Lo perdía con un gol en contra, lo dio vuelta y luego el sol lo encandiló a Tagliamonte y a los defensores, dejándole a Independiente Rivadavia la posibilidad del 2 a 2 definitivo. Vargas, que se quedó afuera del Mundial sub 20, fue la figura. Quedó momentáneamente como único puntero en la zona A.
Unión sigue como líder de su zona. Crédito: Luis Cetraro
“Chivo” el partido. Complicado en el primer tiempo. No solamente porque lo iba perdiendo con una réplica letal de Independiente Rivadavia (que a eso vino), sino porque el planteo de Berti fue llevando a Unión a un terreno de dificultades del que le costaba salir. Paró cinco hombres en el fondo Berti y con eso logró suficiente presencia para tapar los laterales. Aún así, el mejor de Unión en el primer tiempo fue Lautaro Vargas, a quien le faltó el “socio”, ya que Palacios aportó bastante poco por ese sector. Y en el otro costado, Del Blanco se proyectó poco, no tuvo la convicción para aparecer por sorpresa como en otros partidos, en tanto que Fragapane arrancó bien, pero fue bajando en su rendimiento a medida que pasaron los minutos.
Unión empezó relativamente bien, con ese empuje característico. Pero a los 11 minutos, de un córner a favor, llegó una corrida de Matías Fernández (de interesante primer tiempo), Vargas fue a su cruce pero se resbaló (dicho sea de paso, algo que fue recurrente, sobre todo en los jugadores de Unión) y un “centro-shot” que Mauro Pittón se llevó por delante ya que no pudo detener su carrera desesperada, introduciendo la pelota en su propio arco.
Desde ese momento, Independiente Rivadavia comenzó a meterlo a Unión en esas dificultades que lo llevaron a no tener espacios y a depender, por ejemplo, de alguna segunda jugada para que Palacios encuentre una pelota boyando en la puerta del área y coloque un remate cruzado que Centurión desvió al córner. Poca profundidad y algunos sobresaltos en defensa, un sector en el que Unión no se paró con la seguridad y la presencia de otros partidos.
Pero esta vez, el VAR le jugó por fin a su favor. Llegó un centro desde la izquierda y la pelota pegó claramente en la mano de Amarfil. Echavarría la dejó pasar pero cuando el juego se cortó, inmediatamente ordenó que no se reanude porque hasta él mismo habrá observado, aunque con dudas, la infracción del jugador mendocino. El VAR lo convocó y el penal, bien ejecutado (fuerte y al medio) por Tarragona, le dio a Unión, cuando iban 41 minutos de un primer tiempo complicado, el empate con el que se fueron al descanso.
A diferencia de otros partidos, en los que Unión marcaba diferencias a su favor en el trámite, esta vez le costó muchísimo. No le fue sencillo marcar diferencias. Y sufrió en defensa, algo que se trasladó inclusive al inicio del segundo tiempo, cuando al minuto hubo una jugada muy clara (mano a mano de Villa) que los mendocinos no aprovecharon.
Pero el ímpetu de Unión tuvo su premio en un momento en el que se decidió a presionarlo a Independiente. Gran jugada de Vargas (jugó un enorme partido), toque hacia el costado para Palacios, centro al área y Villalba, increíblemente, se la quiso bajar adentro del área chica a Centurión y no hizo más que meterla en su propio arco. Un “regalito” para corroborar que Unión estaba en estado de gracia, en un partido que no era sencillo, pero que ya lo ganaba.
Enseguida, Madelón metió los primeros cambios. Se fueron –no muy contentos que digamos- Mauricio Martínez y Palacios. Entraron Profini y Solari. Cambios habituales en Unión, pero esta vez con la mala fortuna que pasaron algunos segundos nada más cuando llegó un centro al área chica, se llenaron de dudas todos (incluido Tagliamonte, quizás encandilado por el sol) y capitalizó Arce la situación para empujar la pelota a centímetros de la línea de gol. Un gol tonto, que además dejó en claro que no era la tarde de la defensa de Unión.
Y se armó un partidazo. Madelón metió a Palavecino (entró bien) por Fragapane y estuvo a punto, con un cabezazo, de convertir el tercero. Como también lo tuvo Arce para Independiente. ¿Los responsables?, los dos arqueros. Centurión desvió en forma estupenda el de Palavecino y Tagliamonte metió un manotazo salvador junto al palo izquierdo en el de Arce. Unión iba e Independiente trataba de capitalizar los espacios que se le abrían para el contragolpe. Villa era un peligro en cada contragolpe, pero Maizon Rodríguez y Fascendini ya habían mejorado, mientras que Mauro Pittón seguía demostrando que está pasando por un muy buen momento y se “comía” la cancha corriendo por todos lados.
Tarde de fútbol en el 15 de Abril. Crédito: Luis Cetraro
Terminó mejor Unión, haciendo un poco más que Independiente Rivadavia y, por ende, haciendo más merecimientos para ganarlo. Por esa última impresión, sobre todo. En el balance de los 90 minutos, no está del todo mal el resultado. Algo más hizo Unión, es cierto. Si la imagen final es la que cuenta, se lo debió llevar Unión.
El partido se rompió en el final. Los dos quisieron ganarlo y Unión no solamente mostró ambición, sino un enorme estado físico para superar en ese aspecto a un rival que, estratégicamente, se paró del medio hacia atrás como para abrirle los espacios a Villa. Pero fueron creciendo Maizon Rodríguez y Fascendini para controlarlo. Y Unión siguió yendo al frente, empujado por Mauro Pittón y por el gran partido de Vargas. Lo pudo ganar.
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