Zangi Messenger es una de las aplicaciones que poseen millones de usuarios registrados, pero que no se posicionan en el eje de discusión de las redes sociales dedicadas puntualmente a la mensajería instantánea.

La herramienta armenia es la apuntada en la investigación por el crimen de Lara, Brenda y Morena. La especialista Irina Sternik habló con El Litoral.

Zangi Messenger es una de las aplicaciones que poseen millones de usuarios registrados, pero que no se posicionan en el eje de discusión de las redes sociales dedicadas puntualmente a la mensajería instantánea.

Fundada en Armenia el 2013, actualmente posee sede en Silicon Valley y ha crecido en cifras de usuarios durante los últimos años, principalmente por las características de privacidad extrema que ofrece. En Android posee más de 10 millones de descargas y para iOS se ubica en la 22° colocación del ránking en la categoría redes sociales.
Irina Sternik, periodista especializada en tecnología, habló con El Litoral sobre las características de la aplicación y su relación con el triple femicidio de Florencio Varela, Buenos Aires, donde los perpetradores del hecho lo habrían transmitido mediante la plataforma en cuestión.
“La característica es que, a diferencia de WhatsApp o Telegram, no necesita asociar un número de teléfono ni un correo electrónico: los mensajes no se almacenan en servidores centrales sino que viajan directamente entre los dispositivos. Es decir, no hay información en la nube. Esa característica es clave para empresas o personas que valoren la privacidad porque ofrecen un alto grado de encriptación”, describe Irina, pero aclara: “Lamentablemente, también lo es para cualquier tipo de persona como quieren evitar cualquier tipo de rastreo o intervención judicial. Es decir: la misma tecnología que protege la libertad de expresión puede ser usada para ocultar actividades ilícitas”.
“Haz llamadas de voz y video sin costo y en alta definición (HD), y además chatea gratis por medio de Zangi, tu operador de telecomunicaciones en vivo, y todas las soluciones que incluye. Si lo que buscas es una aplicación que satisfaga convenientemente tus necesidades en materia de comunicación desde una única fuente y con el más alto nivel de calidad disponible en el mercado, no busques más; es Zangi”, describe la propia firma Secret Phone, Inc en una de sus tiendas de aplicaciones.
Zangi posee además dos versiones “premium”, con suscripciones de 6,97 y 18,59 dólares, brindando el envío ilimitado de archivos y multimedia de tamaño elevado.

Esta versión de pago ofrece una experiencia mejorada para la transferencia de datos, con la capacidad de enviar archivos y vídeos sin restricciones, lo que lo hace ideal para usuarios que necesitan compartir grandes volúmenes de contenido multimedia.
La aparición de Zangi en la discusión dentro de los medios se dio en las últimas semanas tras la información revelada desde la propia investigación de que habría sido la herramienta utilizada para la transmisión de los femicidios de Lara, Brenda y Morena.
Sternik misma fue la encargada de revelar la información: “Según publiqué el domingo 28 de septiembre en mi newsletter LadoBNews esa aplicación es la que se habría utilizado para transmitir en vivo el femicidio de Lara, Brenda y Morena”.

“La causa está en secreto de sumario y se especulaba con qué redes sociales habían sido usadas. La noticia que di fue confirmar que el horrible crimen no había sido transmitido ni por TikTok ni por Instagram, sino por esa app. Como no es una red social, no hay mensajes almacenados ni metadatos visibles”, indica la periodista y agrega: “De todos modos, la información puede quedar en el teléfono del contacto que transmitió el video y en este momento la justicia está analizando los siete dispositivos de los detenidos. Zangi ya había aparecido mencionada en otras causas judiciales vinculadas al narcotráfico en junio de este año, en Rosario”.
La especialista realiza igualmente una salvedad de relevancia: “Lo importante es entender que estas plataformas no son “malas” en sí mismas. Son herramientas tecnológicas. El problema está en los usos y en la falta de capacidad institucional para investigar con criterios modernos y tecnológicos”.
Una de las dudas que surgen en relación al caso es qué nivel de regulaciones existen respecto a las aplicaciones actualmente en Argentina o cuáles podrían establecerse a futuro, con un crecimiento del uso de herramientas digitales para una extensa lista de crímenes que sostienen una curva ascendente.
“En Argentina existen marcos generales pero no una regulación específica sobre plataformas. Cuando no existe una figura digital, sin embargo, se aplica una analógica”, explica Sternik.
“Si bien en los últimos años hubo intentos de avanzar en una regulación más amplia de las plataformas digitales, aún no se avanzó sobre eso”, remarca la especialista consultada.

Sobre la discusión actual, comenta que “tanto en organismos locales como internacionales, es cómo auditar las aplicaciones cifradas sin vulnerar derechos personales”, y agrega al respecto: “Las leyes tienen que incorporar nuevos protocolos para este tipo de casos, pedir colaboración a empresas que operan en el país pero también las que no tienen presencia local, como Zangi. Realmente, salvo Google o Meta, ninguna tiene presencia en el país”.
En la misma línea que el concepto de que “las aplicaciones no son malas por sí mismas”, Sternik concluye que “el problema no está en la plataforma que se usó porque siempre van a encontrar alguna manera de saltear a la justicia. Podría haber sido transmitido por WhatsApp con un número no registrado y el problema sería el mismo. Lo que sí me parece importante es que se sepa que existe esa aplicación porque no deja registro. Y si una adolescente o un chico la usa, hay que detectar qué está haciendo allí porque no hay control parental que valga”.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.