Martes 28.9.2021
/Última actualización 10:37
Nicolás Torrandel es venadense. Tiene 28 años y desde marzo del 2020, está instalado en Gran Canaria, España. Llegó en los albores de la pandemia de COVID-19 para cumplir con un anhelo, que es vivir en los límites del sistema. Casi sin gastar plata, reciclando ropa y comida, encontró una nueva manera de pasar sus días, a 13 mil kilómetros de la comodidad de su casa en Santa Fe.
Dejó todo atrás. Familia, amigos y trabajos. Junto peso por peso cadeteando en una moto para hoy estar inmerso entre la naturaleza que ofrece esa región española, popular por la variedad de microclimas, playas y una vida al aire libre extraordinaria. “Antes de llegar estuve unos días en Londres y Barcelona. Hice escalas rápidas y me fui directo a las islas. La idea era empezar un viaje por el sur de España, porque me convencía la idea de estar en un lugar donde hubiese naturaleza, mar y Canarias es protegida en ese sentido. Hay abundancia de jungla, mar y dunas”, dijo en contacto con Sur 24.
Después del colegio secundario siempre trabajó. Intentó estudiar una carrera y no tuvo constancia. Se lo vio cumpliendo turnos en la reconocida estación de servicio ubicada sobre ruta nacional 8 e Yrigoyen y luego de eso se fue a probar suerte a Neuquén, contando con el apoyo de unos tíos. Estuvo 6 meses, no consiguió un empleo fijo y regresó.
Gentileza Nicolás Torrandel es orieundo de Venado Tuerto y desde marzo del 2020, está instalado en Gran Canaria, España.Nicolás Torrandel es orieundo de Venado Tuerto y desde marzo del 2020, está instalado en Gran Canaria, España.Foto: Gentileza
Fue en ese momento que decidió irse a Europa a trabajar. Agarró una motoneta y salió a entregar pedidos para juntar dinero y salir del país. En Europa, había estado en el 2010 visitando familiares en Italia. “Vine con la idea de trabajar en algún momento. Pero me encontré con otra realidad. Empezó lo de la cuarentena y todo eso quedó truncado. Estuve sin plata, ‘pegué onda’ con una italiana que tenía un hostel y acordé ser voluntario en ese lugar a cambio del alojamiento”, relató.
Nico, se encontró a partir de entonces con un circuito de viajeros alternativos que andan por el mundo en la búsqueda de una vida diferente. No se enfocan en el trabajo, sino en coleccionar experiencias, viajando de manera no convencional. Actualmente, es paseador de perros e integrante de un grupo de voluntariado que apoya a los inmigrantes africanos, donde también resuelve el alojamiento a cambio de “echar una mano”, como dicen en España.
“En el lugar donde estoy ahora trabajo 3 días a la semana 2 o 3 horas por jornada. Limpio y ordeno la casa, colaboro en eventos, hago arreglos. Hay mucha oferta cultural, por eso también doy clases de guitarra, participo de talleres que se dan para fabricar ropa o sombreros. Es muy cultural todo”, describió.
Entre las cosas más “extrañas” que vivió en este tiempo, se encuentra la de vivir en una playa salvaje: “Estuve cinco meses viviendo en ese lugar en carpa. Montamos un refugio con otras cuatro personas. Luego ellos se fueron, vino una amiga de la Patagonia y estuvimos unos meses más. Los fines de semana iba gente a conocer el lugar, pero los fijos éramos nosotros”, recordó. “Buscábamos madera para cocinar y hacer el fuego. La ciudad más cercana estaba a 90 minutos caminando. No teníamos plata, así que íbamos hasta allá a buscar alimentos. Eso fue extremo”, siguió.
Torrandel, que además es músico, aseguró que viviendo en esa playa, nunca pasó frío, calor o hambre. “Nos levantamos todos los días sin responsabilidades y obligaciones. Nunca nos aburrimos. Me dediqué mucho a la lectura, a hacer malabares. Me sentí un poco como en la película ‘Naufrago’”.
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Nico afirma que hoy está en el camino del medio, entre las personas que optan por el “freeganismo” (de “free”, gratis, y “vegan”, vegano) y quienes tienen en sus vidas participaciones (limitadas) dentro de la economía convencional. “Hoy reciclo comida y ropa. No dependo principalmente del dinero. Gasto lo mínimo posible e intercambio. Me vinculo a proyectos donde por unas horas de ‘curro’ (trabajo) me dan alimentos agroecológicos”, describió.
Si bien aclara que aún no es freegano, va hacia ese lado: “Reciclo lo que descartan verdulerías o grandes supermercados, en muy buen estado. Ahí estamos muchos de nosotros recuperando cosas que valen la pena. Compro por ejemplo agua o yerba mate que no se puede reciclar. Por eso digo que estoy en el medio”.
El año pasado, dice que juntó algo de plata que la tiene en “plan b”, por si tiene ganas de viajar. “Quiero quedarme hasta el 2022 en Gran Canaria si no sale otra oportunidad que me motive para moverme. Me gustaría ir a Dinamarca, Escandinavia o la India en bicicleta en algún momento. Pero a donde vaya, tengo claro que voy a volver luego a donde estoy ahora. Es mi lugar para pasar el resto de mi vida. El campamento base esta en Canarias. Tengo mi grupo de amigos y estoy súper cómodo”, aclaró.
La idea que adoptó, puede definirse como de “combate” frente al capitalismo y de alguna manera al consumo excesivo. “Me volví minimalista cuando empecé a viajar. Viajo con pocas pertenencias. Por esta razón mucha ropa y zapatillas que tengo es reciclada de contendedores de basura. O compro por muy poca plata”, aclaró.
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Insiste en que buscó nuevas experiencias y que no va por el camino que van todos: “Tengo mucho contacto con la naturaleza, pero por el medio. No me pude desligar por completo de ciertas cosas, pero tengo una relación más sana. Es un equilibrio, respeto por la madre tierra, por el planeta, no hacer gastos innecesarios, no generar impactos ambientales. Quiero sentirme bien con lo que estoy haciendo. Eso me llena y está bueno”.
Tiene claro que no tomaría un trabajo formal, aunque quizás lo puede llegar a hacer por un par de meses. “Más de eso no. Si me piden que me afeite tampoco. Primero está mi libertad. No pienso cambiar algo mío por intereses de terceros. Puedo trabajar un tiempo, pero con cosas raras no. Por más plata que haya en el medio, no lo haría”.
Remarcó que tiene contacto con latinoamericanos en la región y que hay cierto rastro de xenofobia en la sociedad: “Tienen el concepto de que los latinoamericanos somos buscavidas. Saben que no vamos a pasar hambre. Hay gente que rechaza y gente que no, a los que vivimos así. Los de derecha que no le gustan los inmigrantes, son los que a los latinos nos gritan ‘sudakas’ o ‘Machu Pichu’. También hay racismo porque lo hacen despectivamente, pero a mi no me ofenden”.
En los últimos días, se tomó el tiempo para llevar tranquilidad a familiares y seres queridos, ante la erupción del volcán en La Palma, que se encuentra a 1 hora de avión de donde él se encuentra. Lo primero que aclaró, es que está lejos de la zona y de los posibles peligros. “La Palma está más al oeste. Yo estoy más cerca de África”.
Canarias abarca ocho islas, cinco islotes, ocho roques y el mar. Políticamente el archipiélago se compone de siete islas con administración propia y una isla. Las siete islas con administración propia son, por un lado, El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife, que constituyen la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y, por otro lado, Fuerteventura, Gran Canaria (donde está Torrandel) y Lanzarote, que constituyen la provincia de Las Palmas. ·
“Soy feliz. Por ahí me pega el bajón. Generalmente experimento bienestar. Estoy en una búsqueda personal, sin expectativas, con un estilo de vida sencillo, sin bienes materiales. Cuanto menos tengo, más feliz soy. Lo que me llena son las experiencias y conocer gente”, completó.