas, utiliza esta canción para transmitir un mensaje de solidaridad y humanidad. La música de Yiso a menudo aborda temas sociales y emocionales, y "El bazar de los juguetes" no es una excepción.
La canción nos invita a reflexionar sobre nuestras propias acciones y a considerar cómo podemos hacer una diferencia en la vida de los demás, especialmente durante las festividades. Es un llamado a la acción para compartir nuestra buena fortuna y asegurarnos de que ningún niño se quede sin experimentar la alegría de recibir un juguete.
(*) Relato de autor anónimo, adaptado para su publicaciónb en El Litoral.