Los números gobiernan y muchas veces sirven de referencia. En algunos casos, esos números no se pueden objetar. En otras, como ocurre con algunas cuestiones vinculadas al fútbol, son discutibles. ¿Ejemplo?, la posesión de la pelota. Y en Unión se ha dado que le fue mejor en los partidos que tuvo menos posesión que en los partidos que manejó más la pelota que el rival. ¿Qué pasó?
Primero, hay que tener en cuenta algo: Unión es un equipo que prioriza la “verticalidad” más que la “horizontalidad”. Podrá buscar el mejor camino, los mejores “pasillos” como se expresa ahora, pero eso no es algo que demore demasiado o que ralentice su juego. Unión es un equipo de tránsito directo.
Segundo, el fútbol argentino tiende a estrategias muy claras y hasta generalizadas. Sacando alguna excepción, como puede ser River, la mayoría de los equipos trabaja sobre un esquema de agrupamiento defensivo y utilización del contragolpe cuando va ganando. Hay cierta tendencia a ceder terreno y pelota al rival. Algunos lo hacen de manera exagerada, como puede darse con un Deportivo Riestra por ejemplo. Pero es lo que muchas veces pasa. Y por eso, muchas veces, pasa que un equipo tiene mucho la pelota pero no gana.
La paradoja de los números
En el partido con Gimnasia (que Unión ganó en La Plata por 3 a 1), el local tuvo una posesión del 56 por ciento y Unión del 44. Pero nadie discute que Unión jugó mejor, que fue más ambicioso y que el resultado fue justo e inobjetable.
Leo Madelón sabe que tiene un equipo vertical, pero también le gusta que sea qué hacer cuando el rival le achica espacios y le cede pelota y terreno.
Contra Aldosivi, se dio el efecto contrario. Unión tuvo la pelota durante el 65 por ciento del tiempo, de acuerdo a la estadística oficial y Aldosivi el 35 por ciento. Pero fue el partido más flojo del equipo de Madelón. Y en contrapartida, Unión goleó a Instituto en Córdoba disponiendo del 40 por ciento del tiempo a la pelota, mientras que el resto (el 60 por ciento) fue de los cordobeses. Pero el partido terminó 4 a 0 a favor de Unión, con un primer tiempo estupendo del equipo de Leo.
En esta búsqueda de ejemplos, Unión venció sin discusiones a Racing en Avellaneda y jugando bien. El partido terminó 3 a 2, Unión lo perdía 1 a 0, le habían anulado un gol de entrada, lo dio vuelta, se puso 3 a 1 y sobre el cierre le marcaron el segundo. Racing tuvo la pelota un 65 por ciento y Unión el 35. Días antes, por Copa Argentina, River y Unión empataron sin goles en los 90 minutos, con una disponibilidad del balón de un 62 por ciento para River y de un 38 por ciento para Unión, pero sin tanta disparidad, por ejemplo, en los ataques elaborados por uno y otro.
¿Sirve o no sirve tener la pelota?
Con estos números, cualquiera podría decir que tener la pelota no sirve para nada. Y esto es una gran mentira. En el fútbol, lo más importante es jugar con la pelota. Inclusive, es la mejor manera de defenderse. “Si tengo la pelota, no me pueden atacar”, es la verdad de perogrullo que todos dicen. La cuestión pasa por saber qué hacer, con ella, cuando se la tiene.
Habría que ver si esto que sucede con Unión, pasa con el resto de los equipos. ¿Ganan más partidos los que menos tienen la pelota?, sería un buen ejercicio que, confieso, no lo hice. Pero es posible que aquello que se expresó al comienzo de la nota, respecto de cuál es la estrategia de aquellos equipos que van ganando y defienden el resultado agrupándose del medio hacia atrás y apostando a aprovechar los espacios que genere el rival para contragolpearlo, sea uno de los motivos por los cuáles se da esta dualidad que a veces resulta difícil de entender. ¿Cómo puede ser que un equipo que tuvo bastante menos la pelota, haya ganado el partido 4 a 0 como lo hizo Unión ante Instituto?
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