El padre Axel Arguinchona, párroco de la Iglesia La Merced y vicepresidente de Cáritas de la Arquidiócesis de Santa Fe, opina que “el impacto de la AUH no es tan positivo como se esperaba porque no ha sacado a la gente de la pobreza ni de la indigencia”.
Rescata de esta política nacional “el interesante caudal de dinero que ha ingresado al mercado” y el hecho de que “les permitió a las familias tener alguna posibilidad de salir al cruce mínimamente de la cuestión alimentaria”.
“Podemos decir que si no estuviera la AUH, estas familias estarían peor económicamente hablando, pero tiene que quedar claro que no las ha sacado de la pobreza ni de la indigencia. Es una ayuda momentánea pero no cura la enfermedad. La solución tiene que pasar por la creación de fuentes de trabajo”, advierte.
El sacerdote es crítico sobre dos cuestiones relacionadas con la instrumentación del beneficio: que la suma de dinero entregada a los beneficiarios se diluye con la inflación y que no están incluidos, en forma permanente y por ley, los chicos pobres que asisten a escuelas privadas religiosas. “Esto nos preocupa mucho porque cada tanto tenemos que salir a defender a nuestros chicos porque le cortan el beneficio. Podemos decir que la asignación no es tan universal como se dice porque si así fuera se otorgaría a todos los chicos pobres, vayan a la escuela que vayan”, cuestionó.
Axel cree que esta política puede significar un “empuje positivo” cuando algún padre “se deje estar” con relación a las vacunas o la educación de sus chicos. “Pero qué triste tener que llegar a esto. Sería importante que desde el Estado se garanticen los medios necesarios, no a través de la Asignación, sino por medio de una educación que brinde las mejores condiciones y una salud a la que los chicos puedan acceder sin tener que hacer colas para poder ir al médico u operarse”, cerró.




