Martes 1.10.2019
/Última actualización 9:22
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este martes que no va a interferir en el caso del líder opositor y ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, quien rechazó un arresto domiciliario para esperar la anulación de su condena por corrupción en la Operación Lava Jato, argumentando motivaciones políticas de jueces y fiscales.
"Es el derecho de él seguir preso, si quiere quedarse, que se quede, no voy a interferir, lo que el gobierno de él hizo está patente (...) pero gracias a Dios no tuvo éxito, querían implementar el socialismo en Brasil", dijo Bolsonaro al diario O Estado de Sao Paulo.
El Presidente comentó así el caso de Lula, que rechazó ayer el derecho a acceder a arresto domiciliario, como había solicitado la fiscalía, y afirmó que prefiere esperar en prisión la anulación de su condena por parte de la corte suprema de justicia.
Según el opositor Partido de los Trabajadores, la fiscalía busca un ardid para evitar que el Supremo Tribunal Federal anule la sentencia por imparcialidad proferida por el ex juez Sérgio Moro, hoy ministro de Justicia de Bolsonaro.
Según el presidente, "Lula fue condenado en tres instancias" y la corrupción fue utilizada "como un proyecto de poder".
Lula gobernó entre 2003 y 2010 y terminó su mandato con el 89% de aprobación, según las encuestas, tras lo cual logró elegir a su sucesora, Dilma Rousseff, destituida en juicio político en 2016, movimiento que apoyaron los fiscales de Lava Jato, según se comprobó en mensajes filtrados entre los miembros del Ministerio Público por el sitio The Intercept Brasil.
Frente a la sesión del mañana del Supremo Tribunal Federal, que puede anular sentencias de Moro por violación constitucional en el procedimiento hacia el derecho de defensa a favor de los delatores premiados, Bolsonaro dijo que respetará cualquier decisión.
"Quiero armonía y paz en Brasil. Cada poder hace su parte", afirmó, y le respondió a la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, que dijo que Brasil está reducido el espacio democrático.
"Tengo un total respeto por las instituciones, no presioné a ningún partido, nunca censuramos una manifestación.Hay espacio democrático. Tengo respeto por las instituciones, por la libertad de prensa, algo que Lula y el PT no tenían, querían implementar el socialismo", dijo Bolsonaro.
El caso de Lula marca además de la agenda económica los tiempos judiciales y legislativos de Brasil.
El ex presidente pidió anoche al Supremo Tribunal Federal tratar en forma urgente varios habeas corpus sobre la imparcialidad de los fiscales y el entonces juez Moro para condenarlo a 8 años y 10 meses de prisión.
En esos recursos, se acusa de parcialidad tanto al ex juez Sérgio Moro -hoy ministro de Justicia- y al fiscal Deltan Dallagnol, sobre la base de las revelaciones hechas por el sitio The Intercept Brasil sobre conversaciones entre el entonces magistrado y procuradores con el supuesto objeto de condenar a Lula para quitarlo de la competencia electoral de 2018.
Lula está preso desde el 7 de abril de 2018, condenado por corrupción y lavado de dinero, debido a que Moro entendió que el ex mandatario recibió de la constructora OAS un departamento en el balneario Guarujá, cuya propiedad ocultó.