Semana del Prematuro: la atención adecuada desde el minuto cero y las claves para un embarazo seguro
En la Semana del Prematuro —del 17 al 23 de noviembre— especialistas remarcan la importancia del acompañamiento familiar, la atención altamente especializada y el contacto piel a piel desde el primer instante. En Argentina, 1 de cada 11 bebés nace antes de tiempo y necesita cuidados intensivos para alcanzar su máximo potencial.
En Argentina, 1 de cada 11 bebés nace antes de tiempo
Cada noviembre, la Semana del Prematuro vuelve a poner en agenda una realidad silenciosa pero constante: miles de bebés nacen en Argentina antes de las 37 semanas y requieren una atención precisa, delicada y altamente especializada para sobrevivir y desarrollarse.
Los neonatólogos insisten en un mensaje clave: la prematurez no define la vida de un niño, pero la calidad de atención desde el “minuto cero” sí puede cambiarla para siempre.
Un nacimiento prematuro no es una excepción: afecta al 9% de los bebés argentinos
Durante la Semana del Prematuro, la pediatra neonatóloga Cecilia Criscione (M.P. 3484), secretaria general de la Sociedad Argentina de Pediatría filial Santa Fe, dialogó con El Litoral y explicó qué se considera un nacimiento prematuro y por qué es importante entender sus clasificaciones.
“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se define como prematurez a todo nacimiento que ocurre antes de completarse las 37 semanas de gestación”, explicó.
Estos bebés necesita cuidados intensivos para alcanzar su máximo potencial.
Las categorías según edad gestacional permiten dimensionar cuán amplio es el espectro:
Prematuros extremos: entre 22 y 27.6 semanas
Muy prematuros: entre 28 y 31.6 semanas
Prematuros moderados: entre 32 y 33.6 semanas
Prematuros tardíos: entre 34 y 36.6 semanas
A eso se suma la clasificación por peso:
Muy bajo peso: menos de 1500 gramos
Extremadamente bajo peso: menos de 1000 gramos
Según Criscione, “en Argentina, la estadística se mantiene estable: alrededor del 9% de los nacimientos son prematuros. Es decir, nueve de cada 100 bebés llegan al mundo antes de tiempo”. Si bien la natalidad descendió, la proporción de prematuros dentro del total no cambió.
Desde el minuto cero debe estar en contacto piel con piel
Desde el minuto cero
Este año, la Semana del Prematuro trabaja bajo un lema sencillo pero profundo: “darle a los recién nacidos prematuros un mejor comienzo para tener un buen futuro”.
Para Criscione, esa frase no es simbólica: “La calidad de atención desde el minuto cero es fundamental. Se necesita una maternidad adecuada, con neonatólogos y enfermeros capacitados, y con equipamiento preparado para resolver las necesidades de estos bebés”.
La especialista recalcó que la internación neonatal debe contemplar un abordaje integral que incluya no solo lo clínico, sino también acompañamiento emocional y todas las especialidades que un prematuro podría necesitar: cardiología, nutrición, oftalmología, kinesiología y estimulación temprana, entre otras.
Pero uno de los puntos más relevantes —y que, según la neonatóloga, aún genera dudas y mitos— es el contacto temprano con la familia.
“Muchas veces se cree que un bebé muy chiquito, de 800 o 900 gramos, no puede estar en brazos de su mamá. Y es exactamente al revés: desde el minuto cero debe estar en contacto piel con piel, salvo que su estado sea inestable”.
Ese contacto, además de favorecer el vínculo, tiene beneficios clínicos comprobados: estabilidad térmica, mejor frecuencia cardíaca, menor estrés y menor riesgo de infecciones, al colonizarse con la flora bacteriana materna.
La alimentación también es clave:
“Siempre la leche materna es lo adecuado, incluso cuando el bebé está grave o recibe asistencia respiratoria. No hay contraindicación para que reciba leche humana”.
Riesgos y pronóstico: qué esperar según la edad gestacional
Criscione explicó que las complicaciones están directamente relacionadas con cuán antes de tiempo se produce el nacimiento.
Prematuros extremos (menos de 32 semanas y/o menos de 1500 g):
Son los de mayor riesgo de morbilidad y mortalidad. Pueden presentar complicaciones respiratorias, digestivas, neurológicas y requieren internaciones prolongadas. También pueden presentar secuelas en el neurodesarrollo o pulmonares a largo plazo.
Prematuros tardíos (desde las 34 semanas en adelante):
Tienen muchas menos probabilidades de complicaciones y suelen transitar internaciones más breves, aunque no están exentos de riesgos.
La especialista advirtió que incluso algunos recién nacidos de término pueden enfrentar complicaciones, por lo que la evaluación siempre debe ser individual.
Los primeros dos años de vida son decisivos:
“El estímulo y la estimulación temprana son fundamentales para que ese niño pueda alcanzar su máximo potencial”, remarcó.
Criscione fue contundente: la mejor herramienta es el control adecuado y temprano del embarazo.
“Lo ideal es planificar el embarazo y hacer una consulta previa para evaluar la salud materna. Una vez iniciado, los controles deben realizarse en tiempo y forma, siguiendo todas las pautas indicadas por el obstetra y cumpliendo con el esquema de vacunas”.