La acidez estomacal —esa sensación de ardor en el pecho o el estómago— podría funcionar como una señal temprana de un problema con la bebida en algunos pacientes, según un estudio publicado en The Journal of the American Board of Family Medicine.

Un trabajo publicado en The Journal of the American Board of Family Medicine asoció el reflujo con mayor riesgo de alcoholismo. Los médicos aprovechan este diagnóstico para explorar hábitos de consumo y ofrecer orientación.

La acidez estomacal —esa sensación de ardor en el pecho o el estómago— podría funcionar como una señal temprana de un problema con la bebida en algunos pacientes, según un estudio publicado en The Journal of the American Board of Family Medicine.
La investigación vinculó el diagnóstico de reflujo gastroesofágico (ERGE) con un mayor riesgo de recibir un nuevo diagnóstico de trastorno por uso de alcohol en los dos años siguientes, y estimó un aumento de aproximadamente 18% en la probabilidad de ese diagnóstico.
El trabajo incluyó pacientes con una edad promedio de 56 años y mostró que la relación entre acidez y un diagnóstico posterior de alcoholismo no fue homogénea entre las edades: la asociación resultó más marcada en la mediana edad y en adultos jóvenes.
Por ello, los autores consideraron que la detección del reflujo puede servir como una oportunidad clínica para indagar sobre el consumo de alcohol y ofrecer intervenciones tempranas cuando corresponda.
El síntoma habitual es la sensación de quemazón que sube desde el estómago hacia el pecho, un cuadro que los especialistas suelen relacionar con la subida de jugos gástricos al esófago. Esa molestia digestiva no siempre deriva de alcohol, pero el estudio sugiere que, cuando aparece de manera frecuente, puede justificar preguntas sobre patrones de bebida y derivación a apoyo profesional si se detectan riesgos.

El estudio encontró que el diagnóstico de ERGE se asoció con un mayor riesgo de recibir un nuevo diagnóstico de trastorno por uso de alcohol en los dos años siguientes. La presencia de ERGE aumentó en aproximadamente 18% la probabilidad de un diagnóstico de alcoholismo en ese periodo, según los datos publicados en la revista.

La investigación trabajó con una población cuya edad promedio fue 56 años, pero la asociación resultó más fuerte en adultos jóvenes y en personas de mediana edad. Por tanto, los autores indicaron que la edad influye en la vulnerabilidad y que la relación no se observa igual en todos los grupos etarios.
Los responsables del estudio subrayaron que la acidez no es el único indicador de riesgo y que debe considerarse junto con otros factores clínicos y conductuales. En ese sentido, el diagnóstico de reflujo puede ser un punto de entrada para una evaluación más amplia del consumo de alcohol.

Varios alimentos y bebidas suelen desencadenar o agravar la acidez: comidas abundantes, grasas, bebidas carbonatadas, cafeína y chocolate. El alcohol, y en particular el vino blanco, puede relajar el esfínter que separa el esófago del estómago y facilitar el paso del ácido, explicó el gastroenterólogo Philip Woodland, del Royal London Hospital y la Universidad Queen Mary de Londres.
Para identificar qué alimentos afectan a cada persona, el gastroenterólogo James Kennedy, del Royal Berkshire Hospital y la Universidad de Reading, indicó que la dieta de eliminación es una vía práctica: retirar un alimento a la vez y observar si los síntomas mejoran; luego reintroducirlo para confirmar la relación.

Fuentes como MedlinePlus y el IMSS recomiendan vigilar los patrones de consumo de alcohol, moderar la ingesta, planificar y buscar apoyo profesional cuando sea necesario. También aconsejan mantener un peso saludable, evitar comidas muy grasientas antes de acostarse y no fumar, ya que esos factores favorecen el reflujo.
Ante la aparición de ardor frecuente en el pecho o en el estómago, los especialistas consultados recomiendan comentar el síntoma con el médico de cabecera o el gastroenterólogo, ya que el diagnóstico de acidez puede constituir una oportunidad para explorar hábitos de bebida y ofrecer intervención temprana en caso de riesgo.