Jardín Florido, la reserva de Jaaukanigás guiada por sus habitantes
Tiene apenas dos años y se ubica en la localidad de Florencia, a orillas del Tapenagá. Está plagada de aves y monos que conviven con la comunidad de habitantes de ranchos de adobe y paja. El Camino de las Almas se divide entre el viejo monte de quebrachos y la selva.
Durante esta expedición, la primera travesía en Jaaukanigás fue por la flamante reserva municipal Jardín Florido, declarada hace apenas dos años por la localidad de Florencia. Está junto al río Tapenagá, que significa Camino de las Almas. Un curso de agua que nace en el monte chaqueño y desemboca en el Paraná.
Allí se puede apreciar, a un lado, el límite del monte de quebrachos, y al otro, el paisaje de la selva en galería y pajonales del arroyo plagado de una gran variedad de aves.
Fotorreportaje en Jaaukanigás. Pablo Rodas.
Un dato interesante es que algunos habitantes preexistentes del lugar viven dentro de la reserva en sus ranchos de adobe y paja, y junto con pobladores de un barrio cercano fueron capacitados y son los guías que acompañan a cada contingente, con un gran sentido de pertenencia.
“Hay muchos tucanes”, destaca Nicolás Insaurralde, uno de ellos. También se pudo disfrutar de la presencia de loros calacantes de cabeza azul y boyeros de ala amarilla, entre otros. Son algunas de las cerca de 150 variedades de especies de aves que habitan la reserva.
Fotorreportaje en Jaaukanigás. Pablo Rodas.
“En todo Jaaukanigás son 334 las especies detectadas”, apunta durante el recorrido el biólogo Alejandro Giraudo, de Aves Argentinas, mientras Pablo Rodas -del Club de Observadores de Aves- trata de hacer foco con su cámara para retratar a un halcón guaycurú en pleno vuelo.
Fotorreportaje en Jaaukanigás. Pablo Rodas.
“El guaycurú tiene un antifaz muy llamativo”, dice Giraudo, “además el término representa la unión de pueblos”. Entonces Hernán Agustini, director del Museo de Arqueología de Reconquista agrega que “es la lengua que le da unidad a los cazadores recolectores del Gran Chaco”, como los abipones jaaukanigás, mocovíes y qom, entre otros.
Jardín Florido.
“La gente cree que quienes habitan estos ambientes sobreexplotan los recursos y eso no es así. Todos los ambientes naturales del norte de Argentina, incluso Jaaukanigás, tienen uso de las personas que los habitan. Como es un sitio Ramsar de los más importantes de Argentina la idea es que haya esta integración de la gente en la naturaleza y que los recursos se utilicen de una manera sabia, conservando sin depredar”, explica Giraudo, mientras a un costado el paisano Darío Orrego lo escucha atento, recostado sobre un costado del marco de la puerta de su ranchito levantado con adobe y paja recolectada en el lugar, sobre el albardón a orillas del Tapenagá.
Fotorreportaje en Jaaukanigás. Pablo Rodas.
“Todo es dulce de tan pobre”, describió alguna vez al criollo viejo Yamandú Rodríguez en su poema “El remate” (y se cita aquí sin ánimo de romantizar la pobreza). En esos versos pinta Yamandú al hombre del monte diciendo que “anda con los cuatro codos deshilachados de tiempo”.
Fotorreportaje en Jaaukanigás. Pablo Rodas.
“Yo soy oficial albañil”, se presenta orgulloso don Orrego, y recibe a la comitiva. “Este es mi rancho”, invita a pasar. Afuera hay sólo un claro de tierra frente a la noble construcción natural, un par de gallinas que corretean, un perro que duerme a la sombra de un árbol y su caballo. El resto es monte tupido. Adentro el paisano tiene un catre, un calentador a leña, una botas con barro, la montura de su caballo y un par de cueros y lanas para cubrirse del frío.
El hombre de alpargatas bigotudas tiene una destacada sonrisa en su rostro. No mucho más.
La comitiva deja atrás el Jardín Florido para viajar un par de horas hasta Puerto Piracuacito, a donde la espera el majestuoso río Paraná, que en esa zona está lleno de yacarés negros.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.