La torta invertida de manzana es uno de esos clásicos que atraviesa generaciones y nunca pasa de moda. Con pocos ingredientes, fáciles de conseguir, y una preparación simple, se obtiene un postre casero con un toque sofisticado.

El paso a paso de esta receta que combina caramelo, manzanas frescas y una masa suave. Una opción ideal para acompañar la merienda, un encuentro familiar o sorprender en una reunión especial.

La torta invertida de manzana es uno de esos clásicos que atraviesa generaciones y nunca pasa de moda. Con pocos ingredientes, fáciles de conseguir, y una preparación simple, se obtiene un postre casero con un toque sofisticado.
El contraste entre el caramelo, la fruta fresca y la masa esponjosa convierte a esta torta en una opción ideal para cualquier ocasión, desde un desayuno especial hasta una sobremesa compartida.

Los ingredientes de esta torta son básicos y económicos: manzanas, azúcar, harina leudante, huevos, leche, aceite y esencia de vainilla. Lo que le da el sello distintivo es el caramelo en la base, que al dar vuelta la preparación se convierte en una cobertura brillante y dulce.
La combinación de texturas también es clave: las láminas de manzana sobre el caramelo forman una capa suave y húmeda, mientras que los cubitos de fruta mezclados en la masa aportan frescura y jugosidad. El resultado es una torta equilibrada, que no resulta pesada y que se disfruta tanto tibia como fría.
Esta receta casera no requiere técnicas complejas, lo que la convierte en una buena opción tanto para quienes recién se animan a la pastelería como para quienes ya tienen experiencia en la cocina. Además, admite variaciones: se pueden usar manzanas verdes, más ácidas, o rojas, más dulces; e incluso agregar un toque de canela o ralladura de limón para intensificar los aromas.

Preparar el caramelo: en el molde donde se cocinará la torta, colocar azúcar directamente (sin agua) y llevar a fuego mínimo hasta que se derrita y tome un tono dorado. Es importante mover el molde para que el caramelo se distribuya de manera pareja. Una vez listo, dejar enfriar.
La base de manzana: con el caramelo ya frío, untar la superficie con un poco de manteca. Cortar una manzana en láminas y disponerlas sobre el fondo. La segunda manzana se corta en cubitos, que se incorporarán luego a la mezcla.

La masa esponjosa: en un bowl, mezclar dos tazas de harina leudante, una taza de azúcar, dos huevos, una taza de leche, media taza de aceite de girasol y unas gotas de esencia de vainilla. Agregar los cubitos de manzana e integrar.
Horneado: volcar la preparación en el molde con caramelo y láminas de manzana. Cocinar en horno bajo durante unos 40 minutos, hasta que al insertar un palillo este salga limpio.
El desmolde: este paso es fundamental. Para evitar que el caramelo se endurezca y quede pegado, es necesario dar vuelta la torta cuando aún está caliente. Así, la cubierta de manzana quedará perfecta y brillosa.
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