Anita Martínez y Marcos “Bicho” Gómez, en Showmatch. Foto: Gentileza Ideas del Sur
Por Roberto Maurer. Desde la invención de la bombita eléctrica y los cambios de las costumbres, los efectos del avance de la modernidad sobre la moral dieron la oportunidad a los más viejos de acuñar la antigua expresión-...
Anita Martínez y Marcos “Bicho” Gómez, en Showmatch. Foto: Gentileza Ideas del Sur
Roberto Maurer Desde la invención de la bombita eléctrica y los cambios de las costumbres, los efectos del avance de la modernidad sobre la moral dieron la oportunidad a los más viejos de acuñar la antigua expresión “adónde iremos a parar”. Bien, ahora se tiene una idea aproximada acerca de adónde fuimos a parar: fuimos a parar a “Showmatch”. Días pasados chocaron Moria y la Ritó, recurriendo a referencias a la droga. Y se desembocó en una agresiva embestida de la Ritó -actualmente en proceso de recuperación- citando a la hija de Moria y su inclinación por la falopa. Al otro día, un Tinelli serio trepó al púlpito y se dirigió severamente al país anunciando que se había llegado al límite. Es decir, el mismo que se hizo cargo del campo y eliminó los alambrados dando libertad al ganado al cual alimentó, ahora estaba fijando un tope. Con las adicciones, no, era el mensaje, aunque se entiende que la importación de dominicanos y la discusión acerca del tamaño de sus genitales puede proseguir. También siguen habilitados los momentos de humor que proporcionan Anita Martínez y Marcos “Bicho” Gómez, y uno de los más recientes consistió en circular en el estudio tocando las partes pudendas de los presentes. REACCIÓN El “paso de comedia” como algunos lo llamaron, no causó gracia a Fabio Alberti, cuya idea del humor se ha desarrollado en otros andariveles, como los de “Cha Cha Cha” y “Todo x dos pesos”. Fabio Alberti escribió en Facebook, y reproducimos el texto respetando el vocabulario utilizado por el actor, con la advertencia de que puede resultar chocante a los lectores: “Anoche vi Showmatch como tantas otras veces. Ver cómo el Bicho Gómez y Anita Martínez le metían la mano en el culo y le agarraban la chota a participantes, técnicos, directores, productoras, jurado y al conductor, o desnudaban en cámara a un dominicano recién arribado al país no está bueno”. “Esto me hizo reflexionar de por qué no estoy en la tele. La tele transmite, queramos o no hacerlo, un mensaje. Si mañana le meten el puño en el ojete al hijo de Anita Martínez o dejan desnuda a la hermana del Bicho Gómez jugando, tampoco va a estar bueno”. “No es pacatería, simplemente que nunca me gustó que me tiren a la pileta en una fiesta ni que me mojen en carnaval si yo no estoy jugando. Capaz que por eso no estoy en la tele. Porque no quiero que me metan más los dedos en el orto, por lo menos contra mi voluntad”. LA TELE, HOY La primera reacción ante estas declaraciones fue en “Infama”, donde los panelistas interpretaron erróneamente que se trataba de un ataque personal de Fabio Alberti dirigido a Anita Martínez y Marcos Gómez, y no vieron o no quisieron ver que el actor apuntó al estado actual del entretenimiento televisivo del cual alguna vez formó parte. No es la primera vez que Fabio Alberti -conservando una cuota de la independencia propia del under del cual es originario- dice cosas que no suelen ser escuchadas en su ambiente, como la vez que mencionó la existencia de listas negras agregando que sus colegas miraban hacia otro lado (“se hacen los pelotudos”, fue su expresión). Sus últimas intervenciones televisivas no fueron felices y en cierto momento quedó aprisionado entre Diego Wirtz y el grupo Clarín. Pero su opinión sobre la televisión argentina sigue siendo válida, aún cuando se encuentre condicionada por la falta de trabajo. Hace unos meses, le envió un correo a Martín Sabbatella que el titular del Afsca no respondió, en el cual y en el marco de la Ley de Medios, le sugería que quienes tienen cinco trabajos en medios del Estado tuvieran solamente uno. Fabio Alberti es productor de sus propios espectáculos y también microemprendedor: elabora y vende una salsa de tomates.