Circulación del virus
Circulación del virus
ENRIQUETA GONZÁLEZ
"Escuché que en Paraná todos los días se suman entre 30 y 45 infectados de coronavirus. Entonces, ¿por qué no se prohibe el traslado desde aquella ciudad? Porque hay un importante supermercado de Santa Fe que cuando uno pide mercaderías a domicilio, esos productos vienen de Paraná, no de Santa Fe, porque dicen que allá es más grande el supermercado. ¡Entonces quiere decir que nos están trayendo la peste a nosotros! Por favor, ustedes que son tan escuchados y leídos publiquen este mensaje".
Inconcebible
ALEJANDRO CAÑETE
El día 7/8, y leyendo El Litoral vespertino, donde medio diario se ocupa del tema del Covid y las recomendaciones para no contagiar y no comprometer a los demás, esa mañana, en la puerta de Anses había como 100 personas empujándose para entrar. Nadie controla nada. El director y las máximas autoridades de ese organismo ¿no vieron eso? Era impresionante. Y me decía un comerciante cercano a Anses, sobre calle San Martín, que todos los días pasa lo mismo. ¿Entonces para qué tantos discursos sobre los cuidados que hay que tomar? Las autoridades deben hacer respetar las pautas de cuidado. Además, más de la mitad de esa gente estaba sin barbijo en la puerta de Anses. Por supuesto, se distinguían por ser muy humildes; hay que enseñarles a comportarse y cuidarse, porque de ellos no nace".
Llegan cartas
No sos vos, es "el otro"…
MIGUEL ÁNGEL REGUERA
No sos vos, soy yo… pero también es él, nosotros, vosotros y ellos. Esta pandemia no puede pensarse solamente en primera persona del singular. El "otro" está ahí y nos exige que lo reconozcamos en su existencia. No tengo derecho a negarlo, pues él me define, me limita, me dice hasta dónde llego con "mi yo" y dónde empieza "su yo". El otro es la frontera que me obliga a reflexionar sobre mis derechos, mis movimientos, mis olores, mis intereses, mis ruidos, mis expresiones artísticas, mis acciones y mis hechos. El COVID 19 nos vuelve a poner frente al "otro" y nos recuerda que vivir es convivir. Que existir es coexistir. Nos aconseja que antes de vencer es preferible convencer. Que mejor que operar es cooperar. Que hay que sentir y consentir. Y que ponerse de acuerdo es concordar, dos corazones, yo y el otro, latiendo a la par. Yo me cuido y a la vez cuido al otro. Ya sea por solidaridad, por caridad, por empatía, por compasión, por camaradería o por lo que fuera; la pandemia que padecemos debe orientar nuestras acciones hacia el bien común. La sacralidad de la libertad no debe ser profanada por la irresponsabilidad, pues justamente el "hacerse cargo", el responder por nuestras acciones es la justificación ética del ejercicio de esa libertad. El principio de reserva del artículo 19 de la Constitución Nacional debe ser entendido en toda su extensión, pues las acciones privadas quedan reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados, sin embargo aclara nuestra Carta Magna, que en esas acciones no puede ofenderse al orden ni la moral pública, ni perjudicar a terceros ("el otro" nuevamente como límite de mis acciones). No sos vos… es tu viejo, tu hermana, tu amigo, tu vecina, tu abuelo, tu profe, tu compañera de banco en la escuela, tu médico, tu almacenera, tus sobrinos, tu ahijada, el capitán de tu equipo, tu encargado de edificio, tu empleado, tu alumna, tu jefe, tu novia, tu mecánico, tu dentista, tu maestra… porque esos "otros" tienen nombre y apellido, tienen sueños y esperanzas, quieren y son queridos, comparten este espacio y tiempo contigo, y por ello te dicen que te cuides a la vez que se sienten obligados a cuidarte. Ya te dije: no sos vos… o mejor dicho sí sos vos, y soy yo, porque "el otro" somos todos.