La primavera trae consigo no solo días más cálidos y el florecer de jardines, sino también la reactivación de los alérgenos que afectan a muchas personas con estornudos, congestión, picazón ocular y problemas respiratorios.

Con la llegada de la primavera, crecen los riesgos ante el polen y otros alérgenos. Aquí compartimos recomendaciones médicas para reconocer síntomas y tomar medidas preventivas que mejoren tu calidad de vida.

La primavera trae consigo no solo días más cálidos y el florecer de jardines, sino también la reactivación de los alérgenos que afectan a muchas personas con estornudos, congestión, picazón ocular y problemas respiratorios.
Para disfrutar mejor de esta estación sin tantas molestias, especialistas en alergias ofrecen pautas claras para anticiparse, identificar y tratar estos síntomas.

Cuando se conoce cuáles son los desencadenantes de la propia alergia (polen de gramíneas o árboles, esporas de moho, entre otros), el primer paso es tratar de disminuir el contacto.
Comenzar a revisar diariamente los niveles de polen en el área permitirá decidir en qué momentos es más seguro salir al aire libre. Los conteos suelen alcanzar los picos hacia el mediodía.
En el hogar y el auto conviene mantener las ventanas cerradas y recurrir al sistema de ventilación o aire acondicionado con filtros adecuados (una clasificación MERV de 11 o 12, por ejemplo). Es aconsejable cambiar estos filtros con frecuencia, sobre todo en los meses de alta incidencia alérgica.

Para evitar arrastrar polen dentro de la casa, conviene dejar los zapatos en la entrada, cambiarse de ropa luego de estar al aire libre, y evitar secar ropa o ropa de cama al sol.
La ducha antes de dormir puede impedir que los alérgenos que quedaron en la piel o el cabello se conviertan en focos de irritación al acostarse. También, usar gafas de sol al salir reduce la exposición directa de los ojos al polen flotante.
Aunque uno crea saber cuál es su alérgeno, esta situación puede cambiar con el tiempo.
Solo una prueba realizada por un alergólogo certificado puede ofrecer un diagnóstico certero sobre qué sustancias desencadenan los síntomas. A partir de allí, se puede establecer un plan de tratamiento personalizado.

Para quienes no han tenido buen resultado con antihistamínicos o descongestivos de venta libre, el profesional podrá sugerir medicamentos recetados, en dosis o formulaciones específicas.
En casos moderados a severos, la inmunoterapia (inyectable o en tabletas) puede ser una opción valiosa: no solo alivia síntomas, sino que puede modificar la respuesta del sistema inmune frente a los alérgenos con el tiempo.
El Dr. James Tracy, presidente de la Asociación Americana de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI), señala que muchas personas desconocen que sufren alergias o asma leves, y que un diagnóstico y tratamiento correctos pueden mejorar significativamente su bienestar.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.