Desde el barrio General Urquiza, en Córdoba, la investigación criminal se profundiza: a una semana del impactante hallazgo de un cuerpo desmembrado, se encontraron nuevas bolsas con restos biológicos en una zona descampada.

En un zanjón cercano al basural donde había sido encontrado un muslo humano, investigadores hallaron más bolsas con restos biológicos. La Fiscalía busca determinar si están vinculadas con el primer descubrimiento, ocurrido cuando un perro llevó una bolsa con partes humanas hasta una vivienda.

Desde el barrio General Urquiza, en Córdoba, la investigación criminal se profundiza: a una semana del impactante hallazgo de un cuerpo desmembrado, se encontraron nuevas bolsas con restos biológicos en una zona descampada.
El operativo judicial y forense busca determinar si estos elementos pertenecen al mismo cuerpo y profundizar en las pistas para identificar a la víctima.
El nuevo descubrimiento se produjo en un zanjón, a pocos metros del sitio donde días atrás apareció la primera bolsa que un perro había llevado hasta el patio de su dueña. Allí, la Policía Judicial, Bomberos, peritos forenses y la División Canes realizaron allanamientos y rastrillajes, según informó la Fiscalía.
Los peritos recuperaron restos biológicos —aún en análisis— que, en principio, podrían tener relación con la primera bolsa, aunque aún no hay confirmación oficial sobre su origen.
La intervención, en un terreno histórico por su basura acumulada y escombros, se complicó por las condiciones del lugar, según fuentes de la causa.

Las tareas se llevaban a cabo bajo la dirección de la Fiscalía del Distrito 2, Turno 6, a cargo de la fiscal Eugenia Pérez Moreno.
Se dispuso custodia policial en la zona y el análisis forense se profundiza para correlacionar los hallazgos con las hipótesis iniciales.
El caso se desencadenó el pasado domingo, cuando la dueña de un perro contó que su mascota le trajo una bolsa de basura con fragmentos extraños. En principio, pensó que eran huesos de animales, ya que el perro suele volver de los descampados con restos de fauna.
Pero al revisar la bolsa, uno de los fragmentos le pareció distinto: tenía carne adherida y un hueso interno. Fue entonces cuando decidió llamar al 911. Su pareja, que es policía, llegó al lugar y dio aviso a las autoridades judiciales.
En el interior de esa bolsa original se encontraron lo que podría ser un muslo y una pierna, con un tatuaje visible de mandala en uno de los restos.
Los peritos forenses señalaron que esos fragmentos podrían pertenecer al mismo cuerpo y estiman que la víctima podría ser una mujer, aunque aún esperan los resultados definitivos.
Entre las líneas de investigación figura también el uso del tatuaje como posible pista para la identificación de la víctima. Además, la Policía Canes y la División Judicial rastrillaron la zona para intentar encontrar más evidencias.

Vecinos del lugar donde se llevaron a cabo los operativos describen el terreno como inseguro y frecuentado para arrojar basura. Según relataron, se trata de un canal próximo, que históricamente sirvió como vertedero informal.
Esa situación podría haber facilitado el ocultamiento de restos y la manipulación de evidencia.
Mientras tanto, la Fiscalía mantiene el secreto de sumario y no ha informado públicamente un avance concreto sobre la identidad de la persona o posibles responsables.
Los análisis forenses, clave para avanzar en la causa, se encuentran en curso.

Este caso se superpone con otro recientemente reportado en Córdoba: en una vivienda de La Calera aparecieron huesos enterrados durante tareas de refacción, y los expertos también tratan de determinar si son humanos.