Sábado 11.7.2020
/Última actualización 3:01
Uno de los hábitos que se viene instalando en los últimos años, es la ‘sana costumbre’ -aunque suene exagerado- de llamar al gasista matriculado antes de que se venga la etapa más fría de la temporada. Algunos con mayor premura que otros, cada familia termina llamando a estos profesionales para controlar que los aparatos para calefaccionar los hogares estén funcionando correctamente, y así evitar que nos llevemos una sorpresa. En relación a la demanda por mantenimiento de los artefactos, desde la Asociación Civil Cámara de Gasistas, Sanitaristas y Trabajadores de la Construcción de Santo Tomé aseguraron que “hay de todo”.
“Mucha gente llama al gasista para controlarlos antes que se venga el frío, pero otros se confían con que el aparato va a funcionar bien de una temporada a otra, algo que no es recomendable”, expresó Adrián Slavner, vicepresidente de la nombrada institución. Para el directivo, el rol de los medios de comunicación en la difusión de los consejos vinculados al mantenimiento para prevenir accidentes “es muy importante”.
“Gracias a esta política de concientización -como la definimos nosotros-, la gente se da cuenta que para evitar problemas por mala combustión, por pérdida de monóxido de carbono u otras cuestiones, es necesario llamar a su gasista matriculado y por eso las consultas se incrementan”, confirmó.
Desde la Cámara de Gasistas siempre se preocupan por alentar el llamado temprano de los vecinos a su profesional matriculado, para que realice la verificación de los artefactos para calefaccionar antes que la temporada fresca recrudezca. “Es importante saber cómo están combustionando, cómo funcionan, si el ambiente es apto o no para contener tal o cual aparato que se use para este fin”, ejemplificó Adrián Slavner.
En caso de no haber llamado al gasista y ya se esté utilizando el calefactor o estufa, existen señales que el vecino puede detectar y que son motivo de alarma. “La llama, es decir el producto de la combustión, tiene que ser celeste azulada. Si por ejemplo es roja, significa que está quemando óxido ferroso, lo que afecta la vida útil de la instalación; si es amarilla indica otras cosas, como que el quemador está sucio o que está faltando oxígeno en el ambiente, y ahí corre riesgo la vida”, advirtió luego.
Slavner también aclaró que la combustión correcta -con quema azul de la llama- es inodora. Pero si presenta otro color, es señal que está quemando algún metal y eso puede generar olores.
Por último, insistió en la importancia de llamar al gasista matriculado, a excepción que el accidente con gas ocurra en la vía pública. “Si de un gabinete sale un chorro de gas, ahí sí hay que comunicarse con Litoral Gas. De otra manera contacte a su matriculado, porque esa empresa no tiene contemplación: ante la duda produce un corte de servicio, lo cual es muy engorroso”, concluyó.
Azul: es el color correcto que debe tener la llama, producto de una buena combustión.
Roja: está quemando óxido ferroso, lo que afecta la vida útil de la instalación.
Amarilla: el quemador está sucio o está faltando oxígeno en el ambiente. Hay riesgo de vida.