Desde 1999, cada primer martes de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma, una fecha impulsada por la Organización Mundial del Asma con el objetivo de concientizar sobre esta enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.

La Dra. Susana de Barayazarra, especialista en enfermedades respiratorias, destacó la necesidad de reconocer los síntomas y mantener tratamientos sostenidos para evitar crisis.

Desde 1999, cada primer martes de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma, una fecha impulsada por la Organización Mundial del Asma con el objetivo de concientizar sobre esta enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Este año, el lema elegido es “Acceso a la aerosolterapia para todos”, con énfasis en asegurar opciones terapéuticas eficaces para quienes conviven con esta condición crónica, mediante el uso de dispositivos que permiten inhalar los fármacos en forma de vapor.
En diálogo con CyD Noticias, la doctora Susana de Barayazarra enfatizó la necesidad de consultar con especialistas ante la sospecha. “Convocamos fundamentalmente a pacientes con tres síntomas que se puedan sentir identificados: falta de aire, sensación de pecho cerrado, tos o también silbidos en el pecho. Si alguien tiene estos síntomas, le decimos: ‘Consulte, usted puede tener asma’”, explicó.
Según la especialista, el diagnóstico temprano es fundamental: “Es muy importante porque eso va a ser lo único que nos va a llevar a un tratamiento adecuado y personalizado”. Esa, remarcó, es la razón principal por la que estas fechas son tan relevantes: ayudan a difundir información y a que las personas puedan reconocerse en los síntomas y buscar ayuda profesional.
Durante la entrevista, la doctora aclaró que el asma aún no tiene una cura definitiva, pero sí puede ser controlada de forma efectiva. “No hablamos de cura todavía. Lo que hablamos es de poder controlar los síntomas y que eso lleve a una buena calidad de vida”, señaló.

En este sentido, Barayazarra explicó que tener calidad de vida implica que “un niño no deje de ir al colegio porque tiene asma, que una persona adulta no deje de ir a trabajar, que un adolescente no deje de hacer deportes. Que puedan llegar a tener una vida normal, sí se puede”. Y enfatizó que “con tratamiento se puede tener una vida normal, sin limitaciones”.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los profesionales es el abandono del tratamiento por parte de pacientes que se sienten bien después de una crisis. “Ahí viene el problema. Ese paciente está sin tratamiento y ante un fenómeno como un cambio de temperatura, un estrés significante, una infección virósica, cualquiera de esas cosas puede desencadenar nuevamente una crisis”, advirtió.

La médica también destacó el impacto del cambio climático y la contaminación como factores agravantes: “Hoy está demostrado que alteran al epitelio respiratorio y eso va a hacer que se desencadene una crisis”.
La especialista hizo hincapié en que el tratamiento no solo debe ser constante, sino que debe ser bien aplicado: “El saber usar los aerosoles es importante. Son cosas que deben ser explicadas por un especialista para lograr una vida normal”.
Por último, llamó a estar atentos a los síntomas característicos: “Sensación de pecho cerrado, opresión en el pecho, tos o sensación de falta de aire”. Reconocerlos a tiempo puede marcar la diferencia entre una crisis y una vida estable.
En el Día Mundial del Asma, el mensaje es claro: la información salva, el tratamiento guía y el compromiso permite respirar mejor.
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