Nos escribe Franco (43 años, Brandsen): "Hola Luciano, te escribo para contarte lo que me anda pasando. Estoy bastante mal, porque me separé y me cuesta un montón. La cuestión es que la estuve llamando y ella me dice que ya está, pero yo no lo puedo soportar. No sé qué hacer para que volvamos. Le prometí cambiar en todo lo que hice mal, pero ya no sé qué más hacer y estoy realmente triste. Creo que arruiné todo. Te leo siempre y me vendrían bien unas palabras tuyas".
Querido Franco, qué momento difícil estás pasando y ¿cómo negarte unas palabras? Es mi mayor deseo que puedan serte útiles, que te sirvan para volver a tener confianza. En principio, me doy cuenta de que estás pasando por el momento más complicado de la separación, que es cuando toca aprender a tolerar la ausencia del otro. Ese tiempo en que la ansiedad se hace sentir y se actúa por desesperación.
En este punto, voy a ser concreto: no hay nada que puedas hacer, salvo aceptar lo que te toca y tratar de que pase el tiempo. Cuando este cumpla su cometido, cada día será más leve y de a poquito irás entrando en la dinámica del duelo. Sin embargo, lo primero es sobrevivir. Esto quiere decir dejar de evadirse y sentir todo eso que uno preferiría no sentir. No obstante, si uno les hace lugar a esas sensaciones, aunque sean desagradables, pierden intensidad de a poco.
Ahora viene una segunda cuestión, cuando me decís que la estuviste llamando y varias otras cosas más. Imagino que te habrás dado cuenta de que la ansiedad produce rechazo. No te digo que no lo hagas para que ella quiera volver. Esto es algo incalculable. Te lo digo para que vos adviertas que ni vos sabés si querés volver.
Con estas palabras quiero decir que tu intención de aferramiento está más al servicio de salir del estado de desamparo en que estás que en función de plantear una acción vincular. Ni ella ni nadie pueden responder a ese pedido. Tranquilo, mi amigo, porque en el manotazo de ahogado ya se ve una respuesta. Fijate que terminás haciendo cosas que te quitan la dignidad y así lo que parecía un efecto muestra que era una causa.
Dicho de otra manera, hacés cosas con las que te desmerecés y que ponen sobre la mesa cuán culpable te sentís. Querido Franco, le prometés que vas a cambiar, pero ¿te parece que ella puede creer en esa promesa, cuando está más cerca de anular lo que vivieron en este tiempo? Me hago a la idea de que ella quiere respetarse y que respetes su dolor. No te pongas vos en el lugar de la última oreja del tarro y sé consciente de que ella seguramente no te dijo que no a vos como persona, sino a lo que vivieron en algún momento.
No arruinaste todo. Los vínculos no se destruyen. Tengo la impresión de que con su "Ya está", ella busca que entiendas algo que no estás escuchando. Que no te gane la pérdida de moral, porque concretamente estás buscando que ella valide algo que te haga sentir mejor y no es justo que deje su dolor de lado para cuidarte a vos.
Esto que te digo es en cuanto a la separación. Todavía no sabemos si acaso el tiempo que viene será el del duelo. Ojalá que sí. Y te explico por qué. Básicamente, porque tengo la idea -sin conocerlos, discúlpame el atrevimiento- de que les vendría muy bien un cambio de postura, esa transformación profunda que solo se consigue con un duelo.
A veces tenemos miedo de que se nos derrumbe el mundo. Sin embargo, el duelo es la única garantía de que el mundo seguirá ahí, pero nosotros ya no seremos los mismos. En la desesperación con que querés que todo vuelva para atrás se nota que a lo que más le tenés miedo es a tu propio cambio personal.
Pero ya estás acá. Ya llegaste hasta este punto, en que no se trata de mirar las cosas en términos de bien o mal, sino de lo que va a venir después. El duelo es la mayor garantía de que habrá un nuevo comienzo. Como dice la canción de Gustavo Cerati, del dolor es que proviene un nuevo amanecer.
Querido Franco, te toca vivir un momento complicado, pero que también es la ocasión de una nueva chance. No quieras que volver a lo de siempre, para que nada cambie. Mejor hacerle lugar al desafío de este crecimiento. Espero que estas palabras sirvan para calmarte y que te den paz.
(*) Para comunicarse con el autor: [email protected]
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