Para Mónica Ledesma, vecinalista y referente de Guadalupe Oeste, la AUH “es una de las medidas más concretas de inclusión social que ha habido en los últimos tiempos. Acá no se trabaja desde lo discursivo sino que, en el plano social, es hasta revolucionario porque es un planteo de estrategia a largo plazo, aunque, hay cuestiones que ya se ven. Ésto apunta a mejorar la educación, a mejorar la salud y a desandar el camino para que los chicos vuelvan a comer en su casa. O sea que en todos los sentidos es positivo”.
Además, “el programa implica una cuestión objetiva y de sentido común: se pasa de cobrar un plan social de 150 pesos a que cada chico pueda percibir esta asignación que es de carácter universal”.
Para la vecinalista, “es probable que haya aspectos a pulir con el tiempo, como el caso de aquella mamá que cobra la pensión no contributiva, que es incompatible con la AUH. Y por supuesto creo que, debido al aumento en el costo de vida, se tiene que ir mejorando la cantidad de dinero que se asigna al programa”.
“Hoy, tenemos que pensar en cómo incluimos a los sectores que durante años han estado excluidos de todo. Los que trabajamos en los barrios sabemos lo destructivo que es para los chicos estar fuera del sistema educativo. Por eso, el solo hecho de preocuparse porque permanezcan en la escuela ya es revolucionario”, concluyó.




