Reencuentro emotivo de la promoción 1975 del Colegio Nacional Simón de Iriondo
El evento reunió a exalumnos de distintas generaciones en una jornada marcada por recuerdos, emociones y reconocimiento a quienes impulsaron la continuidad de estas celebraciones que mantienen vivo el espíritu del histórico colegio santafesino.
Recuerdos y emociones en una nueva edición del encuentro. Crédito: Gentileza.
La promoción del año 1975 del Colegio Nacional Simón de Iriondo, ubicada en calle Mendoza 3051 de la ciudad de Santa Fe, se reunió para celebrar un nuevo encuentro. El quinto C, en particular, volvió a encontrarse después de tantos años, en un evento que combinó nostalgia, anécdotas y la alegría de ver a viejos compañeros.
Gerardo Córdoba, uno de los integrantes, contó: “Nos juntamos todos los años, a veces incluso dos o tres veces por año el grupo que estamos en Santa Fe. Y sí, antes de fin de año, como despedida del año, somos más y vienen chicos que están en otros lugares del país”.
Intercambio de saludos entre exalumnos. Crédito: Gentileza.
Para muchos, estas reuniones comenzaron como una formalidad, pero con el tiempo se convirtieron en una necesidad emocional: “Al principio medio como que íbamos de compromiso, ahora es como una necesidad que tenemos de juntarnos, sobre todo en la juntada de fin de año”, agregó Córdoba.
Momentos de emoción durante el brindis del encuentro. Crédito: Gentileza.
El uso de herramientas como WhatsApp también facilitó la comunicación entre los exalumnos: “Ahora es mucho más fácil con la conexión y el sistema de comunicación es mucho más fácil hacerlo. Antes era más difícil, había que ir cara a cara y persona a persona”, recordó.
Homenaje aquienes hicieronposible los encuentros
Julio César Batistela, conocido por todos como “Batti”, fue clave en los encuentros anteriores. Según Córdoba, “si no fuera por él no nos hubiésemos podido juntar, porque iba incansablemente a partir de julio a casas de familia, lugar de trabajo, iba y no se olviden de tal día, y por ahí alguno no podía, entonces volvía y cambiaba la fecha, realmente un trabajo a pulmón. Tenemos que agradecerle”.
Grupo de exalumnos reunidos para la fotografía. Crédito: Gentileza.
Hoy, la organización es más sencilla gracias a la tecnología y a la colaboración de una comisión del colegio: “Lo organiza una comisión que pertenece al colegio. Una organizadora pone de acuerdo con un representante de cada quinto”, detalló Córdoba.
Anécdotasqueperduran
Los encuentros siempre traen consigo recuerdos compartidos y momentos divertidos: “Recuerdo, uy, muchos recuerdos tenemos. Todas las juntadas siempre aparecen anécdotas que uno no se las acordaba, pero mientras ya se la acuerden debe ser verídica. Así que a veces se repiten… se repiten las anécdotas de un año para el otro porque tantos años que nos juntamos no hay tantas anécdotas”, confesó.
Participantes del encuentro durante la llegada al evento. Crédito: Gentileza.
El encuentro comenzó a las 19:30 en las instalaciones del colegio, y luego continuó con una cena a las 21. Según estimó Gerardo Córdoba, participaron “entre 80 y 100 personas”, incluyendo exalumnos de distintos cursos y turnos. “Algunos van con sus esposas, otros van con sus hijos”, comentó, al destacar la variedad de generaciones que se acercaron a compartir la celebración.
Córdoba remarcó que no solo asistieron los egresados que cumplen 50 años, sino también “el grupo de 25 años”, un dato que, según explicó, “muestra que ya era mixto el colegio”. Recordó además que la institución modificó su denominación cuando dejó de llamarse Colegio Nacional Simón de Iriondo para transformarse en la Escuela Nº 440, durante el traspaso a las provincias en el gobierno de Menem.
Charla distendida entre compañeros del colegio. Crédito: Gentileza.
Finalmente, destacó que el actual director gestionó ante el Ministerio de Educación para recuperar el nombre histórico, “un buen detalle después de tantos años”. Sobre la experiencia del reencuentro, resumió: “La pasamos bien, fue un lindo reencuentro”. Mientras algunos cursos se ven todos los años, en otros “hacía 50 años que no se veían, porque nunca tuvieron el ejercicio de juntarse”.
El reencuentro de la promoción 1975 demostró una vez más la fuerza de los vínculos forjados en la juventud y cómo, con los años, esos lazos continúan siendo un motivo de alegría y camaradería.